El desparpajo insolente de 'El Prenda'
Uno de los cinco jóvenes sevillanos imputados por la presunta violación de Pamplona le dijo al juez que la víctima era la que llevaba la iniciativa
Lo que más sorprende de la declaración de José Ángel Prenda Martínez, El Prenda, que ayer reveló El Programa de Ana Rosa es el desparpajo insolente con el que este joven, uno de los cinco sevillanos procesados por la violación de los Sanfermines, se defiende ante el juez de las graves acusaciones que pesan contra él. Durante el interrogatorio, el Prenda no sólo niega los cinco delitos de agresión sexual, sino que atribuye a la víctima la supuesta iniciativa a la hora de mantener las relaciones sexuales. Dice este procesado que la víctima, una joven de 18 años, se interesó por el grupo al conocer que eran sevillanos. "Me encanta cómo sois, yo nunca he estado con un sevillano", asegura el acusado que fueron las palabras de la chica, a las que respondió de la siguiente forma: "La verdad es que no estás con un sevillano normal, yo soy cinturón negro comiendo coños" (sic), recoge el vídeo emitido por esta cadena de televisión. Según el Prenda, la joven se rió y le dijo que las cosas habría que demostrarlas, momento en que el acusado asegura que le manifestó que no eran dos sino cinco, y la chica habría añadido, siempre según la versión exculpatoria del Prenda, lo siguiente: "Eso a mí me da igual, yo puedo con dos, puedo con cinco, puedo con lo que haga falta".
Y entonces anduvieron con la joven para buscar un sitio donde mantener las relaciones sexuales. Pero la declaración de este acusado no sólo queda ahí. El Prenda insiste en la actitud de la joven. "Cada uno nos poníamos delante y ella agarraba al que quería en ese momento", añadió el acusado, que también afirmó que la víctima había colaborado en la búsqueda del lugar para mantener el contacto sexual. "Ella estaba tan metida en buscar sitio como nosotros".
El Prenda negó igualmente ante el juez que la obligaran a entrar por la fuerza en el portal del bloque donde se consumaron las presuntas agresiones sexuales. "Entró por su propio pie. En silencio estábamos todos por los vecinos y ella era la primera que estaba mandando callar", sostuvo.
El acusado insistió en que no hubo rechazo ni oposición al encuentro sexual. "En ningún momento ella dijo no, en ningún momento se negó, en ningún momento se sintió incómoda".
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