¿Cómo hay que desinfectar los bienes culturales en tiempos del coronavirus?
La delegación diocesana de Patrimonio Cultural ha emitido una serie de recomendaciones para una correcta conservación.
Las extremas medidas sanitarias suponen una de las principales armas para luchar contra el coronavirus, pero, ¿cómo hay que desinfectar el patrimonio cultural para evitar contagios? Es evidente que no se pueden utilizar determinados productos químicos porque dañarían las obras de arte. Ante esta circunstancia, y ya que todas ls instituciones no cuentan con un conservador de bienes culturales cerca para asesorarles, el Arzobispado de Sevilla ha publicado unas recomendaciones para cuidar el arte durante la pandemia.
En el documento redactado por la delegación que dirige Antonio Rodríguez Babío se explica que "debemos actuar con responsabilidad para continuar con la preservación del importante legado que custodia la Iglesia en Sevilla" y advierte que "cualquier manipulación o aplicación incontrolada o realizada sin conocimiento puede ser perjudicial para su estado de conservación". Las pautas que ofrece el Arzobispado para cuidar los bienes artísticos de la Iglesia se basan en las recomendaciones propuestas por los expertos del Instituto del Patrimonio Cultural Español (IPCE).
La primera recomendación del Arzobispado es no realizar fumigaciones o pulverizaciones generalizadas dentro de los templos. "Debido al cese mayoritario de la actividad cultual, aproximadamente hace un mes, la existencia actualmente del virus en el ambiente o superficie de dichos espacios es poco probable. Si se ha celebrado de forma individual por parte del sacerdote, se procederá de forma normalizada a limpiar los espacios usados", señalan.
Para las zonas interiores sin incidencia directa con bienes artístico se recomienda la pulverización controlada de Ozono, porque es el desinfectante y antiséptico que más destaca por ser altamente eficiente como bactericida, viricida y fungicida. Además, es inocuo con el medio ambiente e inofensivo para las personas.
Dentro de los templos se recomienda la limpieza de las superficies como suelos, puertas o manillas (siempre que carezcan de valor histórico o artístico) con las soluciones desinfectantes comunes propuestas por las autoridades sanitarias aunque preferentemente se empleará el etanol disuelto al 70% en agua, se podría utilizar la lejía rebajada al 30% en agua, así como otros productos desinfectantes libres de lejía. "Hay que tener especial interés en las zonas que puedan ser posibles focos de contagio, tales como puertas, bancos, reclinatorios, confesionarios, pilas de agua bendita, entre otros".
En las limpiezas se incluirán también aquellas zonas musealizadas que hayan podido ser tocadas por los visitantes, como superficies de exteriores, vitrinas etcétera, aunque no será necesario tomar ningún tipo de medida en el espacio interior de vitrinas ya que su acceso es restringido y sólo por el personal de cada parroquia.
El Arzobispado recalca que no se deben realizar desinfecciones con productos corrosivos como la lejía o el amoniaco sobre los bienes muebles, esculturas, retablos, pintura, marcos y orfebrería. De igual modo hay que evitar las pulverizaciones generales con otros productos o incluso agua con jabón, ya que pueden provocar alteraciones irreparables.
Durante este periodo recomienda no utilizar los vasos sagrados, piezas de orfebrería u ornamentos litúrgicos textiles de mayor calidad e importancia para evitar tener que proceder a una desinfección que pueda alterar su estado. También se incide en que los sacerdotes no compartan indumentarias.
Bienes culturales en los espacios públicos
El Arzobispado alerta de que hay que evitar rociar de manera directa los objetos o edificios de valor histórico-artístico, como portadas o imágenes que este expuestas en la vía pública tal y como se está haciendo en muchos lugares públicos. "En el entorno directo a estos bienes culturales (a menos de 1 metro de distancia, como aceras próximas o zócalos de edificios) se utilizará preferiblemente una disolución de etanol disuelto al 70% en agua proyectada a baja presión".
Los tratamientos desinfectantes se evitarán siempre en las proximidades de los bienes culturales policromados (por ejemplo portadas de iglesias o retablos) siendo mucho más recomendable mantener una línea perimetral de seguridad para evitar la aproximación y contacto directo de las personas.
Desde la delegación de Patrimonio Cultural, por último, recuerdan que nunca es recomendable tocar de manera directa los bienes culturales pero esta premisa, en una situación como la de ahora, es todavía más necesaria. Además, recalcan la absoluta necesidad de realizar cualquiera de estas tareas con los equipos de protección que garanticen la seguridad de las personas.
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