En defensa de su profesionalidad
La asociación Desea organizó la segunda edición del Encuentro de Desarrolladores de Videojuegos
Un valor al alza como es el mundo de los videojuegos tenía que salir de su marginalidad y demostrar la profesionalidad de quienes desarrollan estos programas, con un trabajo detrás tan importante como el de cualquier otro producto informático. Para buscar el merecido reconocimiento, la asociación Desea (Desarrolladores de Software para el Entretenimiento y el Arte) se ha atrevido a organizar el II Encuentro de Desarrolladores de Videojuegos, donde medio centenar de aficionados y profesionales se reunieron para compartir proyectos e ideas a través de concursos, talleres y charlas.
El colegio Jorge Juan y Antonio Ulloa del Parque Amate acogió durante todo el día de ayer este evento, que terminó con una competición de audiodisco en la que la anécdota fue que los ganadores eran niños del barrio que se acercaron a última hora por curiosidad. Además, Manuel Enrique García Rico venció en el concurso exprés de modelado en 3d.
Otras actividades del día fueron presentaciones, charlas y talleres, aunque el objetivo de la jornada era crear un lugar de encuentro entre aficionados al desarrollo de los videojuegos, e impulsar su valor para colaborar e incluso trabajar de forma profesional. "Es un producto cultural como cualquier otro y se debe reconocer su existencia", defendía Alejo, presidente de la asociación Desea y uno de los organizadores del encuentro.
Este diseñador de juegos es un vivo ejemplo de que las empresas se preocupan cada vez más de un negocio que ya vende más que el cine y la música juntos. "De aquí también pretendemos fomentar las relaciones laborales", comentaba el director del evento, a donde acudieron empresas como Genera y Nebula a recoger currículos y a hablar de sus contenidos y métodos de trabajo. Además, la ONCE también participó en la jornada con la demostración de un videojuego para invidentes, lo que hace hincapié en la capacidad innovadora de este mundo de creación artística.
Con un ambiente joven y en plan informal, el encuentro se desarrolló a lo largo del día con tiempo para comida y merienda, espacio que también se aprovechaba para comentar los proyectos particulares. "Aunque muchos trabajamos con internet, necesitábamos un espacio donde presentar los proyectos", apuntaba Alejo, quien señalaba que los participantes que mostraban sus trabajos se veían reconfortados por el apoyo de los demás. "Se ve y se valora el trabajo que hay detrás", añadía el presidente de Desea, asociación con apenas un año y medio de vida pero que aspira a mantenerse mucho tiempo, aunque sea avanzando paso a paso. "Este encuentro sirve para dar energías a los participantes y a nosotros mismos para que la asociación salga adelante", reconocía este diseñador de juegos que recordaba sus colaboraciones en el Salón del Cómic y en el Festival Animacor, donde ofrecieron talleres de modulación en 3d y expusieron sus diseños.
Un trabajo tan autodidacta como el de la creación de videojuegos necesitaba de estos lugares de encuentro para la puesta en común y organización de proyectos. Precisamente, el evento terminó con la presentación de los prototipos creados a través del brainstorming o tormenta de ideas entre los participantes.
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