El enigma de Colón: los especialistas empiezan a descifrar el ADN del descubridor
Los investigadores de la Universidad de Granada tratan de descifrar la procedencia del almirante mediante el empleo de las últimas técnicas en identificación genética y en colaboración con cinco laboratorios de todo el mundo
Tras la huella de Colón en Sevilla
Cuatro huesecillos "del tamaño de una almendra" para conocer el origen de Colón
Datos que hay que consensuar y cotejar. La investigación sobre el ADN de Cristóbal Colón avanza con paso firme pese a todas las dificultades con las que se están encontrando los investigadores. El estudio sobre los restos del Almirante de Castilla y descubridor del Nuevo Mundo comenzaron en el año 2002 tras exhumarse parte de sus restos de la tumba de la Catedral de Sevilla. Entonces, el equipo de la Universidad de Granada liderado por José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y Toxicología, concluía que sin duda los huesos conservados en Sevilla eran del ilustre marino. Veinte años después, se busca conocer más detalles sobre Colón, sobre todo, la gran incógnita: ¿cuál es su procedencia? Par ello están empleando las últimas técnicas en identificación genética y se trabaja con cinco laboratorios de todo el mundo. A dos de ellos, en Florencia (Italia) y Texas (EEUU) se les ha enviado parte de los huesos.
La nueva investigación sobre los restos de Colón depositados en la Catedral de Sevilla fue presentada con una gran expectación mediática en el Hospital Real de Granada en mayo de 2021. El profesor Lorente explicaba entonces que se analizarían los restos que pertenecieron a Colón (cuatro huesecillos del tamaño de una almendra, destacó el investigador), siete fragmentos más de Hernando Colón, también enterrado en la Catedral de Sevilla, y otros doce de Diego, el tercer elemento para despejar la incógnita que rodea al navegante y que, al no haber sido nunca objeto de exhumación desde que recibieron sepultura en Sevilla, son fundamentales en este estudio. "Son una pieza clave", decía Lorente, que recordaba que ese análisis se realizó entre 2004 y 2005 y se obtuvo un resultado "positivo" que apuntaba a una relación padre-hijo y hermano-hermano entre los restos de Cristóbal, Hernando y Diego.
Tras muchos meses de trabajo, dificultades y esfuerzos, Lorente ha explicado a este periódico que "se están comenzando a tener datos que podrían ser importantes en el conjunto de la investigación". Este es un primer paso muy importante, aunque no se quieren lanzar las campanas al vuelo porque existe la posibilidad de que no se llegue a ninguna conclusión.
"Seguimos avanzando con las investigaciones y acumulando progresivamente datos de todo tipo, incluidos genéticos, que tenemos que consensuar con los diferentes laboratorios de Italia, Estados Unidos y México que están trabajando con nosotros. Y luego hay que efectuar las comparaciones. Estamos en ello porque las muestras estaban en condiciones mucho peores de los que recordábamos y esperábamos", ha indicado Lorente.
Y, ¿Qué se puede esperar de la investigación?. La pregunta la respondía el propio Lorente durante la presentación del estudio. "No es seguro que podamos tener ADN en cantidad y calidad suficientes". Tampoco se obtendrá un DNI con los datos de nacimiento del almirante. Lo que se consiga se podrá cotejar con restos de otros individuos. El ADN podrá compararse con el de los descendientes del príncipe de Viana (a quien una teoría atribuye la paternidad del marino). Con ese medio de comparación directa se podría determinar si Colón fue mallorquín. Si fue vasco, valenciano o gallego, afirma Lorente, lo tendrán que interpretar los historiadores.
La muerte de Colón: un viaje de ida y vuelta
Cristóbal Colón murió en Valladolid el 20 de mayo de 1505 y, pese a su deseo expreso de ser sepultado en América, su cuerpo fue enterrado en un modesto monasterio de esta localidad. Tres años más tarde, sus restos fueron trasladados al monasterio de Santa María de las Cuevas de La Cartuja de Sevilla. En 1537, se le permitió a María Rojas y Toledo, viuda de Diego Colón, hijo del Descubridor, trasladar los huesos de su esposo y del padre de éste a la Catedral de Santo Domingo cumpliendo de este modo la última voluntad de Cristóbal Colón de ser enterrado en el Nuevo Mundo.
Allí descansaron hasta 1795, cuando fueron exhumados y llevados a Cuba, donde fueron enterrados en la Catedral de La Habana. En este lugar descansaron hasta que con motivo de la guerra hispano-norteamericana de 1898, las autoridades españolas decidieron trasladarlos a Sevilla.
El acontecimiento histórico que supuso la exhumación de los restos de Cristóbal Colón honrados en Sevilla tuvo lugar el 2 de junio de 2003. El acto se desarrolló bajo un gran expectación, con la presencia de notario y de dos familiares directos del navegante: Anunciada y Jaime Colón de Carvajal –descendientes en decimocuarta generación–. La urna con las reliquias de Colón fue trasladada a Granada junto con otras con los restos de su hermano Diego, exhumado en septiembre de 2003 de la Cartuja; y su hijo Hernando, que reposa en el trascoló del Templo Metropolitano. El profesor José Antonio Lorente, director del proyecto, y Anunciada Colón, fueron los encargados de sacar la urna con los restos de Colón que se encontraban cubiertas por una bandera de España.
La polémica sobre la autenticidad de los restos conservados en Sevilla estalló en 1877 cuando varios obreros que realizaban trabajos en la Catedral de Santo Domingo reabrieron la fosa y encontraron que debajo de ésta había una cámara mortuoria que contenía un féretro con fragmentos de huesos y una placa grabada con las palabras "aquí yacen los restos del primer almirante don Cristóbal Colón". Desde entonces, los dominicanos aseguran que éstos son los verdaderos restos de Colón y que lo españoles debieron llevarse los de su hijo Diego, mientras que los españoles sostienen que son precisamente los de Diego los restos hallados en la República Dominicana.
Las pruebas realizadas por el equipo granadino ya apuntaban desde su primer informe que los restos de Sevilla pertenecían a Colón. En el año 2006, el profesor Lorente daba una certeza absoluta al hecho de que es Cristóbal Colón la persona que reposa en la Catedral de Sevilla. "Sí son los de Cristóbal Colón, de acuerdo con los resultados de los análisis de ADN realizados", aseguraba el responsable de la investigación.
Lorente añadía que ya no era necesario el estudio de los restos conservados en República Dominicana, pero que sí sería interesante para completar la historia.
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