Un enfermo mental mata a su tía asestándole decenas de puñaladas
El agresor, diagnosticado de esquizofrenia, culpaba a su familiar de la muerte de un perro que le había dejado a su cuidado y eso lo llevó a cometer el crimen en el taller de cerámica de la víctima.
Un crimen tan brutal como absurdo, motivado por las alucinaciones de un enfermo mental. Un joven de 27 años, José Gómez Ortiz, asesinó ayer a su tía, Carmen María Gómez Suárez, de 48 años, a la que asestó decenas de puñaladas en el taller de cerámica que la víctima regentaba, en el conjunto número 1 de la barriada de San Diego de Sevilla.
El móvil del crimen, que la Policía Nacional sigue investigando, fue el rencor que el joven guardaba a su tía, a la que no perdonaba que en una ocasión le había dejado un perro para que lo cuidara y el animal se puso enfermo y murió, según confirmaron a este periódico fuentes judiciales.
Eso fue lo que llevó ayer al joven a trasladarse desde Villanueva del Río y Minas, localidad donde reside, hasta el taller de alfarería y cerámica de su tía, a la que asestó numerosas puñaladas unos minutos después del mediodía.
Las tres cámaras de seguridad instaladas en el edificio para prevenir los robos resultaron vitales para la resolución del asesinato, ya que las mismas grabaron la entrada y salida del agresor del inmueble, y también cómo incluso asestaba la última puñalada a su tía con una navaja pequeña.
Tras acabar con la vida de Carmen María, el joven regresó en su moto a Villanueva del Río, donde pidió a una vecina que se quedara con su perro, que se lo cuidara porque había matado a su tía. Tras esta confesión, la vecina alertó a la Policía Local, que comenzó a buscar al sospechoso por la zona conocida por la Ribera del río. Al dar con él, el individuo se arrojó al agua para tratar de darse a la fuga, pero los agentes se lanzaron igualmente en su persecución y consiguieron arrestarlo tras nadar un buen trecho. Según las mismas fuentes judiciales consultadas, una vez que fue capturado, algo que ocurrió poco antes de las siete de la tarde de ayer, el sobrino justificó el asesinato por la muerte del otro perro. "Yo tengo razón", llegó a afirmar el presunto asesino, que tiene antecedentes por malos tratos en la localidad.
De forma paralela a la actuación de la Policía Local de Villanueva del Río y Minas se había estado desarrollando la investigación iniciada por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que también había logrado ya identificar al agresor gracias a las cámaras de seguridad que los residentes del bloque colocaron hace varios años para prevenir una oleada de robos en San Diego.
Estas imágenes, que no tienen sonido, revelan lo que sucedió en el portal del bloque, ya que grabaron perfectamente al agresor, al que puede verse cómo ataca a la víctima con una navaja pequeña a la puerta del taller, delante de los dos ascensores, según explicó José Flores, presidente de la comunidad de propietarios, que fue una de las personas que facilitó a la Policía el acceso a la grabación. Unas imágenes que este vecino no olvidará jamás, por la crudeza de las mismas.
Las cámaras captaron cómo el presunto asesino entra en el bloque, precisamente con un perro y un casco de motocicleta en la mano, y también reflejan su huida del inmueble. El ataque comenzó dentro del taller, del que la víctima apenas pudo salir para pedir ayuda y caer al suelo, ya moribunda.
Algunos testigos presenciales describieron al agresor como una persona corpulenta, con bigote y de pelo rizado, que llevaba una especie de mochila en su huida y que había dejado aparcada su moto delante del bloque 3. Antes de que trascendiera el arresto del sobrino, que al cierre de esta edición continuaba a disposición de la Policía Nacional, los vecinos de San Diego ya habían especulado con la posibilidad de que el autor material fuese este familiar.
El levantamiento del cadáver de Carmen María Gómez Suárez tuvo lugar sobre las tres y cuarto de la tarde de ayer, una vez que se desplazó a la zona la comisión judicial, encabezada por la juez de guardia Carmen Ruiz. El juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla, que estaba ayer de guardia, ha decretado el secreto de sumario. La Policía ha intervenido ya la moto del sobrino, que aún tenía restos de sangre, y varias prendas suyas.
Minutos antes del levantamiento había llegado a la vivienda una hermana de la víctima, que se enteró de la noticia en ese momento y no pudo evitar derrumbarse al ser informada por la Policía de la muerte de Carmen.
Una vecina de un bloque de pisos ubicado en frente aseguró que oyó a la mujer pidiendo socorro y auxilio, y precisó que los gritos "eran horribles". Manuel Paredes, vecino de la víctima del bloque 1, explicó que su mujer bajó en el ascensor y se encontró a su vecina "en un charco de sangre", lo que confirma la brutalidad de la agresión y las múltiples puñaladas que la mujer recibió.
Todos los vecinos consultados ayer coinciden en que la víctima, que estaba casada y tiene un hijo de 16 años, era una persona "muy buena", alegre y muy trabajadora, y la veían con frecuencia en su taller, donde hacía figuritas de alfarería y porcelana. José Ortega, que era muy amigo de Carmen, dijo que era "un encanto de mujer, muy trabajadora; era una artista".
Otra vecina, también amiga de Carmen, señaló que la víctima llevaba tres o cuatro años trabajando en el taller de cerámica y era una persona dedicada a "su trabajo, su marido y su hijo, y a su casa". "No me lo creo, no me lo creo", comentó muy afligida esta persona, que incluso llegó a llamar al móvil de la víctima tras enterarse del suceso.
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