En las entrañas de la Fábrica de Artillería
Patrimonio | La recuperación del edificio industrial
Tras consolidar las fundiciones, se invertirán tres millones en recuperar las naves de Carlos III y las oficinas de Eduardo Dato
Un edificio que recupera el pulso. La Real Fábrica de Artillería de Sevilla renace de sus cenizas tras las recientes obras acometidas por el Ayuntamiento, las últimas recepcionadas en septiembre. Desde el año 2010, cuando el inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), pasó a manos del Ayuntamiento, se han multiplicado los esfuerzos para garantizar la estabilidad de un complejo de más 21.000 metros cuadrados e ir recuperando sus zonas más emblemáticas para darles un uso cultural. Ya se han invertido más de dos millones en trabajos urgentes, para evitar desprendimientos, y en consolidar la llamada catedral, la zona más monumental y espectacular. Actualmente, están en marcha otras dos importantes actuaciones para salvar las estructuras de madera de las naves de Carlos III y para remozar y poner en uso las dependencias que dan a la Avenida Eduardo Dato. Este periódico ha visitado por primera vez las entrañas de la fábrica y las zonas hasta ahora inaccesibles para comprobar la evolución de la rehabilitación de uno de los edificios más singulares de Sevilla.
El gobierno de Juan Espadas se puso como un objetivo prioritario abrir, aunque fuera en parte, uno de los edificios civiles más importantes de Sevilla, y darle un uso cultural para toda la ciudad y de equipamiento para el barrio de San Bernardo, muy necesitado de este tipo de infraestructuras. Por fin, tras recepcionarse en septiembre las últimas obras, el ICAS, Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla, comenzará a dotar de contenido al edificio. Será a partir de febrero cuando la fundición antigua y la fundición nueva puedan acoger espectáculos muy bien seleccionados. "Aquí no se puede hacer cualquier cosa", explicó a este periódico Francisco Cerrejón, director de Programación y Actividades del ICAS, durante la visita realizada al edificio.
El Ayuntamiento ya ha encargado unos estudios acústicos para saber las posibilidades de estos espacios. El que más facilidades ofrece desde el punto de vista cultural es la fundición antigua. "Tiene posibilidades, pero también limitaciones. Podría acoger contenido escénico, música o danza. El aforo, como mucho, sería de unas 150 personas que, además se podrían mover". Todos los elementos que se instalen deberán ser efímeros. La idea del Ayuntamiento es, a partir de febrero, probar las características de los espacios y explorar sus facultades. Será un año de programación completa el que se lleve a cabo y luego se analizarán los resultados: "En la Fábrica de Artillería te entran muchas ganas de trabajar y de hacer cosas, pero hay muchas limitaciones. Iremos viendo las cosas paso a paso", apunta Cerrejón.
Obras finalizadas en septiembre
La obra más importante que se ha realizado desde que el Ayuntamiento es el propietario de la Fábrica de Artillería ha sido sobre las dos fundiciones, el taller de herramientas y las cubiertas. El coste ha sido de 1,5 millones de euros, aproximadamente. En el interior se ha actuado sobre una decena de bóvedas que tenían un importante riesgo de desprendimiento. "Eran ocho o diez. Se ha abordado eso y una consolidación de los restos de revestimientos históricos de este espacio, que tienen un valor estético propio. Son una muestra del origen del edificio. Donde había morteros de cemento, por ejemplo, se han eliminado y se han consolidado los de cal", señala el arquitecto Francisco Barrera, del servicio de Conservación de la Gerencia de Urbanismo.
El resultado es un espectacular bosque de columnas y bóvedas en las que el tiempo y el pasado fabril del inmueble están muy presentes. Se han mantenido hasta las pintadas hechas en su día por los obreros. Una de ellas, que firma José en una columna, dice: "Alcancé mi graduación como cabo. Me pusieron de guardia en esta fábrica. Ésta fue mi perdición". "Esta parte tiene ya seguridad estructural y se han atajado los problemas de filtraciones que tanto daño le hacían". Todos los elementos que se conservan de la fábrica se han mantenido y, en un futuro, se cubrirán con unos vidrios los huecos en el suelo, ahora rellenos de chinos, para que se vea cómo era el trabajo: "Se podrá realizar una lectura del proceso de crecimiento de la fábrica".
Los zócalos de fundición con la granada en llamas que abrazan las bases de las columnas se han afianzado. Los que estaban más desprendidos se han retirado y catalogado para reponerlos en un futuro. Con estas actuaciones se ha frenado el deterioro y se han consolidado las estructuras. Los técnicos de la Gerencia han eliminado los diferentes edificios y cuartos añadidos a lo largo del tiempo en función de las necesidades que tuviera la fábrica. No tenían valor alguno y ocupaban patios y espacios libres más relevantes.
Para que la catedral esté restaurada al completo quedan los revestimientos y la pavimentación que es también de hierro fundido, además de la dotación de los servicios generales, un proyecto que ya está en marcha para que esté culminado el próximo año.
Las obras ya acabadas también han afectado a las naves neoclásicas realizadas en el siglo XIX. Este lugar era el antiguo patio de escoria, que fue cubierto en el siglo XX para lograr su aspecto actual. Los trabajos aquí han consistido en el apeo de los elementos con riesgo de desprendimiento. También se han limpiado los bajantes de fundición, que se han conservado, y las arquetas y sumideros. Se ha canalizado la evacuación de agua a la red de Emasesa. "Aquí se conservará la estructura, pero requerirá un refuerzo necesario para adaptarla a las normas actuales". El ICAS considera que este espacio puede estar vinculado a la producción artística, con talleres, por ejemplo. "Un lugar así puede servir como residencia artística, que en Sevilla no tenemos", asegura Cerrejón.
Trabajos en marcha
Aunque estas obras, junto con la recuperación de sus cubiertas, y las urgentes para evitar desprendimientos tanto en el exterior como en el interior, han sido muy importantes, tan sólo abarcan el 25% del inmueble. El Ayuntamiento ya tiene en marcha otros proyectos muy relevantes que tendrán un coste de 3,5 millones de euros. La intención es que estén listos durante el primer trimestre de 2018 para empezar las obras ese mismo año. El plazo de ejecución sería de 12 a 15 meses.
En tramitación se encuentra en estudio técnico para investigar en profundidad las estructuras subyacentes en los niveles inferiores de las fábrica, con objeto de obtener información de cara a la realización de futuras actuaciones. Para su elaboración ya se ha formalizado la contratación de la dirección arqueológica por un importe de 15.488 euros. Se encuentra en fase de licitación el contrato de obras auxiliares y aportación de medios. El plazo estimado de los trabajos es de tres meses.
En marcha también está una investigación en profundidad sobre los antecedentes históricos y la evolución arquitectónica, morfológica e industrial de la Fábrica de Artillería, el valor patrimonial de los elementos arquitectónicos, una evaluación del estado de los enseres y elementos muebles e industriales que se conservan, incluida su valoración histórico-artística y, en su caso, el coste de la restauración. Asimismo, se incluye la elaboración de un plan museológico para el futuro centro de interpretación. El presupuesto es de 25.000 euros.
En curso ante Patrimonio se encuentra un proyecto para la rehabilitación de la escalera situada junto a la entrada del patio suroeste, desde la que se garantizaría un acceso cómodo a las cubiertas. Incluye actuaciones de conservación y reparación en los tejados de esa zona para eliminar las filtraciones y la restauración de las bóvedas, con trabajos de albañilería, revestimientos, pintura, carpintería y cerrajería. El coste es de 140.000 y tiene un plazo de ejecución de cuatro meses.
Actuaciones en redacción
Además de estos proyectos en tramitación o ejecución, hay otros dos muy importantes en fase de redacción. El primero corresponde a la primera crujía del edificio, paralela a Eduardo Dato. Este espacio de oficinas del siglo XVIII será destinado a dependencias municipales, según el plan director. "Será una actuación finalista". El coste de esta actuación integral, que incluye las fachadas, es de 1,4 millones y duraría 15 meses.
La segunda gran actuación será en las naves de Carlos III o de Botani y su patio aledaño. Este edificio se levanta en el siglo XVIII cuando se construye una gran máquina de barrenar que requería de un espacio más amplio, sin tantas columnas como las que se encuentran en las fundiciones. Sus principales característica son una estructura mixta y unas cubiertas de madera realizadas con unas técnicas de armado que hasta ese momento no se habían visto en Sevilla. "Las estamos consolidando para que no avance el deterioro. Tiene serios problemas constructivos. Las cabezas de la armadura entran directamente al muro. Se están pudriendo por la humedad y la falta de ventilación. Hay que consolidar la madera y resolver esos problemas de origen", señala Cristina Sánchez, arquitecto de la Gerencia de Urbanismo encargada de toda la rehabilitación. El armazón de madera del taller de grabados, donde se llevaban los cañones después de barrenar, también presenta problemas similares.
A los problemas de construcción originales hay que sumar el ataque de las termitas. Por ello, el Ayuntamiento invirtió en 2015 más de 18.000 euros en la instalación de cebos. Un tratamiento que dura cinco años.
La arquitecto responsable de la rehabilitación de la Fábrica de Artillería añade que en las naves de Carlos III sí se van a reponer los revestimientos blancos, no como se ha hecho en las fundiciones. "Haremos esa propuesta para que contraste con la madera". El presupuesto es de estas obras urgentes es de 1,3 millones y el plazo de ejecución de 12 meses.
Con estas dos obras ya se habrá alcanzado la conservación en un 50% del inmueble. Si se dota de presupuesto, en dos años estarán concluidas las dos zonas más importantes.
De Morel a la empresa nacional Santa Bárbara
Desde el siglo XVI hay datos de la existencia de una fundición en este lugar, en manos de la familia Morel, de la que salían cañones y campanas, como las de la Giralda y el propio Giraldillo. En el año 1634, la fábrica pasa a manos de la Corona española, abriéndose una etapa en que los fundidores, mediante el sistema de asientos, se instalan por periodos de diez años, y se comprometen a realizar los encargos que el Estado les haga. Con las llegada de los Borbones, ya en el XVIII, se emprende una política económica mercantilista que supondría la renovación industrial con un marcado intervencionismo estatal. Durante este siglo se suceden las distintas intervenciones que constituyen la parte más antigua del inmueble, que en orden cronológico serían: fundición menor, fundición mayor, taller de herramientas, naves del taller de barrenado (llamadas de Carlos III o de Botani), y el Proyecto General del Edificio, que se ejecutará entre 1791 y 1794, en el que se construye el resto del perímetro de la parcela de la fábrica, rodeando a los edificios de Botani, incluyendo la fachada principal. Durante los siglos XIX y XX se cubren algunos patios para crear nuevos talleres. En 1960, mediante un decreto, la empresa nacional Santa Bárbara de Industrias Militares se hace cargo de la fábrica. El cierre definitivo de las instalaciones se produce en 1991.
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