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El discreto nuevo duque de Alba

El adiós a Cayetana de Alba

El hijo mayor de la fallecida, Carlos Fitz-James Stuart, imprimirá una nueva forma de gestionar a la Casa Ducal.

Foto: Juan Carlos Muñoz
M. J. G.

21 de noviembre 2014 - 05:03

Carlos Juan Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, primogénito de la duquesa fallecida, es ya el nuevo y decimonoveno duque de Alba de Tormes. El que hasta ahora era el duque de Húescar sumó ayer medio centenar de títulos legados por su madre, algunos de ellos con Grandeza de España. Extremadamente discreto, el heredero tiene 66 años y posee la personalidad de su padre, incluso se parece físicamente mucho a él, y el amor a la cultura y el arte que le enseñó su madre.

Al ser el mayor de los hermanos asume también la responsabilidad del legado de la Casa Ducal, una tarea en la que ya se había volcado desde el fallecimiento de su padre, cuando apenas tenía 25 años. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, era ya el principal gestor de los asuntos financieros de la familia y previsiblemente se convertirá en el presidente de la Fundación Casa de Alba, cuya jefatura efectiva ostenta desde hace algunos años. De hecho, tiene fijada su residencia en el Palacio de Liria.

Caballero maestrante y también de la orden militar constantiniana de San Jorge, el nuevo duque creció en palacios y jugó entre obras de arte, pero nunca ha demostrado sentirse diferente a los demás, según relató en vida su madre, que lo definió en su biografía como un hombre "conservador" capacitado para proteger el título. En dos ocasiones llevó a Cayetana de Alba al altar, en sus dos últimos matrimonios.

Estudió en el colegio de Los Rosales y, tras su paso por la universidad, trabajó en la empresa privada y formó parte de varios consejos de administración. El fallecimiento de su padre le obligó con apenas 25 años a hacerse cargo, junto a su hermano Alfonso, de las finanzas de la Casa de Alba. Quienes le conocen bien aseguran que su pretensión es gestionar el patrimonio heredado como lo hizo su abuelo Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, destacado intelectual y ministro de Alfonso XIII.

El nuevo duque de Alba está divorciado de la noble sevillana Matilde de Solís-Beaumont y Martínez Campos, hija de los marqueses de la Motilla y condes de Casa Alegre. La pareja contrajo matrimonio en 1990 y diez años después se divorciaron y obtuvieron la nulidad eclesiástica seis años después. Juntos tuvieron dos hijos, Fernando Cayetano, que pasará ahora a ser el nuevo duque de Huéscar, y Carlos.

Ya divorciado, sólo se le ha conocido una discreta relación sentimental con la millonaria empresaria Alicia Koplowitz, marquesa de Bellavista. Un vínculo que parece que ya se rompió pues posteriormente se relacionó al aristócrata con Paloma Segrelles, también divorciada y bastante menor que él. Ambos han coincidido en Sotogrande.

La discreción es una constante en su vida, tanto que apenas se conocen sus aficiones. En alguna ocasión ha confesado que le gusta la caza, navegar -es patrón de yate-, además de la lectura y la música. Presume de ser buen padre y tener una excelente relación con sus cinco hermanos.

Carlos Fitz-James Stuart es depositario de la mayor parte de la herencia de su madre, pues cuenta con el mayorazgo, una figura legal que contribuye a mantener el patrimonio unido. "De lo contrario sería como destrozar un museo", apuntó la fallecida duquesa de Alba en sus memorias.

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