El enigma de la espectacular ciudad romana de Munigua, más cerca de ser descifrado
Patrimonio ha autorizado nuevas actuaciones arqueológicas en el enclave situado en Villanueva del Río y Minas para investigar un edificio que podría cambiar la interpretación global de la ciudad
Los resultados se conocerán a principios de 2025
Munigua: la espectacular ciudad romana a una hora de Sevilla
¿Una posada o un mercado? Los investigadores están más cerca de descifrar un importante enigma que despejaría muchas dudas sobre la ciuad romana de Munigua. Enclavada en el término municipal de Villanueva del Río y Minas, en las primeras estribaciones de la Sierra Morena este enclave gestionado por la Junta de Andalucía tiene aún muchos secretos que revelar y muchos descubrimientos por excavar. Por ello, la Comisión de Patrimonio ha autorizado una actividad arqueológica puntual e investigaciones preliminares, consistentes en una excavación mediante sondeos para el análisis estructural de un prometedor edificio. Los investigadores tratan de averiguar si se trata de un edificio económico o de un alojamiento. Los resultados cambiarán completamente la interpretación que hasta ahora se hace de la ciudad.
Munigua fue descubierta en el año 1765 por dos investigadores de la Academia de Buenas Letras de Sevilla, que ya entonces, lo identificaron correctamente como un santuario, aunque la tradición popular la sigue llamando Castillo de Mulva. Con posterioridad estos restos cayeron en el olvido, hasta que en 1957 volvieron a ser estudiados por el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid. Precisamente, las investigaciones aprobadas por la Junta serán realizadas por este organismo bajo la dirección de su máximo responsable Paul Scheding en colaboración con la Universidad de Sevilla. El objetivo de este proyecto es comprender un área hasta ahora no ha sido investigada en la confluencia del santuario de terrazas y la muralla de la ciudad con la necrópolis para la preparación de un proyecto general de investigación. Los resultados se conocerán a principios de 2025.
El plano de este edificio, detectado por georadar en 2015, sugiere que pueda ser interpretado como como Macellum, es decir, un mercado cubierto. Su localización en esta área de la ciudad respaldaría la hipótesis de que Munigua podría ser una ciudad funcional en sí misma, en la que los ciudadanos participaban activamente en la economía y en su propio abastecimiento.
Una interpretación alternativa del diseño del edificio también contempla que se trate de un alojamiento para huéspedes, una especie de posada. Esto significaría, como ha apuntado la delegación territorial de Turismo, Cultura y Deporte, que Munigua no era principalmente una ciudad burguesa, sino que ocupaba un papel especial dentro de los municipios de la zona. Por tanto, el majestuoso santuario que domina la ciudad podría considerarse como un lugar de peregrinación y un centro religioso regional o suprarregional en el área económica más fuerte del Imperio Romano: el Valle del Guadalquivir.
Documentada desde el siglo IV antes de Cristo
La historia de Munigua está documentada desde el siglo IV antes de Cristo y se prolonga hasta, al menos, época almohade (siglo XII). El periodo de máximo esplendor va desde el último tercio del siglo I d. C. a finales del siglo III. La mayoría de los edificios civiles y religiosos de la ciudad, entre los que destacan el santuario, corresponden al último tercio del siglo I. Este auge constructivo se atribuye principalmente al cambio de estatus jurídico que experimenta Munigua. El emperador Vespasiano (69-79 d.C) les concede el derecho latino y eleva la ciudad a la condición de municipio, con todo lo que ello representa desde el punto de vista administrativo. Esta relación con el Imperio romano queda reflejada en la placa de bronce, tessera de hospitalidad, que los muniguenses realizan con Augusto a través de cuestor Sexto Curvio Silvino. Gracias a este documento y por medio del toponímico que en él se menciona, se conoce el nombre de la ciudad Municipio Flavio Muniguense.
Fruto de este reconocimiento, la ciudad vive una auténticas revolución urbanística. Se construyen nuevos edificios, como el Santuario de Terrazas, el foro, el Templo de Podio o la Aedícula de Mercurio. También se añaden nuevas salas a las termas y se completa la muralla con nuevos tramos. El Santuario de Terrazas es la construcción más importante. Para levantarlo se derribó un poblado ibérico anterior, del que aún quedan algunas cimentaciones. El santuario estaría vinculado a la diosa Fortuna y a Hércules, como atestiguan algunas inscripciones. Originalmente estuvo revestido de placas de mármol de varias tonalidades. El conjunto fue restaurado en los años 80. Las termas se encuentran en un buen estado de conservación. Fechadas en la segunda mitad del siglo I, es donde se han llamado el mayor número de fragmento de estatuas. También conservan pinturas murales.
Un estudio realizado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) e investigadores de las universidades Autónoma de Madrid, de Alcalá de Henares, de Salamanca, Politécnica de Madrid y de Sevilla, refuerza la hipótesis de que Munigua sufrió un movimiento sísmico en un marco temporal que coincidiría con el inicio de su declive. Los autores de este trabajo señalan que las excavaciones acometidas en los últimos 40 años “parecen indicar un evento sísmico que afectó al asentamiento en la segunda mitad del siglo III”, extremo defendido por el arqueólogo alemán Thomas Schattner, especialmente ligado a las campañas de investigación desplegadas en el enclave.
¿Cómo llegar a Munigua?
La ciudad de Munigua o Mulva se encuentra a poco más de una hora de la capital. A 8 kilómetros del centro urbano de Villanueva del Río y Minas. Aunque la distancia con Sevilla es cercana, unos 50 klómetros, el acceso a este enclave arqueológico conlleva su tiempo. Una vez se llega a Villanueva del Río y Minas hay que atravesar el pueblo, pintoresco ya de por sí y que merece una visita. Antes de abandonar la localidad, el visitante tendrá la oportunidad de divisar el lago, a pocos metros del puente de Hierro sobre el Rivera del Huéznar. El lago está ocupando el hueco de extracción de una antigua explotación minera a cielo abierto y se llenó con agua subterránea una vez abandonada esta actividad no hace muchos años.
El recorrido hacia Munigua comienza en la estación de tren. A pocos metros se inicia un tramo sin asfaltar, en malas condiciones, por el que apenas cabe un coche, pero que está bien señalizado, aunque lo más cómodo es dejarse guiar por el GPS. El camino es lento, pero discurre entre un paisaje de bosque mediterráneo y en paralelo a la antigua vía que conecta la capital con las localidades serranas, que hay cruzar con precaución puesto que sigue en uso. Los casi seis kilómetros de trayecto se hacen en una media hora por lo que hay que tener paciencia. Otra opción es optar por la bicicleta o realizarlo andando. Transcurrido ese tiempo se llega a la zona de aparcamiento para acceder al enclave. Munigua se encuentra en la Cañada Real del Pedroso, en el interior de una finca privada, y no está permitido el acceso de vehículos.
Hay que abrir el cancel de la finca para acceder al camino y no olvidar cerrarlo, puesto que hay numeroso ganado bravo. El camino discurre en su inicio bajo la atenta mirada de reses bravas en libertad, pero si no se las molesta, no tendrá problemas. El sendero de 2,5 kilómetros le llevará directamente hasta el yacimiento no sin antes pasar por algunas explotaciones ganaderas. Cuando divise en lontananza el fastuoso Santuario de Terrazas sobre la colina sabrá que apenas le quedan unos pocos metros para llegar.
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