El burnout aumenta de forma desmedida entre los trabajadores españoles: El 67% asegura haber experimentado agotamiento en su puesto de trabajo actual
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En enero, la Organización Mundial de la Salud reconoció el síndrome del trabajador quemado o burnout como enfermedad laboral y ha dado un plazo de 18 meses para que cada país adecue su legislación actual para reconocerlo como tal.
El burnout es un problema de salud que puede afectar a cualquier empleado, independientemente del sector al que se dedique, aunque es más común en aquellos relacionados con el cuidado de personas, como la sanidad.
Las personas que sufren burnout, a pesar de ser considerada como una enfermedad laboral, se ven afectadas tanto a nivel laboral como personal. El síndrome del trabajador quemado se manifiesta a través de varios síntomas como la fatiga, el agotamiento físico y mental, irritabilidad, pérdida de interés y motivación en el trabajo, dificultad para concentrarse o incluso malestar físico recurrente.
El burnout en números
Según datos de Resumelab, plataforma de asesoramiento profesional, en su estudio “España con E de Estrés Laboral” los empleados españoles están experimentando niveles de estrés más elevados que nunca. El 67% de los trabajadores afirma haber experimentado agotamiento en su trabajo actual y el 88% asegura haber sufrido estrés laboral en algún punto de sus carreras.
Desde la pandemia, el burnout ha ido subiendo como la espuma. Esto se empezó a ver claramente en los profesionales sanitarios en 2020: trabajaban durante varios turnos seguidos, estaban desbordados con la cantidad de faena y pacientes que debían atender y apenas descansaban, ya que muchos de ellos dormían en los mismos hospitales por si los compañeros necesitaban refuerzos.
Pero este agotamiento también lo han sufrido gran parte de los españoles como consecuencia de la pandemia y el confinamiento: altas cargas de trabajo, aislamiento, teletrabajo y, en muchos casos, la falta de desconexión digital.
Pero, ¿cómo se llega a esta situación? Son varios los motivos por los que una persona puede padecer el síndrome burnout, pero los más frecuentes son una carga excesiva de faena y desproporcional a los recursos en el trabajo, una cultura laboral tóxica, interrupciones constantes, trabajar horas extras e incluso fines de semana frecuentemente, tener que cumplir con fechas de entrega y expectativas por parte de los jefes poco realistas y la falta de comunicación y/o apoyo entre compañeros.
Como consecuencia de estos factores, el 69% de los empleados que ha lidiado con estrés en su trabajo ha renunciado a él y un 15% de los encuestados que actualmente experimentan síntomas de burnout piensa en dejar su puesto de trabajo en los próximos seis meses.
Para evitar rotación de personal, retener talento dentro de la empresa y lograr que los empleados estén felices y satisfechos en sus puestos de trabajo, es importante fomentar el salario emocional en las compañías. En este sentido, Susana Jiménez, Business Development Manager de Nubhora, solución integral y colaborativa de gestión del tiempo y presencia desarrollada por la compañía Inology, detalla que “el salario emocional tiene como objetivo satisfacer y motivar a los empleados en su día a día, dejando de lado los aspectos de carácter económico. Hay infinitas iniciativas, pero las más comunes son evitar la pérdida de tiempo realizando tareas que no aportan valor a los empleados o eliminar la posible inversión de su tiempo personal para realizarlas”.
¿Qué pueden hacer las empresas para prevenir el burnout entre su plantilla?
A diferencia del salario económico, el salario emocional se basa en satisfacer distintas necesidades de los empleados con el fin de motivarlos y lograr que estén cómodos en la empresa y en sus puestos de trabajo. En definitiva, ofrecer a los empleados aquellos beneficios que consideran más valiosos que una subida salarial.
Susana Jiménez destaca que “hay muchas formas de retribuir el salario emocional. En la mayoría de los casos, facilitar el día a día de los empleados y reducir el tiempo destinado a llevar a cabo tareas y procesos que se podrían automatizar, es clave.”
Otra de las medidas que se están implantando actualmente en muchas empresas son los programas de bienestar y salud mental, pero a pesar de que la intención es clara, no es útil para muchos de los empleados que sufren del síndrome del trabajador quemado.
Por lo tanto, es necesario que los departamentos de recursos humanos busquen estrategias alternativas o herramientas que les ayuden a gestionar de forma correcta y eficiente la plantilla, respetando sus tiempos de descanso, ofreciendo flexibilidad horaria, mejorando la comunicación interna y facilitando el trabajo en remoto de aquellos empleados que trabajan desde casa para garantizar un buen funcionamiento interno y el bienestar físico y mental de los trabajadores.
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