Un equipo médico aplica con éxito técnicas nuevas para alargar huesos
Avances en cirugía ortopédica y traumatología infantil
Dos menores se han beneficiado ya de este avance que elimina dolor, evita infecciones y acelera la rehabilitación
El doctor Javier Downey, especialista en cirugía ortopédica y traumatología infantil, ha incorporado con éxito en Sevilla una nueva técnica para corregir deformidades óseas en niños, que provocan discrepancias en la longitud de las piernas, lo que supone una destacable merma en la calidad de vida del niño afectado, al impedir su normal desarrollo. La discrepancia en la longitud de los huesos puede ser causada por problemas diversos, entre los que destacan las deformidades óseas congénitas, infecciones o traumas por accidentes.
El avance se basa en una compleja intervención quirúrgica, que consiste en insertar un clavo, que porta un imán, en el interior del fémur. Mediante campos electromagnéticos, que se activan a través del imán insertado en el fémur, los especialistas logran que los extremos óseos se separen por control remoto para que el tejido óseo crezca en el espacio creado.
Las dos primeras intervenciones se han realizado recientemente, con éxito, en quirófanos de Quirónsalud Sagrado Corazón. El equipo del doctor Downey tiene previsto intervenir a otros dos pacientes más en los próximos meses.
"El tejido óseo, junto al hígado y la córnea, tiene la capacidad de regenerarse, de crecer. Durante la operación, justo antes de introducir el clavo que porta el imán, seccionamos (o cortamos, en términos médicos osteotomizamos) el hueso. El alargamiento se consigue mediante el efecto de imanes: uno está en el interior del clavo; y otro, en un dispositivo externo", explica el doctor Downey.
Mediante el dispositivo exterior, que maneja el propio paciente, se activa el campo electromagnético para alargar su fémur un milímetro cada día. El dispositivo de control remoto está programado por los especialistas, y su manejo es sencillo. "El sistema consiste en separar las dos partes del hueso (en la intervención se realiza una osteotomía o corte en el fémur) mediante los imanes", añade el especialista. Cada clavo, que está fabricado con titanio, está diseñado para alargar el hueso entre cinco y ocho centímetros.
Tras el tratamiento quirúrgico, que requiere además de fisioterapia, el fémur crece poco a poco, en torno a un milímetro al día, hasta que se logra eliminar la discrepancia. Sin la corrección, los pequeños están condenados a calzar zapatos con alza.
La nueva técnica, que se aplica en centros de Málaga, Madrid y Pamplona, reduce las complicaciones del procedimiento clásico, que está basado en un fijador externo. "Evita las infecciones, es más confortable para el niño, la rehabilitación se acelera y se reduce el dolor, entre otros problemas", añade el doctor Downey.
Aunque la aplicación del clavo intramedular es muy costosa, de momento, esta nueva terapia quirúrgica para alargar huesos, que se denomina distracción ósea endomedular, aspira a sustituir al fijador externo, por las ventajas que supone para los pacientes.
El equipo del doctor Downey está integrado por especialistas en traumatología y cirugía ortopédica infantil que atesoran una amplia experiencia en el tratamiento quirúrgico de graves deformidades óseas y otros problemas traumatológicos en la edad pediátrica: los doctores Javier Downey, José Manuel Martínez, David Farrington y José L. Lirola, miembros del grupo privado Ortopediatrica. Este equipo ha forjado una alianza con QuirónSalud Sagrado Corazón e IHP (Instituto Hispalense de Pediatría), y realizó en enero la primera intervención en Sevilla.
Luis, el primer paciente
Luis ha cumplido los 14 años, pero en su conversación arroja la madurez de un joven de veinte. Su paso, en varias ocasiones, por el quirófano, y el trato permanente con especialistas de traumatología y cirugía ortopédica infantil le han proporcionado conocimientos, y un vocabulario del argot médico, muy poco habitual en un niño.
Luis nació con una malformación en el fémur izquierdo, con una discrepancia de tres centímetros en la longitud de una pierna con otra. Al crecer el niño, la discrepancia se incrementa. Su madre, María Ángeles, recuerda con tensión retenida en su mirada, las dificultades que tuvo que superar hasta lograr un diagnóstico certero. "Al principio nos dieron el diagnóstico de un problema que Luis no tiene. Inicialmente nos dijeron que era un problema de espalda y que tenía que ser intervenido de la cadera", recuerda María Ángeles.
Tras acudir a varias consultas en distintas provincias andaluzas, esta madre consiguió al fin el diagnóstico certero: malformación congénita ósea en el fémur. Natural de Alfacar (Granada), Luis fue atendido, al principio del proceso, en consultas en su provincia, hasta que pasó a ser atendido en Málaga. "Cuando cumplió un año nos dieron el diagnóstico finalmente en el Hospital Carlos Haya, pero los médicos nos explicaron que no tenían capacidad para realizar la intervención quirúrgica que Luis necesitaba, así que comenzamos a buscar. Acudimos a Barcelona ", recuerda su madre.
Tras un itinerario por distintas consultas, María Ángeles finalmente terminó en Sevilla, ante el doctor Javier Downey. Luis ya había cumplido los 10 años. Entonces el doctor Downey atendía a sus pacientes en el Hospital Infantil Virgen del Rocío. La malformación que sufría Luis, deficiencia femoral congénita, requiere un proceso de tratamiento largo. Fue intervenido en dos ocasiones en el Hospital Infantil para la reconstrucción de estructuras afectadas. "Permaneció 40 días sin moverse de la cama", recuerda su madre. Luis tiene grabadas las fechas de las dos intervenciones previas (26 de febrero de 2015 y 8 de abril de 2016), que fueron preparatorias. Desde los 10 años, Luis ha sido atendido por el doctor Downey.
El pasado 31 de enero fue intervenido, de nuevo en manos del doctor Downey, convirtiéndose en el primer niño en someterse en Sevilla a la técnica del clavo intramedular para el alargamiento del fémur. La operación se llevó a cavo en Quirónsalud Sagrado Corazón. En unas de sus revisiones, Luis contestó al doctor Downey: "No tengo dolor".
La operación terminó con "resultados satisfactorios", en opinión del especialista, si bien el proceso no deja de ser duro para un niño. Tras la intervención, Luis precisa de fisioterapia intensa para evitar contracturas musculares y otras complicaciones mayores. El doctor Downey explica que el objetivo final es lograr "eliminar la discrepancia en la longitud de sus piernas al 100%". En el plazo de un año el clavo que lleva Luis será sustituido por otro para continuar con el tratamiento, hasta completar la terapia con un total de tres clavos. "Cuando nos llega la familia con un recién nacido con este problema, realizamos un plan de vida para el pequeño, el proceso es largo, y suele cubrir toda la etapa de crecimiento", explica. Sin este tratamiento, Luis se habría visto obligado a llevar zapatos con un alza de 16 centímetros toda su vida.
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