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"Es tanto el dolor que sólo encontrar el cuerpo sería un alivio"

Los padres relatan la "infinita tortura" que padecen y destacan el error que cometió Samuel Benítez en una llamada telefónica.

"Hoy será el primer día en que se escuche la verdad en esa sala"
F. Pérez Ávila - C. Valdivieso - J. Muñoz // Vídeo Ainhoa Ulla

24 de octubre 2011 - 12:45

"Es tanto el dolor al que nos tienen sometido que, por absurdo que parezca, el hecho de que apareciera el cuerpo sería un alivio". Así expuso Eva Casanueva la necesidad que tiene de hallar el cadáver de su hija en el transcurso de su declaración ante el tribunal que enjuicia a los cuatro acusados mayores de edad implicados en el asesinato de Marta del Castillo.

Los padres de la víctima iniciaron el turno de los testigos de una jornada que podría ser la más emotiva de toda la vista, tanto por la declaración de los más allegados a Marta como por el careo celebrado al final de la sesión. Eva Casanueva y Antonio del Castillo pusieron de manifiesto la "tortura infinita" que supone para ellos el no encontrar el cuerpo de su hija y el dolor que les ha causado los continuos cambios de versiones. "Al principio me decía mi marido que no había sufrido, que había muerto de un golpe, y luego tengo que escuchar que la han violado, que la han estrangulado", apuntó Eva.

"Estamos siendo maltratados psicológicamente desde el primer momento. Sólo nos ha faltado escuchar que Marta desapareció por obra del Espíritu Santo", ironizó Antonio del Castillo. "Cuando la Policía la buscaba en el río pensé que se había acabado nuestra agonía, pero a medida que no la hallaban me martirizaba la cabeza, no podía encontrar lógica a que estos individuos se quedaran con la Policía".

Los padres reconstruyeron ante el tribunal lo ocurrido la noche del 24 de enero. Ambos coincidieron en que comenzaron a preocuparse cuando llamaron a su hija a las diez de la noche y ésta no respondía a sus llamadas. "A veces daba tono pero no lo cogía y otras veces saltaba el mensaje de apagado o fuera de cobertura. Era de Orange, no se me olvidará en la vida el mensaje". Luego, Antonio del Castillo explicó que se dirigió al Hospital Macarena para comprobar si había ocurrido algún accidente con alguna chica no identificada para después volver a su casa y acercarse por indicación de su esposa a la vivienda de León XIII. Allí llegó a llamar a las persianas. "No había luz. Busqué la moto de Miguel pero tampoco estaba", señaló el padre de la víctima, que estuvo en León XIII entre las 0:30 y las 0:50 de la noche del ya 25 de enero.

Eva Casanueva recalcó la contradicción en la que incurrió Samuel Benítez cuando ella lo llamó por teléfono, a las 23:40 del 24 de enero. "Sonaba mucho ruido de fondo, me dijo que estaba en una fiesta en Montequinto, pero que había hablado con Miguel y que éste le había dicho que había dejado a Marta a las doce en su casa. Yo estaba tan bloqueada que ni caí, pero mi marido miró el reloj y me dijo que aún no eran las doce. En ese momento sólo quería hablar con Miguel, estaba muy ofuscada, y por eso le dije que gracias y le colgué".

La madre de Marta llegó a hablar con Miguel a la 1:37 y éste le dijo que estaba en casa de su novia, en Camas, y que él había dejado a Marta a las 21:30 junto a la cristalería próxima a su domicilio. Eva Casanueva realizó una segunda llamada instantes después al sospechar de que Carcaño no le decía la verdad. A las dos, el padre de Marta presentó una primera denuncia, que luego amplió a las seis y media de la mañana. Lo hizo en la comisaría de Nervión e iba acompañado por un grupo de amigos de su hija, entre ellos Samuel Benítez, que desde las cuatro de la madrugada se había unido a la búsqueda.

El tío de Marta, Javier Casanueva, cerró ayer el turno de declaraciones. Este testigo relató los dos encuentros que mantuvo con el hermano del asesino confeso, Javier Delgado, y la actitud "violenta" que éste mantuvo hacia él. El primero se produjo a la una de la tarde del domingo 25 de enero en el piso de León XIII, cuando un vecino aseguró al tío de Marta que había visto a Carcaño con una silla de ruedas la noche anterior, sobre la una y media. La segunda reunión la solicitó Javier Delgado y se celebró en casa de su ex mujer. "Allí me dijo que para bien o para mal todo lo que estaba haciendo su hermano era porque él lo estaba asesorando".

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