"La empatía con el paciente es esencial para tratar el cáncer"
La oncóloga Ana María Casas apuesta por que se humanice la atención a los enfermos y se les trate con compasión
El desarrollo de los tratamientos contra el cáncer, el diseño de fármacos específicos para abordar cada tumor, el diagnóstico precoz de la enfermedad y el mayor control de los efectos secundarios han mejorado de manera notable la esperanza y la calidad de vida de los enfermos. Si hace 30 años cáncer era sinónimo de sentencia de muerte, hoy en día más de la mitad de los pacientes de Oncología recobran la salud. Los que no se curan pueden sobrevivir más años y mejor gracias a terapias sofisticadas. Esta nueva realidad en la lucha contra el cáncer se convierte en un desafío para los oncólogos y los centros asistenciales. Ana María Casas, Coordinadora del Hospital de Día de Oncología en el hospital Virgen del Rocío, apuesta por dar un paso más en la consulta para que el trato con el paciente se humanice. Casas incide en la importancia de la compasión, el respeto y la empatía en el acto médico. La especialista aboga por que los centros asistenciales cuenten con más recursos, se elimine el exceso de burocracia en el sistema; y se dote al oncólogo de más reconocimiento en su día a día.
-¿Cómo evoluciona la asistencia del cáncer?
-Hemos detectado un incremento de pacientes en los últimos años. Anualmente en el Hospital de Día atendemos a 2.000 pacientes nuevos y los tratamientos totales son 20.000.
-¿A qué se debe el incremento?
-A varios factores. El desarrollo de las pruebas de diagnóstico permite detectar de manera precoz los distintos tipos de cáncer. Los tratamientos más específicos para tratar las distintas alteraciones moleculares en el interior de las células han estancado, e incluso disminuido, la mortalidad asociada a esta enfermedad.
-Ante esta nueva realidad, ¿Cuáles son las necesidades y los desafíos de la asistencia?
-El paciente ha mejorado su calidad y esperanza de vida, pero tiene nuevas necesidades. Hay que personalizar la atención del paciente en todas sus dimensiones, desde el punto de vista psicológico, su entorno social y familiar.
-¿Cuál es el camino?
-Hay que humanizar la atención oncológica. El especialista tiene que olvidarse de sí mismo para centrarse en el paciente, que suele ser muy vulnerable. Tiene que sentir compasión y empatía, y necesita más reconocimiento, motivación y recursos. Tenemos que tratar al paciente como nos gustaría que nos trataran a nosotros.
-¿Qué lo impide?
-La excesiva burocracia, la falta de reconocimiento, la politización excesiva del sistema y la masificación en las consultas. El equipo médico se quema en estas condiciones y la relación con el paciente se deteriora.
-Soluciones.
-Hay que crear un ambiente de trabajo en equipo. El componente humano de esta profesión es más importante que el propio sueldo. Son necesarios más recursos y que éstos estén repartidos de manera equitativa. Es muy importante garantizar la igualdad de los pacientes en el acceso a los avances de las terapias.
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