Enfermeras del área Sur vigilan a más de 300 sevillanos por la ola de calor

El Área Sanitaria Sur de Sevilla cuenta con un amplio equipo de enfermeras gestoras de casos que, en colaboración con las enfermeras de Atención Primaria, se encargan a vigilar y hacer seguimiento a más de 300 personas en situación de riesgo o vulnerabilidad por el calor en los municipios a los que da asistencia.

Entre ellos, Dos Hermanas (139 pacientes) y Alcalá de Guadaíra (64), en mayor medida, pero también en Lebrija (23) y Utrera (19), seguidos ya del resto de localidades de la zona. 

Cuando aterriza la primera gran ola de calor del verano 2024, que prevé temperaturas máximas de 42 grados este jueves y viernes, el seguimiento de personas vulnerables ante este fenómeno es una de las líneas de trabajo más destacadas del Plan Andaluz de Prevención contra los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud.

Este plan se dirige a minimizar, en la medida de lo posible, los efectos que el calor puede tener sobre la salud, con especial atención a los colectivos más vulnerables, como son las personas mayores, los enfermos crónicos, los niños y lactantes y las personas que trabajan expuestas al sol, y detrás de su puesta en funcionamiento, las grandes protagonistas son las enfermeras.

En la mayor área sanitaria de Andalucía, con una cobertura superior a los 400.000 habitantes y una amplia extensión geográfica, el equipo de estas vigilantes del calor extremo se encargaran se hacer seguimiento a un total de 311 pacientes crónicos captados como población de riesgo, que se traducen en unas 72 intervenciones en la treintena de localidades.

Las poblaciones dianas son las personas mayores de 65 años; los enfermos crónicos; las personas que toman un medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor como psicótropos, antidepresivos, hipotensores, anticolinérgicos y diuréticos, así como los niños menores de cuatro años, los lactantes y el personal incluido en el Proceso Asistencial Integrado del trastorno mental grave. Del mismo modo, se considera que debe prestarse especial atención a los ámbitos domiciliarios de personas mayores, a residencias de personas mayores y a las áreas con alta marginalidad.

Durante la activación del plan, materializan desde Atención Primaria esta labor continua de identificación de pacientes con mayor riesgo o mayor vulnerabilidad ante el calor: personas mayores de 65 años, pacientes crónicos, personas con trastorno mental grave, menores de cuatro años (especialmente lactantes) y personas que trabajan o realizan actividad física expuestas al sol.

El seguimiento permite identificar las situaciones y problemas del paciente e interconectar a las enfermeras gestoras de casos, enfermeras de familia y profesionales de Salud Responde; así como poner en marcha los mecanismos de control y actuación necesarios para minimizar los efectos de las altas temperaturas.

Así, en el día a día, este plan supone una ingente actividad desde los centros de Atención Primaria donde las Enfermeras Gestoras de Casos y Enfermeras de Familia ofrecen información a la población general y se trabaja en la identificación de los pacientes de riesgo para su inclusión en el plan. El mismo recoge un seguimiento que integra la valoración de riesgo sociosanitario, las necesidades de cuidados, los problemas de salud, la medicación y niveles de riesgo.

Además, de las llamadas de Salud Responde, las enfermeras de Atención Primaria intensifican las visitas domiciliarias para monitorizar los signos y síntomas relacionados con el calor y proporcionar consejos para evitar y controlar los efectos del aumento de las temperaturas. Unas visitas y el seguimiento de telecontinuidad que se realizan también a pacientes tras su alta en los centros hospitalarios y en centros de mayores.