El delito que más crece es el robo de ciclomotores y motocicletas
Nervión es una de las zonas más afectadas
Los ladrones buscan las de 125 c.c.
El robo de motocicletas y ciclomotores es el delito que más se ha incrementado en Sevilla en el año 2017. Aunque en las estadísticas se encuadra dentro del apartado general de robo de vehículos, la gran mayoría de las denuncias corresponden a ciclomotores y motocicletas que han sido sustraídos de la vía pública. Este delito aumentó en Sevilla capital más de un 30% el año pasado, con un total de 1.680 denuncias. En la provincia la subida fue algo menos acusada, en torno al 17%, y se registraron 2.544 denuncias por sustracciones de vehículos.
Los ciclomotores y motocicletas preferidos por los ladrones son los de 125 centímetros cúbicos, debido tanto a la alta velocidad que alcanzan como a la facilidad que encuentran a la hora de realizar el robo. Nervión es una de las zonas más afectadas. Es habitual el robo de motocicletas coincidiendo con la celebración de los partidos del Sevilla. Son muchas las personas que acuden al estadio en moto y los ladrones buscan en los alrededores del campo de fútbol vehículos que puedan sustraer sin demasiados problemas. La Policía suele montar dispositivos de prevención por la zona para impedir estos robos.
Los ladrones suelen robar las motos usando las varillas para medir el aceite que tienen los automóviles. Utilizan esta varilla cortada y raspada a modo de ganzúa. Una vez introducida en la cerradura del ciclomotor o motocicleta, funciona a modo de llave, logrando que se produzca el arranque y llevándose la moto en unos minutos. Otro modo de sustraerlas es el clásico puente, consistente en la una unión de cables para provocar el arranque de la moto.
Los delincuentes a veces funcionan como bandas organizadas. Llevan furgonetas que llenan de motos robadas. Las cargan entre varios individuos. Una vez sustraídas, son usadas para la venta e intercambio de piezas y lo que se conoce como transforme, que consiste en convertir un chasis o un ciclomotor siniestrado en un vehículo nuevo, mediante la colocación de todas las piezas y elementos mecánicos del vehículo sustraído al chasis o al ciclomotor siniestrado. Estos trabajos suelen hacerse en talleres ilegales, muchos de ellos ubicados en barriadas marginales y zonas deprimidas de la ciudad.
Las motocicletas sustraídas de 125 centímetros cúbicos también suelen usarse para robar bolsos por el método del tirón, así como para el transporte de pequeñas cantidades de droga. Son vehículos muy difíciles de perseguir para las Fuerzas de Seguridad, ya que alcanzan una velocidad elevada y son fáciles de manejar. Para ello se crearon precisamente las unidades motorizadas de la Policía, que sí pueden mantener persecuciones con este tipo de motos.
Otros muchos de estos vehículos robados son enviados a Marruecos. Hace unos años se desmanteló en Torreblanca un grupo de delincuentes especializados en este tipo de robos. Era una banda que iba sustrayendo motos por toda la ciudad y las cargaba en furgonetas. Después llevaba los vehículos a Marruecos y los vendía allí.
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