El enemigo invisible del verano
Sevilla registra en esta época niveles de 9 y 10 en un escala de 11, valores que significan un riesgo muy alto
Un peligro invisible pero que está muy presente. La exposición a la radiación ultravioleta (UV) es el mayor factor de riesgo para la mayoría de los cánceres de piel, el envejecimiento cutáneo o diversas afecciones oculares. La luz solar es la principal fuente de la radiación ultravioleta, tanto A, como B y C, y en una ciudad como Sevilla, con más de 2.800 horas de sol al año, es fundamental protegerse bien de los efectos nocivos del astro rey, fundamentalmente entre junio y septiembre. En estos meses, el índice de radiación UV oscila entre 9 y 10 en una escala que llega hasta el 11. Un riesgo "muy alto". Tras realizar hace unas semanas diversas mediciones de temperatura, radiación y humedad en el eje comprendido entre la Puerta de Jerez y el Ayuntamiento, en las que quedó patente la necesidad imperiosa que tiene Sevilla de implementar medidas para adaptarse al cambio climático, el profesor Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla y el dermatólogo y académico Ismael Yebra Sotillo, comprueban la incidencia del ultravioleta en este mismo recorrido para constatar cómo los árboles y diversas estructuras artificiales protegen de esta amenaza.
"Hay tres tipos de ultravioleta: A, B y C. Técnicamente los más peligrosos serían los tipos B y C, pero evolutivamente hemos aprendido a protegernos mejor. En la práctica es el A el que más nos afecta porque hemos incidido negativamente en la capa de protección natural de la atmósfera", explica Figueroa.
La mediciones se realizan entre las 13:00 y las 14:30 con una temperatura aproximada de 38 grados y un índice de radiación UV de 9, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El recorrido comienza en la Puerta de Jerez. El radiómetro marca al sol 75.000 lux. El sensor de UV indica 18 vatios por metro cuadrado (v/m2) de UVA y 0,15 v/m2 de UVB y UVC. Figueroa señala que "a partir de 6-7 v/m2 ya es una medida muy alta. El catedrático evidencia una vez más las bondades de la pérgola instalada en el Cristina al reducirse en su interior los niveles de UVA a 0,4 y los de UVB y UVC a 0,009. "Demuestra que tiene una alta efectividad de protección".
Más defensa que la vegetación de la pérgola ofrecen los árboles de los Jardines del Cristina. La medición en una zona muy sombreada señala 1.800 lux, 0,3 de UVA y 0,008 de UVB y UVC. "Vemos como protege más que la pérgola. Es un poco mejor porque tenemos más capas de protección". Una medición completamente al sol en la Puerta de Jerez vuelve a ofrecer unas cifras muy elevadas: 75.500 lux y 18,1 de UVA y 0,154 de UVB y UVC. "Los niveles van subiendo en las horas de mayor incidencia del sol, que va desde las 12:00 a las 16:00". Las comprobaciones bajo diversos tipos de árboles demuestran cómo atenúan la incidencia del UV y, por tanto, sus efectos perniciosos. Bajo la sombra de un tupido naranjo, con muchas capas de protección, se registran 2.800 lux y 0,2 de UVA y 0,008 de UVB y UVC.
El árbol que mejor protege de la radiación es el laurel y dos buenos ejemplares se encuentran junto al Banco de España en la Plaza de San Francisco. El reloj del Ayuntamiento marca las dos de la tarde cuando la radiación al sol alcanza ya los 77.000 lux. El UVA se sitúa en 21,6 y el UVB y UVC en 0,2. La toma bajo el laurel reduce estos parámetros a 1.900, 0,1 y 0,006. "El laurel es la estrella. Hay muchos en Sevilla pero no en zonas de paso. Es un árbol muy eficiente en el uso del agua y tiene mucho follaje. Está muy indicado para el clima mediterráneo. En el norte de África está muy extendido y en Málaga, por ejemplo, están haciendo pérgolas naturales con laureles que son muy efectivas".
Los toldos o velas que se colocan en verano también ayudan a mitigar la incidencia del UV, aunque en menor medida que los árboles y la vegetación natural. Por ejemplo, bajo una sombrilla instalada en un bar de la Avenida se reciben 10.800 lux, 0,8 de UVA y 0,009 de UVB y UVC. En la vela de la Plaza de San Francisco los instrumentos marcan 19.000 lux, 4,2 de UVA y 0,044 de UVB y UVC; y bajo un toldo de Tetuán: 12.600 lux, 2,9 de UVA y 0,028 de UVB y UVC. La conclusión: "Protegen pero menos que los árboles. La vela o lo toldos limitan la radiación pero no dan sensación de frescor. El árbol transpira y enfría la atmósfera seiscientas calorías por cada gramo de agua evaporada. Baja la temperatura, como comprobamos anteriormente".
El dermatólogo Ismael Yebra Sotillo tilda estas mediciones como "escandalosas y muy elevadas" y advierte: "No tenemos pantallas vegetales. Se deberían plantar más árboles de gran porte. Estamos construyendo una ciudad totalmente inhóspita e impersonal. Atravesar la Avenida es como atravesar el desierto".
El prestigioso dermatólogo incide en el peligro del UV: "La de tipo A es la que más nos llega y es la más peligrosa. Se va acumulando y a largo plazo puede producir cáncer de piel. Si vamos de la Campana a la Puerta de Jerez no vamos a sufrir quemaduras, pero la piel tiene memoria y con los años surgen las enfermedades. Tenemos siempre que protegernos usando el sentido común".
El doctor advierte cómo en Sevilla siempre ha habido una cultura de protección al sol y señala la afortunada recuperación de los sombreros en los últimos tiempos. Ofrece varias recomendaciones para protegerse de los ultravioletas y sus efectos: "Es recomendable no salir a mediodía, beber mucho líquido, caminar por la sombra , no hacer actividad física a la hora de más incidencia del sol... Las personas que trabajen en exteriores es recomendable que usen protectores solares y sombrero, a ser posible con una ala de 12 a 14 centímetros. La ropa es mejor de algodón o lino, sin fibras, y oscura, que protege más, aunque también da más calor. Unas buenas gafas de sol también son muy importantes, sobre todo en lugares con mucha refracción como la playa". Los que practiquen algún deporte también deberían tomar las mismas precauciones.
El dermatólogo señala que fue Coco Chanel quien puso de moda el bronceado desde finales de los años 50: "Se piensa que hay que estar bronceado para estar guapo. La belleza no está en el moreno". También recuerda cómo las culturas que han estado tradicionalmente muy en contacto con el sol se han protegido: "Los tuareg van muy tapados, no van en bañador".
En cualquier caso, defiende que el sol también tiene sus beneficios y está indicado para mejorar algunas enfermedades: "También es fuente de salud, de bienestar, de alegría. No todo es malo, pero hay que saberse dosificar".
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