Una educadora social para tres colegios y un instituto
educación La prestación de los servicios sociales en el sistema educativo
La dirección del IES Salvador Távora teme que los alumnos con problemas de Los Pajaritos, Candelaria y Madre de Dios no sean atendidos como hasta ahora
Una educadora social para tres colegios y un instituto. Ésta es la situación a la que se enfrenta este curso Miriam Ríos, quien tendrá que desarrollar su labor en cuatro centros educativos del barrio de Rochelambert, adonde acuden menores procedentes de Los Pajaritos, Candelaria y Madre de Dios que en muchas ocasiones requieren de una atención especial y constante para lograr su inserción en el sistema de enseñanza. El hecho de que en un año su zona de actuación se haya visto ampliada de uno a cuatro centros ha encendido la alarma entre los padres y el profesorado del Instituto Salvador Távora, donde Ríos ha desempeñado su trabajo hasta ahora, ya que temen que los menores que necesitan este servicio no puedan ser atendidos como en los cursos pasados.
La dirección y el claustro de profesores ya han enviado a la delegación de Educación una carta en la que piden que la educadora social del IES Salvador Távora (antiguo Luis Cernuda) vuelva a desempeñar su función sólo en el citado instituto. No entienden la instrucción que les llegó desde el departamento que dirige Jaime Mougan por el que la persona que se encarga de integrar a los alumnos con dificultades sociales en el sistema educativo tenga que trabajar en cuatro centros a la vez. "Este instituto es uno de los que más alumnos alberga. En total, los de Secundaria suman unos 600 aproximadamente, aunque la función de la educadora social se centra, especialmente, en los dos primeros cursos de esta etapa educativa", señalan fuentes de la dirección del centro. Al Salvador Távora, situado en Rochelambert, acuden menores de barrios cercanos como Los Pajaritos, Candelaria o Madre de Dios, los cuales albergan algunas zonas con riesgo de exclusión social. Esto provoca que la labor de la educadora social sea muy intensa, ya que cada estudiante que presenta problemas de inserción requiere de una dedicación especial para evitar que acabe convirtiéndose en un alumno conflictivo dentro del aula.
"Por el volumen de menores que recibimos tendríamos que tener dos educadores sociales, pero comprendemos que en época de crisis se limiten ciertos gastos. Ahora bien, lo que no estamos dipuestos a aceptar es que los pocos recursos con los que contamos tengamos que compartirlos, sobre todo cuando se trata de temas tan delicados que atañen a la integración de los menores", afirman fuentes de la dirección del Salvador Távora. La disconformidad con la citada instrucción es lo que les ha llevado a exigir por carta que Miriam Ríos sólo cumpla su función en el citado instituto.
Esta educadora social, con quien se ha puesto en contacto este periódico, insiste en que al Salvador Távora llegan alumnos "con muchas necesidades sociales". "Ya me cuesta trabajo atender todos los casos que me surgen en este instituto, pero si además se amplía mi labor a tres centros de Primaria, no puedo garantizar la calidad de mi servicio en todos ellos, ya que en los colegios me indican que actúe sólo en casos de urgencia, algo incomprensible porque mi trabajo es preventivo y de seguimiento, cuando se llega a una situación alarmante no tiene sentido mi intervención", aclara Ríos.
Tanto la dirección del instituto como esta trabajadora apuntan a un posible "recorte" en los gastos de la administración educativa en atención social para explicar el hecho de que una educadora social tenga a su cargo cuatro centros educativos. "Para hacer un buen trabajo esta opción es inviable, ahora, para coger el bolso y pasearse de un colegio a otro es magnífico", apunta Ríos, quien añade que "a la Junta le interesa decir que hay muchos centros con educadores sociales, pero no aclara cuántos son los que contrata realmente".
La delegación de Educación, por su parte, respondió a este periódico que la labor de los educadores sociales es de "intervención familiar" y que el hecho de que se amplíe su campo de actuación se debe a la necesidad de que los alumnos estén atendidos por estos profesionales desde Primaria. El IES Salvador Távora cuenta con la figura del educador social desde hace seis años, tiempo en el que sólo ha desempeñado su labor en este centro. La Consejería de Educación ha premiado recientemente a este instituto por su trabajo por la convivencia.
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