La ruta de la sangre solidaria

Día Mundial Donante de sangre

Diario de Sevilla recorre uno por uno los lugares a los que va la sangre desde el momento en el que se dona hasta que es enviada a los hospitales para concienciar sobre el valor del llamado 'oro rojo'

Dos profesionales del Centro de Transfusiones Sanguíneas de Sevilla, en el laboratorio. / José Ángel García

Alberto Macías Atienza y Juan Luis García Enrique son donantes de sangre de los de toda la vida. De los "enganchados" a donar, como ellos mismos aseguran. Sus 168 y 104 donaciones, respectivamente, los han convertido en claros merecedores del homenaje que el Centro Regional de Transfusiones Sanguíneas de Sevilla (CTS) dedicó ayer a sus colaboradores más antiguos en el Día Mundial del Donante de Sangre. Tras más de 30 años donando, ambos coinciden en la "obligación" que supone pare ellos este gesto solidario y en la "satisfacción" que deja el saberse útil para aquellos que los necesiten en sus peores momentos.

Como ellos, cada día se tumban en una camilla del Centro de Transfusiones de Sangre de Sevilla para donar una media de entre 200 y 220 personas, pero no es suficiente. "Lo ideal es llegar a las 300 donaciones al día, pero desde hace unas tres semanas no llegamos. Esta caída en el número de donaciones de forma continuada ha generado que las reservas hayan bajado y nos encontremos en un momento de riesgo para poder garantizar las necesidades hospitalarias", advierte el coordinador médico del CTS de Sevilla, Rafael Lebrero.

Precisamente, la bajada de las donaciones en los últimos días podría responder al hecho de que los hospitales ya hayan comenzado a recuperar la normalidad y están dejando de ser centros casi exclusivamente Covid. Uno de los reflejos de esta recuperación es el aumento de la demanda de sangre para transfusiones.

Las reservas están “casi al límite” por lo que es necesario recuperar las 300 donaciones al día

En lo que va de año, el Centro de Transfusión, que abastece a todos los hospitales de Sevilla, Cádiz y Huelva, ha obtenido 28.276 donaciones sólo en la provincia sevillana, lo que se traduce en un 6% más respecto al mismo periodo de 2020. No obstante, ese aumento no se ve reflejado en un aumento del stock de sangre.

"Es verdad que hemos tenido un aumento de sangre respecto al año pasado, pero como al mismo tiempo ha habido un incremento de la actividad hospitalaria, no se está traduciendo en un aumento de nuestras reservas. Si no logramos incrementar ya el número de donaciones y llegamos a esas 300 necesarias al día, tendremos serios problemas", señala Lebrero, que hace un llamamiento urgente para que todo el que pueda acuda a alguno de los centros de donación diariamente distribuidos en la provincia. "Necesitamos donantes para que el mundo siga latiendo porque la donación de sangre es un procedimiento insustituible e imprescindible porque si no lo tuviéramos multitud de personas perderían salud e, incluso, la vida", manifiesta.

Zona de almacenaje de la sangre clasificada por grupo sanguíneo. / José Ángel García
Uno de los frigoríficos de conservación. / José Ángel García

En esta línea, y con la idea de contribuir a la concienciación sobre la necesidad de disponer de sangre y productos sanguíneos seguros para transfusiones, Diario de Sevilla ha visitado el Centro de Transfusión Regional en Sevilla, que el próximo noviembre cumplirá 30 años, para conocer el viaje de la sangre desde el donante hasta la persona que lo necesita.

La ruta de la sangre empieza minutos antes de la extracción. El primer paso de los futuros donantes es registrarse. Los datos permitirán identificarlos durante 30 años, tal y como indica la normativa legal. La siguiente etapa es realizar un reconocimiento médico en el que se mide su tensión, número de glóbulos rojos, pulso, temperatura, y se le realiza un cuestionario en profundidad, que tiene implicación legal en el caso de que hubiera algún problema con la muestra. Si el reconocimiento es positivo, se pasa a la sala de donación, que tendrá una duración media de unos 10 minutos en los que se extraen 470 mililitros, apunta Lebrero. Después de la extracción, la sangre donada pasa a la zona de fraccionamiento, donde de manera automática y controlada se centrifuga para separarla en sus tres componentes: hematíes, plaquetas y plasma. Al mismo tiempo, se procede al análisis completo de las muestras (grupo, Rh, antígeno en superficie, anticuerpos de la hepatitis B y del VIH, sífilis, etc.) y en algunos casos, otras pruebas extraordinarias, por ejemplo si los donantes son o han visitado recientemente algún país con enfermedades endémicas. Por último, desde el centro se procede al almacenaje para el posterior reparto de la sangre a los hospitales.

Al paciente le llegará tan solo el tipo celular que necesite. Por lo tanto, de una misma donación se pueden salvar tres vidas, una por cada tipo celular sanguíneo. Lebrero hace especial hincapié en la importancia de todos los grupos sanguíneos. En los hematíes, por ejemplo, las personas del llamado grupo 0, pueden donar a todo el mundo. En el caso de las plaquetas, se presta atención al grupo RH-. En el plasma, el donante estrella es el AB. "En estos momentos hace falta sangre de todos los grupos. Hay sangre que es más escasa y que a determinados pacientes sólo se le puede poner ese tipo, que es la la 0, por lo que esa nunca puede faltar, pero en estos momentos, la verdad, es que no puede faltar ninguno de los grupos porque todos son necesarios y muy escasos", reivindica.

El almacenaje del plasma, congelado para su conservación. / José Ángel García

Y todo ello en un trabajo a contrarreloj y con una condiciones de conservación estrictas porque la sangre caduca y se deteriora. De hecho, aunque los glóbulos rojos aguantan unos 40 días, las plaquetas sólo son viables durante cinco días. Por su parte, el plasma puede congelarse hasta tres años. Como las mayores cantidades se usan para pacientes con patologías crónicas y en las urgencias. Por eso la necesidad es diaria. Aunque advierte Lebrero, "la sangre nunca llega a caducarse antes de su uso".

Al terminar el recorrido, Lebrero lo deja claro: "El que comienza por este camino, ya no lo deja y de ahí la importante de iniciarse en este gesto tan solidario".

Dónde donar esta semana

Los donantes en la sala de donación. / José Ángel García

La donación de sangre se puede hacer cada día en los puntos fijos en el Centro Regional de Transfusiones Sanguíneas, en la calle Manuel Siurot, o en el Hospital Virgen Macarena, y en los puntos móviles que cada semana se ponen en marcha en distintos puntos de la provincia. Desde hoy y hasta el viernes, esta campaña itinerante estará en Lebrija, Sevilla Este, Guillena, Bormujos, Gelves, Marinaleda, Morón de la Frontera, Santiponce y Alcalá de Guadaíra. Los días y horarios se pueden consultar en la web www.crtssevilla.org o en los canales www.facebook.com/crtssevilla y @donantessevilla en Twitter.

Los donantes Juan Luis García Enrique y Alberto Macías Atienza. / José Ángel García

Un homenaje a aquellos que hacen posible “que el mundo siga latiendo”

La celebración ayer del Día Mundial del Donante de Sangre en el Centro de Transfusión, Tejidos y Células de Sevilla homenajeó a los los grandes donantes sevillanos, personas que en 2019 y 2020 alcanzaron las 100, 125, 150 y 175 donaciones. En un acto solemne, los reconocidos recibieron un diploma donde se les agradece el gesto solidario. Alberto Macías Atienza y Juan Luis García Enrique son ejemplos de ello, con 104 y 168 donaciones, respectivamente. Para ellos, donar sangre es "una obligación una vez al mes". Los dos coinciden en haberse iniciado en esta misión altruista de manera casual hace unos 30 años cuando "por hacer algo diferente" decidieron en su grupo de amigos hacerse donantes de sangre. Sus años de entrega son el ejemplo del mensaje con el que el centro quiere calar en la sociedad. El lema de este año es 10 minutos donando, tres corazones latiendo, con el que se pretende "reflejar que necesitamos donantes para que el mundo siga latiendo", afirma el coordinador médico, Rafael Lebrero, y apoya Juan Luis García como donante. "Receptores y donantes formamos parte de un mismo grupo porque, en un momento dado, cualquiera podemos necesitar esta fuerza de vida que se hace en un momento, pero ayuda mucho".

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