"No esperamos que haya un nuevo aumento masivo de la incidencia"
Eduardo Briones | Epidemiólogo del Distrito Sevilla
El epidemiólogo Eduardo Briones confía en que la vacuna contendrá la incidencia y aboga por mantener el uso de la mascarilla como principal medida de protección
El epidemiólogo del Distrito Sanitario Sevilla, Eduardo Briones, cree que no hay que temer por la llegada de una nueva ola, pero sí estar atentos a la evolución de los casos porque aún hay un grupo de edad sin vacunar, las vacunas no son efectivas al 100% y empiezan a levantarse las restricciones. En esta línea, defiende el actual uso de la mascarilla en interiores, al menos, "hasta conseguir estar 15 días con una incidencia inferior a 25 casos" y confía en la progresiva recuperación de la "vida anterior a la pandemia", pero "en convivencia con el virus".
-¿Habrá una sexta ola?
-No sabemos si lo llamaremos sexta ola o será una situación más parecida a la endemia. Pero que haya otro pico de aumento de la incidencia no es lo esperable, al menos, a corto plazo. Más bien esperamos una incidencia a la baja contenida que podría remontar en determinadas situaciones como puede ser con la llegada del invierno, por ejemplo, por las circunstancias más favorables a la transmisión del virus y que podría generar brotes en determinadas áreas o zonas y/o colectivos específicos, pero, en conjunto, no esperamos un nuevo aumento masivo de incidencia.
-¿Cuál es la situación actual de la pandemia y cuál es la evolución que se espera a corto plazo?
- La situación actual es de un descenso sostenido, aunque, es verdad, que se ha ralentizado en la última semana porque veníamos bajando muy rápido y ha echado el freno. Vamos a ver en qué momento tocamos fondo, es decir, hasta donde llega el descenso, que también es variable dependiendo de la zona. En Andalucía hay provincias con incidencias más altas y otras más bajas y eso mismo vemos que ocurre dentro de la capital, donde también hay, claramente, situaciones diferentes por zonas a las que hay que seguir controlando y en eso es en lo que estamos. Aunque, en general, la tendencia es a la baja.
-¿Cree que es posible que surjan nuevas variante que escapen a las vacunas actuales?
- Es difícil de predecir eso, pero en la medida que haya más población vacunada y menos circulación del virus, es más difícil que surjan nuevas variantes al darle menos capacidad replicación al virus y de que sobrevivan esas mutaciones que hagan luego una variante que escape a la inmunidad. Esto depende mucho de la evolución mundial, no sólo en España. Como se ha comportado el virus hasta ahora, no creemos que haya un escape vacunal concreto, sino que sean variantes con unas características más infectivas ante las que se proteja menos, pero no se prevé un escape total. Pero este virus siempre nos trae sorpresas. La variante Delta, claramente, era algo que no teníamos previsto que ocurriera y luego en la practica hemos visto que su comportamiento es bastarte agresivo, sobre todo, porque es capaz de transmitirse entre los vacunados con cierta facilidad.
- ¿Dónde cree que se sitúa la inmunidad de rebaño teniendo en cuenta el alto volumen de transmisión de la variante Delta, también entre los vacunados?
- Primero es importante dejar claro qué entendemos por inmunidad de rebaño o de grupo. Si entendemos por ello el concepto clásico, según el cual, se para la transmisión porque no encuentra susceptibles, llegando a una incidencia cero o similar a cero, eso no es esperable a corto plazo. Y no lo es por las propias características del virus y por la inmunidad que consigue la vacuna ya que ésta no hace que el virus deje de circular porque no son 100% eficaces y porque todo el mundo no desarrolla el mismo nivel de inmunidad, por lo que se le sigue dando al virus la oportunidad de transmisión, incluso, en entornos con alta cobertura vacunal. Lo que sí vamos a tener y, de hecho, ya hemos tenido, es una enorme disminución de la incidencia y, sobre todo, de las consecuencias graves de la enfermedad. Es muy, muy evidente como han disminuido las hospitalizaciones y las defunciones en esta quinta ola, pese a una transmisión muy alta, con incidencias por encima de 500 casos por 100.000 habitantes en la provincia, pero que ha dejado un impacto en hospitalización que ha sido asequible y muy diferente al de las olas anteriores.
-¿Se están relajando las medidas con demasiada velocidad o el ritmo es el adecuado?
- Aquí siempre hay que buscar un equilibrio. A los epidemiólogos y a los que velamos por el control de la enfermedad nos preocupa cualquier apertura que se haga, pero, evidentemente, la salud de la comunidad también está en tener trabajo, tener vida social, etc. Eso lo entendemos todos, pero no quita que sigamos preocupados por la capacidad de transmisión que tiene el virus y por el efecto de relajación total, que puede tener ese levantamiento de restricciones, que hace que se puedan perder todas las precauciones. Desde mi punto de vista creemos que en estos momentos hay que seguir manteniendo distancias, mascarillas en interiores y un nivel de precaución mínimo, por lo menos, hasta que alcancemos un periodo de tiempo superior a 15 días con una incidencia, al menos, por debajo de 25, que es el nivel en el que consideramos que ya se tiende a situación de control.
-¿Es posible que Sevilla llegue a mantenerse en una incidencia cercana a cero?
- Sí, claramente, la tendencia apunta a eso. Si seguimos con este ritmo de bajada de incidencia, está claro que vamos a llegar a situarnos por debajo de 25 casos por 100.000 habitantes. Es la propia dinámica de transmisión y la cobertura de vacunación la que hace que seamos bastante optimistas a corto plazo en ese sentido. Otra cosa es lo que pase un poco después. Que se vuelvan a acumular susceptibles y diferentes fuentes de transmisiones y puede haber repuntes.
- La EMA ya ha aprobado una dosis de refuerzo de Pfizer en la población general seis meses después de la segunda inyección. ¿Es partidario?
- Con los datos que tenemos parece ser que tiene un cierto nivel de efectividad, pero que no necesariamente añade demasiado a lo que ya tenemos con las dos dosis. Pero sí es importante, fundamentalmente, en las personas que no están inmunizados porque las dos dosis previas no hayan recibido un buen nivel de inmunidad.
-¿Cuándo piensa que podremos eliminar las mascarillas por completo?
- La mascarilla es la medida de precaución que nos queda. Ahora mismo la norma es usarla en interiores o en zonas donde no podamos evitar aglomeraciones y, hoy por hoy, parece más que prudente el mantener esa medida. Cuando lleguemos a una situación de control en la que podamos decir que no hay circulación prácticamente del virus, entonces sí podremos empezar a plantear quitarla, pero ahora mismo no lo veo recomendable. Además, también ha resultado muy útil para el control de los virus respiratorios, que ahora empiezan a fluir, y por ello mi apuesta es por mantenerla.
-¿Cuándo podremos volver a la normalidad de antes del Covid?
- Lo que sí vemos es que vamos a tener que convivir con un nuevo virus, que es bastante peligroso, por cierto, y que tenemos que vigilarlo intensamente, tomando decisiones y aportando datos conforme vaya evolucionando. Seguramente la vida no volverá a ser la misma en muchos aspectos, pero sí es cierto que con el levantamiento de las restricciones que estamos haciendo y el que probablemente se hará en las próximas semanas, la vida vuelva a ser prácticamente igual, excepto, por el uso obligatorio de mascarillas en interiores, que tampoco parece que nos vaya a cambiar eso la vida, y la convivencia con el virus.
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