La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
El uso de drones para fines policiales y relacionados con los servicios de emergencias fue el eje de las jornadas organizadas por Asemerpas (Asociación de Seguridad y Emergencias conRPAS), que se celebraron el pasado jueves en el edificio Bluenet, en la isla de la Cartuja. En ella participaron más de una veintena de pilotos de drones, todos ellos policías, bomberos o profesionales de los servicios de emergencias sanitarias, así como técnicos que explicaron el funcionamiento de los drones y algunos de los modelos de aparatos y cámaras más avanzados del mercado.
Durante la jornada se presentó el DJI Aeroscope, un sistema especializado en la detección e identificación de drones. Toda la sesión fue muy técnica. Los pilotos pudieron ver distintos modelos de drones, sus mandos y el equipo fotográfico que éstos incorporan. Algunas de las cámaras son capaces de captar desde las alturas hasta un mensaje de texto en un teléfono móvil. Esto es especialmente útil para el control del tráfico. Ya la Dirección General de Tráfico están utilizando drones para denunciar infracciones en las carreteras.
Hasta hace relativamente poco, sólo los helicópteros hacían este trabajo, con el consiguiente gasto en combustible. De igual manera, los drones aportan una serie de ventajas a la hora del control de masas. Desde el aire se puede observar en tiempo real cómo evoluciona una manifestación, por ejemplo, o un evento que concentre gran cantidad de público, como una carrera popular, una procesión religiosa o el desplazamiento de un grupo de aficionados ultras en un partido de fútbol. La Policía puede así conocer con precisión si se ha generado un incidente o un disturbio y ganar tiempo de respuesta.
Hasta el momento ese uso ha sido muy esporádico. Sí se han empleado ya con cierta frecuencia en el capítulo de búsquedas de desaparecidos. Famoso fue el caso de Blanca Fernández Ochoa en la Sierra de Madrid, donde se utilizaron drones para localizar el cuerpo de la esquiadora. En Sevilla se han empleado ya en varios casos de desaparecidos, como los de los ancianos desaparecidos en la aldea del Priorato, en Lora del Río; en El Castillo de las Guardas y en El Ronquillo. Asemerpas también ha llevado sus drones a otras zonas de Andalucía como La Antilla. Estas aeronaves pueden equiparse con cámaras térmicas, cuyas imágenes pueden ser fundamentales en caso de que las personas desaparecidas todavía se encuentren con vida.
Otro uso que ya se está extendiendo es en los incendios forestales. Por regla general, los helicópteros y aviones cargados de agua no suelen volar cuando se va la luz natural, lo que hace que los incendios puedan ganar terreno si sopla el viento durante la noche. Con los drones equipados con cámaras térmicas se puede tener un control del incendio en todo momento y averiguar si alguna brasa se está reactivando. Con esa información se puede enviar una dotación de bomberos por tierra al lugar antes de que el fuego se extienda. Ya se aplicó con éxito esta medida durante el verano en los incendios forestales de El Castillo de las Guardas y El Ronquillo.
Otra actividad en la que cada día más se están empleando drones es para las asistencias sanitarias, sobre todo para aquellos casos en los que haya una persona herida o atrapada en algún lugar abrupto o de difícil acceso. Las imágenes captadas por el dron permiten al operador conocer de antemano qué lesión puede padecer o en qué estado puede encontrarse la persona accidentada, lo que facilita el trabajo posterior de los servicios de emergencias o de rescate.
Asemerpas es la asociación que está impulsando el uso de drones entre la Policía, la Guardia Civil, los Bomberos y los profesionales sanitarios. Su presidente es David Guzmán, policía local de Sevilla, que ahora trabaja también en el asesoramiento a las Fuerzas de Seguridad, ya que existe cierto desconocimiento de la normativa. “Colaboramos con ONG como SOS Desaparecidos o Ayuda Sin Fronteras, a las que hemos invitado a las jornadas. Este encuentro ha servido para conocernos mejor, porque hay policías que son de distintas zonas de Andalucía y hasta ahora hablábamos por WhatsApp o por teléfono pero no nos conocíamos personalmente”, explicó a este periódico el presidente de Asemerpas.
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