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La Policía Local de Sevilla ha detenido a Francisco Javier L. G., de 48 años, como presunto autor de un delito de usurpación al meterse en una vivienda turística del centro de la capital andaluza. También se le imputan los cargos de desobediencia y resistencia a la autoridad.
Se trata del okupa de la calle Monsalves, que alquilaba el piso ocupado a través de Airbnb, y al que hace unos días una resolución judicial obligó a dejar el piso en el que llevaba residiendo casi dos años de forma ilega. Esta es la tercera ocupación que lleva a cabo en el mismo edificio.
Según informó Emergencias Sevilla, los hechos ocurrieron sobre las seis de la tarde de este sábado, cuando los inquilinos de una vivienda turística situada en la calle Monsalves, acompañados por el responsable de la empresa de alquiler, pedían ayuda a la Policía Local a través del teléfono 092, dado que, al tratar de acceder al apartamento alquilado, encontraron a una persona en su interior, y la llave había sido cambiada.
El hombre se atrincheró en la casa y se negó a salir diciendo que tenía las escrituras. Tras las pesquisas y comprobaciones oportunas, los agentes ordenaron al sospechoso que abandonase la vivienda, dado que ésta había estado alquilada por otros inquilinos hasta la mañana de este sábado.
Los agentes requirieron la presencia de los Bomberos para acceder al piso en caso de necesidad y sacarlo, ya que habían transcurrido menos de veinticuatro horas de la ocupación y podían actuar. El detenido, que se resistió activamente a salir del inmueble, reconoció que se había hecho con las llaves sin la autorización de su titular, accediendo de esta forma a su interior horas antes.
Los vecinos informaron a los agentes que es la tercera vivienda que el detenido ocupaba en el inmueble y que una resolución judicial le obligaba a abandonar la anterior vivienda. El individuo fue trasladado a dependencias policiales para su posterior puesta a disposición judicial.
Este hombre ocupó hace casi dos años otro piso del mismo inmueble, que pertenece a los hermanos Román, que lo heredaron de su padre. Aquel episodio tuvo gran trascendencia porque los legítimos propietarios llamaron a la Policía y uno de ellos terminó siendo detenido. Tras un largo proceso judicial, el pasado 18 de octubre, este hombre aceptó una condena de ocho meses de cárcel, que podría eludir si entregaba las llaves de la vivienda ocupada a los hermanos Román, una entrega que estaba prevista para este próximo lunes 28 de octubre.
Antes, un juzgado de Primera Instancia había ordenado ya el desahucio del okupa, ya que los hermanos acreditaron ser los propietarios con la nota simple del registro de la propiedad, mientras que el okupa había utilizado un contrato de alquiler falso a nombre de un tercero desconocido. Durante todo este tiempo, Francisco Javier G. L. ha estado alquilando la vivienda a turistas a través de la plataforma Airbnb. En la Feria de Abril, por ejemplo, cobraba la noche a 135 euros.
Ante la inminencia de tener que abandonar la vivienda, el okupa ha decidido meterse este sábado en otro piso del mismo bloque, que resultó ser una vivienda turística. Es el tercer inmueble en el que lo hace en el mismo edificio de la calle Monsalves, pues antes de entrar en la casa de los hermanos Román estuvo meses sin viviendo en otro apartamento en el que entró de alquiler pero se pasó un largo periodo de tiempo sin pagar.
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