Un dragado para retirar 1,4 millones de metros cúbicos de lodos
El mantenimiento del canal del Guadalquivir
La Autoridad Portuaria adjudica una obra para evitar que el aumento del depósito de tierras en el fondo del Guadalquivir reduzca el calado y aumente la peligrosidad de navegar
Un nuevo dragado en el Guadalquivir para retirar 1,4 millones de metros cúbicos de sedimentos con el objetivo de evitar los aterramientos que se vienen produciendo de forma habitual en la canal de navegación, que comienza en la desembocadura del río en Sanlúcar de Barrameda y termina en Sevilla, y que reducen el calado y aumentan la peligrosidad de la travesía de los buques. Los trastornos son graves, ya que conllevan retrasos en la navegación y perjuicios económicos a todos los clientes del Puerto de Sevilla.
La Autoridad Portuaria ha adjudicado un dragado de mantenimiento durante cinco años de la canal de navegación de la ría del Guadalquivir para permitir el acceso del tráfico marítimo hasta los muelles de Sevilla en condiciones de plena seguridad y operatividad. Para llevar a cabo esta tarea, y tomando en consideración las batimetrías que los expertos realizaron en los años comprendidos entre 2007 al 2017, se ha estimado la cantidad mínima necesaria a dragar durante las campañas 2019 a 2022. El pliego destaca que se trata de mantener las cotas de las rasante actuales, no de aumentarla. Esta primera fase de los trabajos serán realizados durante dos años por la empresa Dravo S. A. con un presupuesto de 3,3 millones de euros (IVA incluido).
Los volúmenes a dragar, desglosados por zonas de extracción y puntos de vertido, dependerán de los aterramientos que se hayan producido durante el período entre el último dragado y la realización de una batimetría de replanteo. Como estimación, se ha considerado a partir del análisis de los dragados realizados desde 1985 en el Puerto de Sevilla la extracción de un volumen mínimo de 200.000 metros cúbicos por campaña y un volumen máximo total de 1.440.000 metros cúbicos en el conjunto de todos los años. La obra comprende cuatro campañas anuales y deberá realizarse entre el periodo del 1 de junio al 28 de febrero.
La Autoridad Portuaria realizará la batimetría de inicio para definir los tramos a dragar. Después se harán las batimetrías de replanteo en cada tramo en las que se determinarán los volúmenes a dragar, y que servirán para las actas de replanteo. Una vez finalizados los trabajos en cada tramo, se realizarán las pertinentes batimetrías de comprobación en las que se acreditará que se han alcanzado las cotas requeridas para su recepción. El mantenimiento del calado exigido por la navegación actual en trece tramos de la vía navegable de la ría conocidos como Broa, Sanlúcar, Salinas, Puntalete, El Yeso, La Gola, Tarfia, La Mata, La Lisa, Olivillos, Boca Sur Isleta, Coria del Rio-Isleta, Las Huertas, y Antesclusa.
La caracterización de sedimentos se ha llevado a cabo en febrero de 2018. En las conclusiones del informe Caracterización de Sedimentos de la Ría del Guadalquivir se explica que los sedimentos estudiados a lo largo del estuario se clasifican como categoría A, para todos los casos, exceptuando el tramo 4, que quedaría como categoría B. “Los materiales de dragado pertenecientes a la categoría A podrán ser vertidos al mar en zonas restringidas o no restringidas. En el caso de los materiales de la categoría B el vertido se podrá efectuar exclusivamente fuera de las zonas de vertido restringidas”.
Independientemente del programa de actuaciones medioambientales propio de la Autoridad Portuaria de Sevilla, el contratista deberá contar con un documento dirigido a garantizar la mínima repercusión sobre el entorno derivado de su actividad con planes de vigilancia ambiental de las operaciones incluidas en el proyecto; gestión de residuos; gestión de vertidos; control de emisiones; gestión de ruido; y vigilancia y control del suministro de combustible.
En el documento de la Autoridad Portuaria se incluye un memoria preliminar y final de la actividad arqueológica en las campañas del dragado de mantenimiento de 2016 y 2017. En las conclusiones se indica que en la excavación realizada no se detectaron estructuras, aunque sí piezas descontextualizadas sobre la superficie del lecho fluvial. “En definitiva, tal y como reflejan los resultados obtenidos durante las labores de vigilancia arqueológica realizadas por el equipo de intervención, los dragados de mantenimiento correspondiente a su primera campaña 2016-2017 no han supuesto incidencia sobre el Patrimonio Histórico de la zona de prospección, por lo que no resulta necesario plantear medidas adicionales de protección ni cautelas extraordinarias”.
El dragado de mantenimiento no tiene nada que ver con el dragado de profundización que Europa no permite ejecutar al Puerto de Sevilla. Del total de sedimentos extraídos en cada campaña, se destinará una parte procedente de los tramos de Puntalete y Salinas para el mantenimiento y la regeneración de las playas de Bajo de Guía y de La Calzada – Piletas de Sanlúcar de Barrameda.
Como novedad, los pliegos incluyen un protocolo de gestión integral de los vaciaderos terrestres para favorecer la presencia de aves acuáticas durante el período de invernada y reproducción. Este protocolo ha sido elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y deriva de los estudios que iniciaron en 2013 para mejorar la gestión de los vaciaderos.
La organización agraria UPA en Sevilla y la Asociación Andaluza de Regantes (Asare) pidieron a la Autoridad Portuaria que el dragado de mantenimiento del canal de navegación del Guadalquivir se limite a “una actuación de mantenimiento” y no pueda utilizarse “para realizar un dragado en profundidad”. La organización agraria y la referida asociación de regantes creen que “dragar periódicamente el canal del Guadalquivir ayuda a mantener el calado para la navegación hasta Sevilla y garantiza la seguridad en el acceso marítimo”, si bien se muestran prudentes con esta petición de dragado. “Consideran que una limpieza de mantenimiento puede resultar necesaria para la retirada de sedimentos”, pero “se posicionan totalmente en contra de que este permiso pueda utilizarse para realizar un dragado en profundidad”.
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