Ocho euros bastan para emborracharse
Un alto porcentaje de jóvenes optan por la bebida más barata, la calidad importa poco.
A los jóvenes sevillanos les importa más el precio de lo que beben que las consecuencias que ese alcohol puede tener en sus organismos. "Solemos beber lo más barato que haya", comentan Jaime y Tomy, dos estudiantes menores de edad que suelen hacer botellona cada fin de semana. Al igual que a ellos, a una inmensa mayoría no les preocupa la calidad si consiguen emborracharse, según ha podido sondear este periódico tras encuestar a decenas de jóvenes y adolescentes.
En general, cada vez pretenden gastar menos dinero en la botellona con tal de poder mantener, o incluso aumentar, su media de consumo, que se sitúa en cuatro copas por cabeza. En concreto, lo habitual es beber una botella de alcohol, de lo que sea, entre dos o tres personas. Y esto si sólo se va de botellona, pues otros siguen bebiendo en la discoteca.
Las bebidas alcohólicas más demandadas son el ron y la ginebra, seguidas muy de lejos por el whisky o el vodka. Encabezan la lista de bebidas más consumidas las marcas blancas que ofrecen las grandes superficies, dejando a las bebidas espirituosas de precio más elevado a la población con un mayor poder adquisitivo y, por tanto, de mayor edad.
Cada fin de semana, la mayoría de estos jóvenes gastan una media de entre diez y treinta euros, dependiendo de su edad y situación económica. Incluso menos, pues, por ejemplo, un lote compuesto por ginebra, refrescos y hielo puede costar ocho euros y, a repartir entre dos, da para seis o siete copas por cabeza. El gasto del lote más caro no suele superar los 20 euros.
Lucía Rodríguez, una estudiante de Medicina, explica que hay otras opciones más económicas o "cutres": "Bebemos cervezas o tinto o compramos botellas baratas para hacer cócteles y chupitos". De hecho, los cubos de cerveza -cinco botellines por tres euros- que han puesto de moda algunos locales en Sevilla, son otra opción.
Los lugares más concurridos por los jóvenes sevillanos son el Chile, la calle Betis, el Salvador, la Alfalfa, las orillas del río, la Alameda... y otras zonas donde abundan las botellonas, como el Lipa, descampado cercano a Tablada y varios puntos de Nervión, como Viapol.
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