Los vecinos denuncian los desperfectos en el parque del Guadaíra tras las obras del colector Emisario Puerto de Sevilla

La asociación de vecinos Parque Vivo del Guadaíra ha presentado al Ayuntamiento de Sevilla y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) un informe sobre los desperfectos que han observado en esta zona verde tras las obras de ampliación del gran colector de agua, el llamado colector Emisario Puerto. Los vecinos destacan que algunos de estos daños son "numerosos y de considerable magnitud".

Los vecinos reclaman que las administraciones exijan a la constructora adjudicataria la resolución urgente de los desperfectos, y muy especialmente la reforestación de las zonas afectadas por las obras con árboles de las especies y porte adecuadas para recuperar la cobertura perdida.

Igualmente, reiteran que, por los perjuicios que estas obras han ocasionado a los vecinos, se mejoren las instalaciones deportivas ejecutadas en su día por la CHG, pero nunca finalizadas, dotándose a las dos canchas de canastas y porterías , y a una de ellas con una protección para su uso por los patinadores.

El documento se ha remitido a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, como responsables de las obras, y al Ayuntamiento de Sevilla, como titular del parque.

Detalle de los daños

La situación de esta zona verde ha quedado al descubierto tras la retirada de buena parte del cerramiento que protegía las obras en octubre.

Según el relato de la entidad vecinal, las obras han afectado fundamentalmente al sector norte del parque en el sector comprendido entre las calles Padre García Tejero, Perú, acceso al Puerto Este y avenida de las Razas, que el barrio describe como la verdadera “zona cero” de estas complejas obras. Otros puntos que se han visto afectados, de manera secundaria, son toda la calle Perú, incluyendo su confluencia con la calle Ifni que se ha usado para el acopio de materiales, y las inmediaciones del colegio Corpus Christi.

Notable pérdida de arbolado y de la superficie cubierta. La ortofotografía del año 2017 y su comparación con la realidad actual muestra que al menos se ha perdido la mitad del arbolado preexistente, cifrado entre 20 y 30 ejemplares, en un espacio que ha quedado claramente con una vegetación muy rala. A ello hay que añadir la aún más notable disminución de la cobertura arbórea por la pérdida de ejemplares de porte medio y de una serie de ejemplares de pinos de notable porte que aunque fueron trasplantados fue necesario apear al no prosperar.

Especialmente notable también es la pérdida del arbolado que acompañaba al viario ciclista, así como de una parte significativa del seto que protegía al parque en su contacto con la avenida de las Razas.

Alteración del perfil topográfico. Enfrente del número 1 de la calle Perú se observa como no se ha rellenado suficientemente ni recuperado el perfil preexistente, creándose una depresión que propicia su encharcamiento. Además, en sus proximidades se ha dejado al descubierto un acceso al colector que no existía y que afea al parque.

Los vecinos consideran que debe ser cubierto por tierra vegetal, pues su apertura debe ser sólo excepcional. En sus proximidades hay una cuneta que ha sido rellenada para facilitar el acceso a la obra, y debe ser restaurada.

Desperfectos de los acabados en las tareas de restauración. En el sector del talud del parque hacia la calle Perú, se observan numerosos desperfectos; persistencia de numerosas piedras y restos de escombros, de rodaduras y descarnaduras, espacios excesivamente compactados que impiden el crecimiento de la pradera y falta de las protecciones en las aceras. No ha sido posible comprobar el estado de la red de riego tras las obras.

Otros desperfectos

En el sector próximo al colegio Corpus Christi hacia la calle Perú, parte del talud que estaba protegido por una plantación de aromáticas y una parte significativa fue eliminado y tras las obras no se ha repuesto.

En las inmediaciones al acceso del citado colegio existe un acceso al colector que durante las obras ha sufrido diversas modificaciones. El cerramiento instalado, una valla de obra fácilmente removible, es muy precario lo que supone un riesgo dado el uso frecuente de la zona para botellona nocturna. Se observa además un notable deterioro de este entorno pese a que fue restaurado tras las anteriores obras realizadas por Emasesa en el sector sur del colector.

El parque tenía un cerramiento que protegía el contacto de este con la peligrosa avenida de Las Razas, cierre que no se ha repuesto.

En la calle Perú, a la altura con Jamaica, el entorno de una alcantarilla debe ser rellenada para recuperar su aspecto preexistente.