El estanque de Mercurio del Real Alcázar resplandece tras dos años de restauración
La intervención, con una inversión de 450.000 euros, ha incluido la restauración del circuito hidráulico, la réplica de la escultura de Mercurio y la recuperación del entorno renacentista
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El Estanque de Mercurio, emblemático espacio del siglo XVI ubicado en el Real Alcázar de Sevilla, acaba de concluir las obras de restauración y conservación iniciadas en 2023. La intervención, que ha contado con una inversión de casi 450.000 euros tras una modificación del proyecto inicial, ha devuelto a este espacio su esplendor histórico, respetando los valores artísticos y arquitectónicos que lo distinguen.
El estanque, que, según los investigadores antaño recogía las aguas del antiguo acueducto romano reutilizado por los musulmanes, conocido como los ‘Caños de Carmona’, fue transformado en 1575 en un estanque renacentista. Su elemento central, la escultura del dios Mercurio, obra del escultor Diego de Pesquera y el fundidor Bartolomé Morel (quien también fundió las rejas, las bolas y los leones que rodean el estanque), es una joya renacentista que ahora ha sido replicada para preservar la pieza original, actualmente trasladada a la Sala Expositiva del Apeadero Alto en el Alcázar.
Restauración compleja con importantes hallazgos
El gerente de la empresa encargada de las obras, Juan Marín, calificó la intervención como “una restauración compleja” debido al avanzado deterioro del estanque, clave en el sistema hidráulico del Real Alcázar, que distribuía agua a otros estanques y huertas.
Durante el vaciado del estanque, se descubrieron diversos elementos ocultos, como lebrillos de decantación y tinajas incrustadas en las paredes que servían de desovadero para peces, lo que obligó a ampliar las actuaciones y realizar un modificado presupuestario que incrementó los costes en un 50% (la partida inicial anunciada en 2023 era de 291.000 euros).
Entre las mejoras destacadas figura la instalación de modernos sistemas de filtrado y recirculación de agua, diseñados para garantizar la sostenibilidad del estanque sin comprometer su autenticidad histórica.
Además, se intervino en el conjunto escultórico de Mercurio, que incluye la estatua, la peana y una urna decorativa con figuras infantiles y pedestal, cuya conservación requería una restauración minuciosa.
Un legado renacentista recuperado
La escultura original del estanque, con un baño de oro aplicado a fuego, ha sido replicada utilizando un baño electrolítico, logrando una fidelidad prácticamente idéntica respecto a la pieza original. En concreto, tal y como explicó Joaquín Salas, arquitecto del Alcázar de Sevilla, la reproducción consta de una parte de bronce con su pátina de óxido natural y la estatua principal está recubierta en dorado. La copia, ahora instalada en el estanque, asegura que el espacio mantenga su apariencia histórica mientras se protege el valioso original.
La restauración también incluyó trabajos en el muro del Grutesco y el Jardín de la Danza, devolviendo a todo el entorno su imagen renacentista integral. El Estanque de Mercurio, con sus pinturas murales de Vermondo Resta y los elementos escultóricos de Morel, representa un testimonio excepcional del programa renacentista que transformó el Real Alcázar, consolidando su lugar como símbolo del esplendor de Sevilla en la historia de España y Europa.
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