"La revolución terapéutica en el cáncer hematológico está dejando de lado a la quimioterapia"
Día mundial contra el Cáncer
La jefa de Hematología del Hospital Virgen Macarena, Alicia Rodríguez, explica cuáles son los tipos de cánceres de la sangre más frecuentes y los avances en tratamientos para lograr la supervivencia de los enfermos
Tras los pasos del cáncer en el Macarena
La innovación, los nuevos enfoques y el trabajo multidisciplinar están llevando algunos campos de la medicina hacia una nueva era. Es el caso de la hematología –rama especializada en las enfermedades de la sangre– y de patologías como la leucemia, aguda y crónica, el los linfoma o el mieloma múltiple, el segundo cáncer hematológico más frecuente y del que se diagnostican unos 2.000 casos al año en España. Una enfermedad considerada rara, y muy grave, pero que, gracias a la investigación clínica, su tratamiento está experimentando una verdadera "revolución", según destaca la doctora Alicia Rodríguez, jefa de servicio de Hematología del Hospital Virgen Macarena donde, sólo en 2021, se trataron 80 nuevos linfomas, que suponen casi el 60% de toda la enfermedad hematológica que se atiende en la unidad.
- Empezando por el principio, ¿qué son los cánceres hematológicos?
- Son tumores que tienen su origen en la médula ósea y en los que las células que están implicadas son las propias células de la sangre, los glóbulos blancos, que empiezan a multiplicarse en una fase muy precoz del desarrollo, cuando todavía no funcionan bien, y bloquean la formación de células normales que son las que defienden al paciente (glóbulos blancos), le permiten que oxigene (glóbulos rojos) y evitan que se tengan hemorragias (plaqueta). Digamos que la sangre normal se convierte en un conjunto de células inmaduras que no funcionan. Los tipos más importantes son las leucemias, los linfomas y el mieloma múltiple.
- ¿Cómo ha evolucionado el tratamiento de los cánceres hematológicos en los últimos años?
Aquí podemos decir que ha habido una auténtica revolución, sobre todo, en las leucemias crónicas, tanto en las mieloide como en la linfática crónica, pero también en el mieloma múltiple. Prácticamente estamos dejando de lado la quimioterapia tradicional gracias a los fármacos diana, que van dirigidos a dianas moleculares, con lo cual, aparte de que son mucho más eficaces, también son mucho menos tóxicos que la quimioterapia. El poder decirle a un paciente que tiene una leucemia pero que no va recibir quimioterapia sino una pastilla diaria era impensable hace unos años. Otra revolución son las nuevas terapias CAR-T en la cual se utilizan los propios linfocitos del paciente para que actúen contra la enfermedad y es un tratamiento muy novedoso que pueden funcionar en pacientes refractarios, es decir, que no han respondido a los tratamientos convencionales. Son técnicas que nos parecían hace unos años de ciencia ficción y ahora mismo están muy asentadas. Por supuesto, de la mano de los avances diagnósticos como es el caso del estudio de secuenciación masiva de distintas enfermedades.
- ¿Cuál es el horizonte que persigue la sociedad científica a corto plazo?
- La medicina personalizada. Caracterizar lo mejor posible la enfermedad y también las circunstancias de cada paciente. Creo que por ahí va a ir el avance en los próximos años. Por un lado más avances tecnológicos y de tratamiento, pero sin olvidarnos de las circunstancias que tiene cada paciente.
- La pandemia está poniendo en jaque al sistema sanitario. ¿Cómo ha impactado en su especialidad?
Una de las características que tiene mi especialidad y sus pacientes es que son altamente vulnerables porque es una enfermedad que afecta a las defensas del organismo. Esto hizo que la llegada de la pandemia la viviéramos con muchísimo miedo tanto los pacientes como también los profesionales. Para protegerlos, en un primer momento, los tratamientos de mantenimiento se disminuyeron y los que se pudieron posponer se pospusieron. No aquellos en los que el riesgo de no ponerlos era mayor, por supuesto. Pero han sido momentos de mucha preocupación porque los profesionales sentíamos que podíamos ser vectores de la infección y transmitírselo nosotros a los pacientes.
- ¿De qué forma han atendido las consultas y qué daños o efectos ha tenido el Covid-19? ¿Se han tenido que reinventar?
- La reinvención ha sido absoluta. ¿Cuándo íbamos a pensar nosotros que íbamos a atender a los pacientes telefónicamente? Es la primera medida que hemos potenciado, como el resto de servicios, para minimizar el riesgo. Y, tengo que decir, que no todo ha sido malo, porque eso ha facilitado agilizar muchos pasos. Todo se hace ahora de una manera más electrónica y se contacta con el paciente por vía telefónica o por correo y eso ha hecho que se reduzca mucho el flujo de personas por el hospital, reduciendo así el riesgo y contacto de los pacientes inmunodeprimidos. Por otro lado, hay barreras, como por ejemplo las mamparas en las consultas o las distancias con los pacientes, que sí han dificultado la relación con ellos, pero entendemos que era necesario.
- En esta era digamos post-Covid ¿cómo habría que reenfocar las estrategias en cáncer? ¿Qué hay que priorizar?
Es muy importante que haya una buena coordinación entre Atención Primaria y especializada para el diagnóstico precoz del cáncer, en general, y también de las neoplasias hematológicas. Es fundamental para que atendamos a los pacientes de la mejor manera posible y no se nos escape ningún diagnostico de gravedad. Y también es muy importante seguir haciendo hincapié en la investigación, no dejarla de lado para seguir avanzando, y la atención psicológica a los pacientes, e incluso a los profesionales, porque la pandemia ha puesto de manifiesto que somos vulnerables y necesitamos apoyo en situaciones de máximo estrés como las que hemos vivido.
- El cáncer hematológico, ¿tiene un papel prioritario en el Plan Nacional del Cáncer?
- No sabría muy bien qué contestar, pero diría que no tiene un papel especial como sí tienen otros cánceres que se pueden detectar precozmente y donde se pueden conseguir más mejoras. El cáncer hematológico es muy particular porque tenemos un tipo como las leucemias agudas que son muy graves y que necesitan un abordaje muy rápido porque son muy agresivos, es decir, más que de detección precoz, son de abordaje rápido; y otros, como son las leucemias crónicas, que nos permiten actuar con menos rapidez y aquí lo importante es la reacción que hay en los tratamientos.
- ¿En qué proyectos de futuro están embarcados desde su unidad?
- Estamos en un momento de potenciación de ensayos clínicos intentando colaborar en estudios multicéntricos tanto nacionales como internacionales. Estamos participando en un ensayo sobre la microbiota, que es algo muy novedosos en hematología. Pero también nuestra unidad se caracteriza por trabajar con asociaciones de pacientes para promover la educación sanitaria en oncología, con talleres que esperamos recuperar pronto; y apostamos por mantener la teleconsulta que permite un abordaje rápido de los pacientes en coordinación con Primaria y mejorar las técnicas de diagnostico molecular en el centro para poder ofrecerla a todos los pacientes de una manera más rápida.
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