El arroz, las presas y las cortas aceleran la erosión de las márgenes del Guadalquivir
Puerto de Sevilla | Diagnóstico de las márgenes del río desde Sevilla a Sanlúcar
El proyecto de restauración de márgenes del estuario apunta que estos tres factores provocan “erosión patológica” desde mediados del XX
De los buques señala que su efecto en las orillas es "esporádico y puntual"
Las soluciones para el estuario del Guadalquivir deben abordarse entre varias administraciones
El dragado de mantenimiento 2021-2022 concluyó con la extracción de 300.000 m3 de sedimentos del río
El Proyecto básico de estabilización y restauración de márgenes en el estuario del Guadalquivir, encargado por el Puerto de Sevilla y que se ha finalizado en enero de 2023, concluye que las orillas del Guadalquivir entre Sevilla y Sanlúcar son "vulnerables y su masa es débil" debido a tres factores que no han sido considerados en estudios anteriores. Según el documento, al que ha tenido acceso este periódico, estos factores que causan la erosión, sin que uno destaque por encima de otro, son el cultivo extensivo del arroz hasta el borde de la ría, los finos retenidos debido al gran número de presas en el río, y las cortas y unión de brazos construidos en el estuario.
Estos tres factores se concentran en la segunda mitad del XX, que es cuando se presenta la llamada "erosión patológica" del río en varios tramos de sus casi 90 kilómetros. La erosión fluvial ha existido siempre y produce un retroceso paralelo de la orilla, la patológica es una sucesión de "bocados".
La valoración del estado de las márgenes se realiza con estudios realizados por el equipo de la Universidad Politécnica de Cataluña, dirigidos por el catedrático ingeniero de caminos Juan Pedro Martín Vide, y por el Instituto Hidráulico (IH) de Cantabria.
Concluye que la erosión generada por las corrientes de marea, avenidas y paso de buques se incrementa por el agua intersticial de los cultivos del arroz, y la resistencia de orillas se debilita por el lavado de finos por las presas en la cuenca y por la incisión morfodinámica (cortas y brazos).
De los buques dice que el número ha disminuido entre 1960 y 1990 si bien son más grandes y a la postre su acción podría no haber disminuido. Y que "la rotura de la ola producida por los buques" provoca un "barrido del material ya desplomado, sin perjuicio de que el impacto de la ola en la orilla también pueda tener incidencia". Los expertos creen que el efecto de los buques es "esporádico y puntual".
Señala que la ría se ha dragado en todo el siglo XX, y antes en el XVIII y XIX, "pero solo en la segunda mitad del XX, coincidiendo con el despliegue de los tres factores mencionados, se presenta la erosión patológica".
La magnitud de erosión patológica se concentra en su mayor parte entre 1981 a 1986 y ha seguido progresando a ritmo más lento hasta 2021, según las fotos aéreas. Con imágenes de satélite, se ha determinado que esta erosión ha progresado a razón de 9 mm/año (9 cm /década), "una cifra bastante pequeña en comparación con la erosión por dinámica fluvial (1 m/año)". "No obstante en varios lugares visitados por tierra es evidente el mal estado de las márgenes pues se desmenuza con la mano y prácticamente se derrumbaría bajo el peso de una persona".
Dice que eliminar los dragados de mantenimiento no revertirá la tendencia erosiva del estuario.
Los cultivos de arroz
En algunas zonas, la falta de estabilidad de las orillas se observa en "mordiscos" en las márgenes que indican fallos de mecánica de suelos. El estudio "llama la atención sobre una presión intersticial particular que existe en las márgenes del río donde hay cultivo de arroz, que tienen que ser regados por inundación de los campos durante varios meses al año, y además con una carga de agua superior a la pleamar, la máxima conocida del suelo antes de tal tipo de cultivo". Esto se da con el cultivo extensivo del arroz hasta el borde de la ría.
"Los cultivos con riego por inundación de larga duración y una carga de agua apreciable por encima de la pleamar, como es el caso sobre todo del arroz, crean una presión de poro inopinada y promueven la filtración hacia la ría con un gradiente hidráulico inopinado, arrastrando finos con más facilidad y por tanto por doble motivo favorecen el fallo", señala el estudio. Y añade que "en un gran espacio de las llanuras derecha e izquierda se está cultivando arroz hasta muy cerca del borde de la ría". El documento cita que "el cultivo del arroz comienza a desarrollarse a gran escala a partir de 1945".
"Se ha visto que donde hay parcelas de arroz al borde de pequeños canales o drenes (sin acción de los buques) se observan erosiones parecidas a las de la ría principal".
Las presas
El estudio recalca que "hay que prestar atención a la regulación del río mediante presas, que atrapan buena parte del sedimento fino de lavado de la cuenca, en mayor o menor medida según las dimensiones de sus embalse". Y señala que los finos se pierden y no son compensados por finos del río debido al gran número de presas en la cuenca que los retienen. En la actualidad el río tiene 100 presas. El problema es que alteran el transporte de sedimentos ("en los últimos años aunque se trata de procesos lentos, se ha puesto de manifiesto el efecto de las presas sobre el equilibrio de los cauces de aguas abajo, debido a los cambios que inducen tanto en los caudales líquidos como en los caudales sólidos (sedimentos)". Se destaca que "entre 1960 y 1980 se construyeron 52 presas en la cuenca del Guadalquivir, hecho relevante a la hora de evaluar los posibles efectos de estas infraestructuras en el cauce y las orillas aguas abajo".
"La cohesión de las orillas del río depende de los finos, que quedan en cierta medida atrapados en las presas. La falta de finos se acusa enseguida, pues forma la carga de lavado, que es simultánea de la crecida".
Se advierte que en 1956, antes del periodo de mayor desarrollo de las presas (de 1960 a 1980), no se aprecia erosión en las márgenes de la ría, según las fotos áreas.
Las cortas y brazos
Cambios morfológicos en el estuario. Se aprecia vulnerabilidad creciente de las orillas por la lenta erosión del lecho, que sigue necesariamente a las actuaciones de cortas (de la Cartuja, de la Punta del Verde o de Olivillos e isleta) y unión de brazos, antiguas y recientes, para facilitar la navegación.
"Las dos acciones desequilibran el sistema fluvial en el sentido de la incisión o descenso del fondo", concluye el estudio. Las cortas, acortamientos de la longitud, provocan aumentos de la pendiente del cauce.
Acciones fluviales sobre las orillas
La erosión fluvial encaja con la concatenación de meandros pronunciados, dice el estudio.
El estudio recoge la velocidad media de los buques y la distancia a los márgenes del río. Las mayores velocidades se dan en las cortas, en tramos rectos, entre PK 10 y 60. Es precisamente en esos PK donde proliferan los cultivos de arroz desde los años 40 y donde se ejecutaron las cortas para la reducción de la longitud navegable del río.
Condicionantes del proyecto
El gran valor ecológico y social del canal de navegación, sobre todo por la presencia del Espacio Natural de Doñana en sus últimos kilómetros, requiere actuaciones lo más sostenible posible.
También señala que hay que tener en cuenta los condicionantes medioambientales y socioeconómicos (actividades portuarias, explotaciones agrícolas -arroz sobre todo-, actividades pesqueras y acuícolas).
El objetivo de este proyecto básico es realizar actuaciones para estabilizar y restaurar las márgenes empleando el material sedimentario que se draga para el mantenimiento de la canal de navegación.
En un plazo de 4 años se realizarían dos campañas de dragado.
Sectorización de márgenes vulnerables
Se señalan las zonas que muestran problemas de erosión para priorizar actuaciones.
El proyecto se plantea los tramos que sufren una erosión de prioridad muy alta y alta dado que el tiempo de ejecución es de 4 años.
Solución de estabilización y restauración
-Protección con masa de fangos y protección contra oleaje
-Geocontenedores
(variantes fajinas longitudinales, que son entramados vegetales)
-Formación de arenales
Planificación de las actuaciones
En los tramos altos y medios, donde hay una mayor presencia de finos, se plantean soluciones formadas por la masa de fangos y una protección contra oleaje, de forma que estas zonas deterioradas dejen de perder material y la línea de ribera se recupere en cierta medida.
En los tramos de la zona de Doñana, para los fallos patológicos, se plantea la instalación de geotubos con un trasdós formado por material de dragado. Para los fallos no patológicos se propone la aportación de áridos durante los dragados, de modo que se formen superficies de playa seca. En este caso se propone realización de fajinas transversales, en forma de diques vegetales.
También te puede interesar
Lo último