¿Qué efectos tiene el uso del móvil antes de dormir?

Las nuevas tecnologías

La luz que desprende la pantalla interfiere en la hormona del sueño

Obliga al cerebro a estar activo y no relajarse para lograr el descanso

El uso del móvil le roba el sueño al 70% de los estudiantes de la US

Una joven mira el móvil en la cama.
Una joven mira el móvil en la cama. / D. S.

El uso del móvil antes de dormir tiene consecuencias muy nefastas para el descanso. Un informe reciente de la Fundación Mapfre alertaba de que en una encuesta realizada en la Universidad de Sevilla (US) casi el 70% de los participanntes aseguraba que la dependencia de este dispositivo les afectaba al sueño. Dicho estudio constata una realidad palpable en muchos hogares sevillanos, donde no sólo jóvenes, sino también personas de edad media y madura padecen un "enganche" a las nuevas tecnologías que acaban trasladando al hábitaculo pensado para el descanso.

Expertos en la materia llevan años alertando de los efectos tan nefastos que provoca el uso del móvil durante demasiadas horas, especialmente en las franjas del día que deben dedicarse al sueño. Una adicción tecnológica motivada por las inmurables aplicaciones que los teléfonos de última generación poseen y que crean una gran dependencia.

Actualmente, el móvil se usa -especialmente por los nativos digitales- para casi todo: mirar la hora, recibir y enviar mensajes, como canal de información, de GPS, para ejercicios deportivos y como despertador. Estas infinitas posibilidades provocan que vaya con nosotros a todas partes, incluso en la mesita de noche, junto a la cama, por lo que resulta difícil no estar pendiente de él cuando ya estamos entre sábanas.

Sin melanina

Esta conducta tiene dos efectos muy negativos para la salud. Por un lado, obliga a mantener el cerebro activo hasta última hora, lo que impide el descanso, puesto que para conciliar el sueño es necesaria una relajación previa. Por otro lado, la luz que desprende la pantalla del móvil interfiere en la producción de melanina, que es la hormona que facilita el sueño.

Además, se corre un gran riesgo de que el sueño se interrumpa al tener el teléfono cerca, pues durante la noche -y aunque el móvil esté en silencio- se reciben distintos mensajes y notificaciones que, mediante vibraciones, pueden despertarnos.

La falta de sueño en niños y adolescentes provoca problemas físicos, pero también psicológicos: desde el cansancio y la pérdida de atención en clase hasta episodios de ansiedad que pueden adelantar trastornos en la salud mental. Por tal motivo, los psicólogos aconsejan que a esas edades se haga un uso racional del móvil y que, incluso, se establezcan horarios para que, a partir de un determinado momento, no se utilice. Para ello resulta imprescindible el ejemplo de los padres o tutores, que también deben hacer un uso moderado de esta tecnología.

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