El reto de ser estudiante en un barrio con necesidades sociales en Sevilla

Educación | Mentorización del alumnado

Una treintena de voluntarios universitarios formados en intervención social motivan con éxito a alumnos de ESO y de FP de zonas desfavorecidas, gracias al programa de Mentoría Juvenil

Voluntarios mentores en una de las sesiones de formación continua con responsables del proyecto de Mentoría Juvenil. / Asociación Ariadna

Cuando las obligaciones escolares coinciden con demasiados problemas en la familia por una situación económica complicada asociada a otros conflictos sociales o familiares o cuando vives en un barrio donde las adicciones y la delincuencia empeoran la situación, el estudio y la formación académica pasan al último lugar de las prioridades.

"En casa se encuentran en una situación familiar desfavorable o donde la educación pasa a un segundo plano. Este proyecto les plantea una visión diferente. Están encantados”, explica Jose, orientador del IES Picasso, de Parque Alcosa

Entonces el objetivo es dejar el Instituto o la Formación Profesional a los 16 años. Para evitar a tiempo el abandono escolar y acompañar en sus necesidades y preocupaciones a los alumnos de ESO y FP con este perfil funciona desde el curso 2016-2017 el programa de Mentoría Juvenil, liderado por la asociación Ariadna, promotora del Método Mentoris, reconocido por el Defensor del Menor. El programa está financiado por Obra Social La Caixa, Fundación Cajasol y Junta de Andalucía.

Lo imparten una treintena de jóvenes voluntarios (de 18 a 25 años) universitarios o de ciclo superior, muchos de los cuales están formados en educación social, trabajo sociales o intervención social, en cinco institutos de Sevilla situados en zonas de especiales necesidades sociales: IES Azahar (Norte), IES Pablo Picasso (Parque Alcosa), IES Macarena, IES Polígono Sur e IES Romero Murube, también en el Polígono Sur. Los voluntarios mentores reciben una formación continua guiada por tres técnicas: María Ángeles Tortosa, Cossete Franco (cocreadora del Método Mentoris) y la coordinadora, Isabel López.

“Es importante trabajar este programa con alumnado de edades tempranas, por ejemplo, de 14 años, para motivarlos lo antes posible y evitar el abandono del sistema educativo”, Jose, orientador del IES Picasso.

Hablamos con dos voluntarios y dos profesionales de los centros en los que funciona con éxito el programa.

En el confinamiento por el estado de alarma estos encuentros presenciales con los alumnos varias veces al mes se han interrumpido, pero los mentores han seguido conectados con ellos por vía telemática: instagram (@mentoris2020), el canal de youtube y el blog del programa.

En IES Picasso, en el Parque Alcosa, un centro de enseñanza compensatoria en un entorno de rentas medias o medio bajas que recibe alumnado del barrio y de la zona de El Parchís, en Sevilla Este, el orientador que coordina el proyecto de Mentoría Juvenil en el centro corrobora la buena repercusión del programa en el alumnado, sobre todo los que se encuentran en situación social vulnerable.

El cambio se logra con algo aparentemente sencillo, pero clave: un joven universitario con una edad parecida a la suya les escucha, les dedica tiempo, les da apoyo, comprensión y empatiza con ellos

“Hay familias que no están interesadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos e hijas, y es a estas a las que el proyecto resulta especialmente beneficioso. Estos chicos y chicas en casa se encuentran en una situación familiar desfavorable o donde todo lo relacionado con la educación pasa a un segundo plano. Este proyecto les plantea una visión o salida diferente y la cogen. Están encantados”, explica Jose, 47 años y nacido en Sevilla, psicólogo de profesión apasionado por su trabajo que lleva la tutoría específica del grupo PMAR (Programas de mejora del aprendizaje y del rendimiento).

Este orientador añade que “es importante trabajar este programa con alumnado de edades tempranas, por ejemplo, de 14 años, para motivarlos lo antes posible y evitar el abandono del sistema educativo, antes de tiempo”.

Temas que se abordan en las sesiones de Mentoría Juvenil con el alumnado

Los mentores trabajan con los alumnos la autoestima, el autoconocimiento, el autoconcepto de sí mismos, la cohesión del grupo, la mediación escolar, el fomento de la escucha y empatía, prevenir la violencia en la escuela, resolución pacífica de conflictos y educación en valores, la ludopatía y las adicciones, el perdón como

acto de valentía en la adolescencia, dinámicas para el desarrollo personal, y género, identidad sexual y orientación sexual, entre otros.

Se reúnen presencialmente con ellos cada semana o dos veces al mes en horas de tutorías.

El cambio se logra con algo aparentemente sencillo, pero clave: un joven universitario con una edad parecida a la suya les escucha, les dedica tiempo, les da apoyo, comprensión y empatiza con ellos. “El programa logra motivar a todos los alumnos, especialmente los que más lo necesitan. Pasan de estar por estar en el instituto a creer en ellos mismos, a tener más confianza en ellos, a ser más participativos y a plantearse un objetivo en la vida. No hay nada más gratificante”, destaca Jose, el orientador del IES Picasso.

"Cuando generas confianza en estos chicos cambian, se proponen hacer cosas nuevas en el aula y seguir formándose y sienten que son más alcanzables sus metas”, señala Ana, voluntaria en el IES Picasso

Es lo que le ha sucedido a cuatro menores de esta zona que iban a dejar sus estudios al llegar a los 16 y ahora tienen proyectos que les entusiasman: dedicarse a los caballos, trabajar en una tienda sin dejar de estudiar, hacer peluquería y ganarse un sueldo como modelo. Los hay que años después retoman aquello que aprendieron en el programa y se ven capaces de cambiar su rumbo y de conseguir un objetivo.

La implicación de todo el centro escolar es fundamental en este programa de mentoría, que debe aprobar el consejo escolar. Tiene enorme importancia en su desarrollo el equipo directivo, así como los tutores y tutoras de los grupos en los que se interviene, ya que son piezas clave en el desarrollo de las sesiones y en la puesta en marcha de las actividades.

Una de las voluntarias de este programa en el IES Picasso es Ana, de 24 años, natural de Montijo (Badajoz), integradora social y monitora de ocio que está terminando Trabajo Social. Corrobora lo mucho que influye el barrio y el entorno donde vive un alumno, y lo bien que conectan con ellos al ser también jóvenes y con formación. “Hay menores que llegan retraídos, callados y llenos de negatividad; en las reuniones presenciales hablan de ellos, de sus aficiones, y demuestran lo diferente que son en los entornos en los que se sienten cómodos. Cuando generas confianza en estos chicos cambian, se proponen hacer cosas nuevas en el aula y seguir formándose y sienten que son más alcanzables sus metas”, señala Ana.

“Está demostrado que la mentorización funciona muy bien con alumnos bastante difíciles. Los niños se abren muy rápido con los mentores, por la cercanía generacional", cuenta Cloti, tutora de FP Básica en el IEs Polígono Sur

La mentorización sirve asimismo para abordar temas que preocupan a los menores ya que ni pueden resolverlos con su grupo de iguales ni quieren preguntar a sus padres. Los chicos quieren saber cuestiones sobre droga, sexualidad, bullying, acoso, relaciones tóxicas de parejas, y el uso y abuso de internet. “Se trata de que ellos se conozcan un poco mejor y crean en sus capacidades. Les abrimos un poco más las puertas para lograr sus aspiraciones”, explica Ana.

En el IES Polígono Sur, que imparte Formación Profesional Básica en las especialidades de automoción y electricidad, la experiencia de la mentorización de los alumnos está dando unos resultados increíbles en los años que lleva funcionando, sobre todo en los de primer curso, donde suele darse el mayor fracaso escolar.

"Abordan temas que les preocupan y estos voluntarios, al estar tan bien preparados, trabajan mejor que muchos otros colectivos. El programa es muy completo”, recalca Cloti, del IES Polígono Sur

Lo cuenta Cloti, de 48 años, de San José de la Rinconada, profesora de Geografía e Historia, tutora de FP Básica en este instituto y enamorada de su trabajo. Los alumnos que se muestran más pasotas y desmotivados se interesan mucho por lo que trabajan con los mentores. “Les gusta muchísimo el apoyo que tienen de los mentores. No me podía esperar lo bien que reaccionan”, afirma esta profesora.

“Está demostrado que la mentorización funciona muy bien con alumnos bastante difíciles. Los niños se abren muy rápido con los mentores, por la cercanía generacional, en cuestiones que a nosotros los profesores nos cuesta. Abordan temas que les preocupan y estos voluntarios, al estar tan bien preparados, trabajan mejor que muchos otros colectivos. El programa es muy completo”, recalca Cloti.

“Nos da alegría cuando un alumno nos dice que va a estudiar Física y que está motivado, teniendo en cuenta que en su clase unos que van a ser padres y otros están decididos a dejar el instituto…”, relata Edu, voluntario en el IES Romero Murube

“El primer cambio que vemos en los alumnos es que son muy receptivos a todo lo que hablan con los mentores. Por ejemplo, cuando se abordó el tema de hablarse con respeto, de mantener un buen trato con los compañeros, fueron más receptivos que con los profesores. La barrera generacional es menor con estos voluntarios y eso hace que se abran más, que se expresen con más libertad. Con nosotros no tienen la misma reacción cuando les planteamos esas cuestiones”, cuenta Cloti.

En este instituto los alumnos, preocupados por su futuro laboral, demandan también de los mentores orientación laboral, y con el estado de alarma se han interesado por temas de psicología.

Edu, voluntario de 20 años que estudia Integración Social, es mentor en el IES Romero Murube, del Polígono Sur. Este año la mentorización se ha hecho con alumnos de 3º de la ESO. “A los niños les encanta. Nos da alegría cuando un alumno nos dice que va a estudiar Física y que está motivado, teniendo en cuenta que en su clase hay unos que van a ser padres y otros que están decididos a dejar el instituto…”, cuenta Edu, quien añade que son chicos muy buenos pero viven en un entorno que no es adecuado para su edad.

En las reuniones los alumnos de este IES quieren saber sobre las adicciones (cómo se vive si se cae en la droga y cómo salir si uno de engancha a ella) porque viven en un barrio donde la droga se ve mucho. También se interesan por la violencia de género, qué pueden hacer si se encuentran con un caso; por el acoso escolar, y por las redes sociales, cómo moverse en ellas con seguridad, cuenta este voluntario.

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