Dr. Jekyll y Mr. Hyde en el Ayuntamiento de Sevilla

Conferencia

El secretario y la interventora del Consistorio hispalense protagonizan una mesa redonda sobre “las tensiones no resueltas” en el quehacer diario de sus funciones municipales

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Luis Enrique Flores, Consuelo Doncel y Sara Herández en la mesa redonda celebrada en la Casa de la Provincia.
Luis Enrique Flores, Consuelo Doncel y Sara Herández en la mesa redonda celebrada en la Casa de la Provincia. / Redacción Sevilla

Como El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, la famosa novela decimonónica de Stevenson que versaba sobre el trastorno de personalidad múltiple. Así son “las tensiones” en el día a día de un Ayuntamiento entre la figura del secretario y el interventor, cuyos nombres propios en el Consistorio hispalense son los de Luis Enrique Flores Domínguez y Sara Hernández Ibabe, respectivamente. Ambos han protagonizado este jueves una mesa de debate en el Foro de la Administración Local en Andalucía 2024, que se celebra en la Casa de la Provincia y está organizado por Cosital, el consejo general de secretarios, interventores y tesoreros de la administración local. El acto –con gran asistencia de público– lo ha moderado Consuelo Doncel

Con el título de La secretaría y la intervención de las entidades locales, algunas tensiones no resueltas, Flores y Hernández han puesto de relieve las discrepancias que pueden surgir en el desarrollo de sus responsabilidades cotidianas, pero, muy especialmente, han dejado constancia de que el humor y la buena sintonía entre ellos puede limar cualquier desacuerdo que se presente. 

El sentido del humor es el barniz que aminora la crispación. Una cualidad que tienen a raudales el secretario y la interventora del Ayuntamiento sevillano. La mesa redonda empezó con una disputa, en tono de guasa, por saber quién de las dos figuras es más feliz en su quehacer diario. “La intervención está totalmente comprometida; la secretaría, implicada”, aseveró Hernández. Como metáfora de la afirmación, una foto en la pantalla donde se mostraban dos huevos fritos y varias tiras de baicon. Que cada uno de los asistentes interpretara libremente qué producto representaba a cada alto funcionario subido en el estrado. Surgieron las primeras risas.

Los reyes de la burocracia municipal

“Éramos los reyes de la burocracia municipal”, recordó con sorna Luis Enrique Flores al referirse a la trayectoria histórica de los secretarios consistoriales. Todo empezó a “torcerse” cuando apareció la figura del interventor. ¿El secreto para que las más que habituales tensiones entre ambos se eviten? Solventar previamente las discrepancias. 

Para Flores, cualquiera de estos funcionarios de máxima responsabilidad debe poseer “honestidad intelectual”. “Sabemos lo que sabemos y llegamos hasta donde podemos. No tenemos un conocimiento supremo”, aseguró el secretario municipal. Para la interventora, además de esta cualidad, se debe tener “empatía, lealtad y respeto”, valores que quedan condicionados por uno superior, “la admiración”. 

“Hay que abandonar los egos para no mostrar en público las diferencias, pues de lo contrario, la perjudicada es la administración”, insistió Hernández, para quien “la Secretaría debe tener un poco de la Intervención y la Intervención, un poco de la Secretaría”. 

Flores reconoció que su función está desposeída de “poder coercitivo”. “La Inspección tiene el reparo”, añade. Eso sí admitió que el único “campo exento” de la actución de su compañera de debate son las ordenanzas. "Todo un alivio".

"El no es gratuito"

El secretario alertó del “auge de la cultura del no”. “El no es gratuito y el sí entraña riesgos. Hay que pedir responsabilidades por los millones que cuesta el no”, refirió Flores, que también advirtió del “excesivo control jurídico”. “Los políticos están ahí porque los han votado”, abundó. Y una recomendación para ejercer su cargo: “estudiar siempre mucho, lo que acorta el tiempo de respuesta”. Sirva de lección la actualidad, con los continuos avisos de las confederaciones hidrográficas a raíz de la DANA. 

Continuó el tono distentido, el que mejor muestra las entrañas del mundo fucionarial. De regalo, una novela llevada al cine y al teatro. Hernández la mencionó al aludir a este brifontismo municipal. “El secretario es el doctor Jekyll y el interventor, el señor Hyde”. Flores rompió el estereotipo. “¿Tengo yo pinta de gentleman?”. Carcajadas como respuesta.

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