Empiezan las clases semipresenciales en la US: "Nos han quitado la vida universitaria"

Arranca el curso en la Hispalense

El nuevo ejercicio académico comienza con las explicaciones a los alumnos sobre las nuevas normas de seguridad

La mayoría de las facultades opta por distribuir a los estudiantes en tres turnos rotatorios

La primera jornada se desarrolla sin incidencias

Los universitarios salen del Rectorado con mascarillas en el primer día de curso.
Los universitarios salen del Rectorado con mascarillas en el primer día de curso. / Antonio Pizarro

La Facultad de Comunicación registra una tranquilidad inusual en este inicio de curso. Hasta el centro ubicado en uno de los extremos de la Isla de la Cartuja se puede llegar fácilmente en coche y, sobre todo, aparcar, una operación que se había convertido en una auténtica odisea antes de que la pandemia se hiciera protagonista absoluta de 2020. María del Mar Ramírez, su decana, acude rauda al acceso principal. Aún no son las once de la mañana pero ya se ha recorrido todo el edificio para supervisar que el protocolo de seguridad se está siguiendo a rajatabla.

Un grupo de técnicos está acabando de instalar las famosas cámaras de grabación que ha repartido la Universidad de Sevilla (US). Son 665 en toda la comunidad. En Comunicación, por ahora, las tienen siete aulas. Esta facultad se hizo, previamente, con otras cámaras más pequeñas con el mismo fin: que los alumnos que debían permanecer en casa pudieran seguir en directo el desarrollo de las clases. "Las compramos con el dinero del centro por precaución, por si las otras cámaras no llegaban al comienzo del curso", explica la decana. Estos dispositivos se usarán en instalaciones con dimensiones más reducidas, como la sala de edición o el estudio de radio. Las de la US se dejarán para las aulas.

Antes de acceder al edificio, María del Mar Ramírez entrega una copia en papel de la circular enviada el fin de semana a los profesores que imparten clases en Comunicación. Ahí vienen resumidas la indicaciones generales para un curso complejo y atípico al estar marcado por la pandemia del Covid. En dicho documento se hace saber que esta facultad ha optado por un aforo del 33% en sus aulas -una de las posibilidades contempladas por la US-, lo que lleva a dividir a los alumnos de cada curso en tres subgrupos. Por tanto, recibirán la enseñanza presencial una vez cada tres semanas. Las otras dos serán telemáticas.

Según la decana, es el modelo por el que más se han decantado las facultades. "El del 50% resulta bastante complicado, pues requiere de aulas muy amplias; y el del 25% supone acudir sólo una semana al mes, por lo que a los alumnos que se encuentran en alquiler en Sevilla no les sale rentable ese gasto", detallan fuentes de la Hispalense, que agregan que, con el aforo del 33% se garantizan, al menos, cinco semanas de presencialidad cada cuatrimestre.

Profesores y cámaras

Uno de los datos que tendrá que recabar la US los próximos meses concierne al número de profesores que han rehusado de las cámaras de grabación en sus clases. Su uso es optativo. El rector Miguel Ángel Castro ya adelantó que la institución académica elaborará una encuesta para conocer esta información. Los que no utilicen cámaras deberán aplicar otras herramientas digitales que pone a su disposición la universidad. En la Facultad de Comunicación, por el momento, sólo un profesor se ha negado al empleo de este dispositivo en sus enseñanzas.

El aspecto que ofrecen los espacios comunes de este centro se asimila bastante al del resto de facultades de la US: bancos, sillas y mesas precintados para que no puedan usarse; señalización en suelos y paredes para crear los flujos de movimiento; y secretaría y otros despachos con mamparas que protegen a los empleados que en estas dependencias desarrollan su labor. Una imagen muy distinta del bullicio y el trasiego que las instalaciones universitarias ofrecían hasta mediados de marzo, cuando se desató la crisis del coronavirus.

Desarrollo de una clase en la Facultad de Comunicación con el 33% de aforo.
Desarrollo de una clase en la Facultad de Comunicación con el 33% de aforo. / Antonio Pizarro

Una estampa -hasta cierto punto desoladora- que resume en una frase Juan Bidegain, alumno de cuarto de Periodismo: "Nos han quitado la vida universitaria". Este estudiante permanece en la biblioteca de la facultad, donde hay que reservar sitio con dís de antelación. Sólo se permite ocupar un tercio del aforo. El joven descansa tras su primera clase. Esta semana tiene "la suerte" de recibir las asignaturas de forma presencial. Las otras dos lo hará desde casa. "Este curso va a ser un poco insulso", advierte Bidegain, quien, no obstante, reconoce que en las circunstancias actuales el turno rotatorio de tres semanas "es el más sensato".

En el caso de los másteres, como puntualiza la decana, las clases serán 100% presenciales, ya que el número de alumnos es más reducido. Sumados estos estudiantes con los de grados (el mayor volumen) y los de doctorados, la cantidad de universitarios que recibe al día y en condiciones normales Comunicación alcanza los 3.000, una cifra que en la pandemia se reduce a mil. En esta primera semana, como ha adoptado la US en todas las facultades, el arranque se hace de forma escalonada. Cada centro ha elegido un tipo de organización distinta para ello. En éste, por ejemplo, se ha decidido que el inicio de las clases se retrase hasta un cuarto de hora para evitar aglomeraciones.

Un vídeo para explicar las normas de seguridad

Estos primeros días sirven para que los alumnos aprendan la normativa específica que se ha diseñado para prevenir contagios de Covid. Por tal motivo, tanto a los que asisten a clase como a los que las reciben en sus domicilios se les muestra un vídeo explicativo que recoge todas las medidas. A partir del martes 13, todos los estudiantes conocerán cómo han de permanecer en la facultad cuando les toque acudir.

En esta facultad se ha optado por el modelo tradicional en el registro de entrada y salida de los alumnos de cada clase. Apuntan su nombre, la hora en la que acceden y el puesto que ocupan, ya que los asientos de cada aula están numerados con una pegatina. La distribución es la siguiente: dos estudiantes en cada extremo de un pupitre y en el siguiente, uno situado en el centro, con lo que se garantiza la distancia de seguridad obligatoria. "Hemos descartado los códigos QR para la trazabilidad porque nos resultan menos fiables, ya que están condicionados a que el alumno se registre previamente en la plataforma de la US, mientras que con la hoja de registro deben hacerlo obligatoriamente todos los que acudan a clase", señala Ramírez.

Zonas comunes precintadas en la Facultad de Comunicación.
Zonas comunes precintadas en la Facultad de Comunicación. / Antonio Pizarro

Los geles dispensadores se encuentran en mitad del pasillo y a la entrada de cada aula, así como en otras dependencias. Tal es el caso de la biblioteca, donde, como en la de otras facultades, el préstamo de libros ha de solicitarse a través del catálogo virtual Fama de la US. Cuando se reserva, se facilita un día y una hora para la recogida. Una vez devuelto el ejemplar, estará siete días en cuarentena, tiempo en que no podrá ser prestado. De tal forma, se restringe el contacto con los libros que, mientras permanecen en la biblioteca, sólo podrán ser manejados por el personal autorizado.

Los profesores se colocan guantes a la hora de utilizar los dispositivos digitales que hay en el aula. Los alumnos conectados desde sus casas envían mensajes. Algunos de ellos son jocosos al detectar la presencia de los medios de comunicación en este primer día de clase. Algunas asignaturas, con la reducción de aforo, se han convertido en "un lujo" este curso. Así ocurre con Teoría de la Imagen, en tercero de Publicidad y Relaciones Públicas, donde este lunes sólo asisten 11 alumnos a la clase que ha empezado a las 11:00. "Así se aprende mucho mejor", comenta una de las profesoras.

El necesario "contacto" con los docentes

No obstante, los estudiantes que ya han pasado varios años en la universidad extrañan en esta primera jornada el sistema de "la normalidad de siempre". Así lo constata Iván Rubio, de tercero de Periodismo, quien tras vivir la experiencia del estado de alarma echa en falta "el contacto con los profesores, el familiarizarse con ellos y con los compañeros".

Esta primera jornada se desarrolla sin incidencias importantes en las aulas universitarias, según fuentes de la Hispalense. Sin embargo, hay estudiantes a los que no les ha resultado fácil el acceso a las plataformas digitales para seguir las clases on line. Es el caso de Marina Pozo, que asegura que muchos compañeros han sufrido problemas esta mañana para el inicio telemático del curso. "Hace falta mejor organización para que no nos dejen en una posición frágil", exige esta joven, quien opina que las clases en el primer curso "sí están mejor organizadas, pues la universidad ha puesto especial interés en los alumnos de nuevo ingreso". Recuerda que en el confinamiento hubo profesores que sí se implicaron en la enseñanza virtual, pero también otros "que ni siquiera contestaron al correo electrónico".

Biblioteca de Comuninación, con las estanterías de libros precintadas.
Biblioteca de Comuninación, con las estanterías de libros precintadas. / Antonio Pizarro

Lo que sí tiene claro esta estudiante de tercero de Periodismo es que el nuevo curso supondrá "un esfuerzo triple" respecto a los anteriores. Una opinión que comparte la decana de Comunicación: "es un sobresfuerzo por parte de profesores y alumnos". Una situación inédita en la historia más reciente de la Universidad de Sevilla que nunca imaginaron estudiantes de nuevo ingreso, como Macarena Quesada, que comienza primero de Publicidad y Relaciones Públicas. "Nunca pensé que me estrenaría así en la universidad. Recibir clases de forma presencial es siempre más positivo", asegura esta joven, que se expresa en similares términos que Samuel Holgado, de primero de Periodismo: "En el instituto me imaginé este comienzo totalmente distinto".

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