Tres encapuchados apalean a los dueños de una venta de la barriada del Gordillo

Los atracadores rompieron una pistola en la cabeza al dueño del establecimiento antes de sustraerle el dinero

Uno de los autores del robo con violencia fue detenido tras una persecución gracias a la colaboración de un vecino

Detenidos en la Macarena por vender droga en un piso y usar otro como fumadero

Una panorámica del Gordillo, con una pistola de plomos similar a las utilizadas
Una panorámica del Gordillo, con una pistola de plomos similar a las utilizadas / M.R.M.

Tres encapuchados apalearon la semana pasada a los dueños de una venta en la barriada del Gordillo. Los dos hosteleros resultaron heridos con lesiones de diversa consideración. Al propietario del negocio, uno de los atracadores le rompió una pistola en la cabeza y le propinó varios golpes en el rostro, que le provocaron un severo hematoma en el ojo y la fractura de varios dientes. Su mujer tiene lesiones en las piernas y un esguince, que la obliga a caminar con muletas.

Los hechos ocurrieron a las nueve y media de la mañana del pasado jueves 25 de mayo, con el establecimiento abierto al público. Los delincuentes aprovecharon un momento en el que la venta se quedó sin clientes para entrar ellos y cerrar las puertas. Eran tres los asaltantes, que iban con sudaderas con capuchas y unas bragas de motorista cubriéndoles el rostro hasta los ojos. Habían llegado antes al lugar a bordo de un turismo de la marca Ford.

Una vez dentro, los atracadores trataron de hacerse pasar por guardias civiles. Se identificaron con una placa falsa, y esgrimieron dos pistolas. El dueño de la venta se dio cuenta rápidamente de que era un atraco. "En cuanto los vi, supe inmediatamente que no eran guardias civiles. No era normal que fueran encapuchados, pues sólo he visto a los guardias encapuchados cuando hay alguna operación contra el terrorismo. Y obviamente no era el caso", explicó el ventero, que prefirió preservar su identidad.

Uno de los delincuentes se dedicó a controlar al matrimonio propietario del restaurante, mientras que otro realizaba labores de vigilancia y el tercero se dedicaba a robar el dinero que había en el interior del local y forzar las máquinas recreativas. Intentó también reventar la de tabaco, pero no lo consiguió.

El hostelero se percató de que las armas que llevaban los atracadores no eran reales. "Yo soy aficionado a la caza, tengo licencia de armas y me di cuenta rápido de que la pistola era de plomillos". Lejos de arrugarse, le espetó al atracador que si le iba a robar con una pistola falsa, se enfrentó a él y logró reducirle. Esto provocó la ira de los asaltantes, que comenzaron a golpearle fuertemente con el arma en la cabeza. "Literalmente la rompieron en mi cabeza, hasta que hicieron saltar los muelles y varias piezas". Luego le asestaron más golpes en el ojo y en la cara, rompiéndole varios dientes también. Aún son visibles sus secuelas, con varias grapas en la cabeza y un ojo morado.

"Todo estaba lleno de sangre, pude perder medio litro por lo menos", explica el comerciante. A su esposa también la golpearon. "Hubo un nivel de violencia extremo. Llegaron a coger un cuchillo de la cocina, de gran tamaño, y ahí sí me asusté, porque antes no había tenido miedo. Ahora sí lo tenemos", aseguran los venteros. Afortunadamente los delincuentes no llegaron a utilizar el cuchillo contra ellos. Cuentan que los atracadores eran españoles por el acento y uno de ellos, que vestía con un mono de color verde, parecía un niño o al menos un menor de edad. Los otros dos eran adultos.

Los asaltantes se dieron a la fuga tras perpetrar el robo, que duró aproximadamente unos diez minutos. La colaboración de un vecino fue clave para que uno de los autores fuera detenido, si bien quedan dos por arrestar aún. Este vecino los vio salir y se dedicó a perseguir el vehículo y fue informando a las autoridades del recorrido que iban siguiendo los sospechosos.

Una cuestión de la que se quejan los afectados de este robo con violencia es la falta de coordinación entre los cuerpos policiales. "Esta barriada está entre los términos municipales de Sevilla y de La Rinconada. El vecino llamó a la Guardia Civil, pero le dijeron que llamara a la Policía porque el atraco había ocurrido en Sevilla. Como si el ciudadano tuviera que saber en qué término municipal se encuentra y qué cuerpo tiene las competencias de seguridad".

Finalmente, la Policía Nacional detuvo a uno de los autores tras una persecución. El detenido es un hombre de 57 años, vecino de La Rinconada, que tiene varias detenciones por atracos en su historial. La venta ha sufrido varios robos en los últimos años.

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