Los pacientes del Macarena en diálisis crecen casi un 30% durante la pandemia

La prevalencia de la enfermedad renal es una realidad. Una de cada tres personas con más de 65 años la padece de manera crónica. En España, es la segunda patología que más creció en la última década. Esta situación ha tenido su impacto en el Servicio de Nefrología del Hospital Virgen Macarena donde, no sólo se ha triplicado el número de pacientes hospitalizados en este período, sino que la cifra de nuevos enfermos ha crecido casi un 150% en los últimos tres años.

Las enfermedades renales se caracterizan por tener una progresión asintomática en estados iniciales, lo que hace más difícil su diagnóstico y limita el tratamiento temprano, que es sustancial para detectar y ralentizar sus consecuencias en la calidad de vida.

De hecho, en el año 2021 el número de pacientes en diálisis del Área Hospitalaria Virgen Macarena se incrementó en un 28% respecto a los de dos años anteriores.

Así todo, en el Día Internacional del Riñón que se celebra hoy, sanitarios del hospital sevillano avisan de que, a pesar de estos datos, la enfermedad renal se puede prevenir o retrasar. Vigilar los factores de riesgos es trascendental y, en este caso, haber sufrido un fracaso renal agudo o pérdida brusca de la función renal es uno de ellos. Es reversible siempre que se elimine el origen del daño en fases iniciales.

Para ello, el centro puso en funcionamiento hace dos años un protocolo de detección y actuación precoz de esta anomalía en personas hospitalizadas en el que participan los servicios de Bioquímica, Farmacia Hospitalaria y Nefrología. El mismo incluye un sistema de alerta electrónica que, sólo en el último año, se ha activado con casi 400 personas hospitalizadas que sufrieron lesiones renales y que, gracias a la detección y actuación precoz, fueron recuperables.

Este sistema de alerta ha puesto en práctica un algoritmo diagnóstico dentro de la Unidad de Bioquímica del centro sanitario, de manera que cuando se produce un fracaso renal agudo se emite una alarma. “Cuando en un análisis de sangre se observa un aumento de creatinina respecto al basal, salta una alarma electrónica a Bioquímica. En este momento Bioquímica contacta con el facultativo responsable de la asistencia del paciente, que solicita un análisis de orina. Los datos de los dos análisis nos orienta sobre el tipo de fracaso renal agudo que ha sufrido la persona”, explica la jefa de Servicio de Nefrología, Mercedes Salgueira.

Además del fracaso renal agudo, otros factores de riesgo de padecer enfermedad renal son la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, la dislipemia, el tabaquismo, la hiperuricemia o exceso de ácido úrico en la sangre y la enfermedad cardiovascular.

Para progresar en la prevención y detección precoz de las enfermedades renales, la doctora Salgueira apunta a una “mejora en el cribado en pacientes de riesgo, un fotalecimiento de las relaciones con Atención Primaria, trabajar de forma coordinada en equipos multidisciplinarios con la incorporación de una enfermería especializada en la materia y fomentar el uso de la tecnología al servicio de la patología renal”.