Así ha sido la emotiva despedida al quiosquero que lleva endulzando la vida de un colegio de Sevilla durante casi 50 años
El colegio le dedicó un sentido homenaje tanto a él, como a su esposa quien también ha trabajado cuatro décadas en el quiosco.
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A lo largo de la infancia se conocen a muchas personas que quedan en la memoria de los más pequeños, desde profesores buenos o malos, un vecino que era amable por las mañanas o, por ejemplo, el quiosquero que trabaja en las inmediaciones del colegio y en torno al que muchas generaciones han disfrutado de dulces a lo largo de los años.
Fernando ha llevado desde el año 1976 un quiosco en la fachada del sevillano colegio Sagrado Corazón, año en el que la que era directora del centro en aquel momento firmó una autorización para la instalación de los cables que el quiosco necesitaba para tener luz. Y desde entonces ha endulzando con su trabajo la vida de los alumnos que en el centro han estudiado hasta este curso escolar, cuando le ha llegado el turno de disfrutar de una merecida jubilación. Por ese motivo, el colegio ha querido hacerle un sentido homenaje, que han compartido en redes sociales.
Un emotivo adiós
Como ha compartido el colegio, Fernando, acompañado de su mujer, Mª Jesús, fue recibido por los alumnos del centro. Los jóvenes de todas las edades aplaudieron y corearon el nombre del quiosquero a su paso por el centro, cuando se dirigían hacia el interior donde tuvo lugar el homenaje. En el mismo a la pareja se le entregó una placa, en la que el centro educativo agradece su trabajo "endulzando la vida a tantas generaciones de alumnos/as".
El homenaje fue una sorpresa para el propio Fernando, que emocionado comentó durante el acto que lleva "la friolera de 47 años en la esquinita esa", para después reconocer que no se esperaba el detalle del colegio, quedarse sin palabras y mostrar su agradecimiento con el centro. Tras él fue Mª Jesús quien tomó la palabra, también agradecida. La emoción del momento se sintió en sus declaraciones, así como el cariño al colegio y el impacto que el quiosco ha tenido en sus vidas y es que, como señalaba ella misma, también ha estado trabajando en él durante cuatro décadas, el mismo tiempo que lleva casada con Fernando.
Desafortunadamente, los alumnos de Las Esclavas de Sevilla ya no contarán con alguien como Fernando para alegrarles las largas jornadas de colegio con chucherías, ya que al no haber encontrado heredero, se dará de baja el quiosco.
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