Tres décadas al servicio de un idioma

Corría el año 1980 y en las emisoras de radio sonaba el Super Trouper de Abba mientras la ciudad se preparaba para el referéndum de la autonomía andaluza. Los sevillanos celebraban los pases de Rafael Gordillo, que vestía la camiseta verdiblanca, y las paradas de Francisco Ruiz, Superpaco, en la portería del Sevilla. Ese mismo año, Richard Johnson, hijo de británicos criado en México, abría en Nervión su primera academia de inglés: English Language Institute (ELI). De eso hace 30 años y por sus aulas han pasado más de 20.000 sevillanos, muchos de ellos pertenecientes a varias generaciones de la misma familia.

En aquella época, "apenas había un par de academias en Sevilla aparte de la Escuela de Idiomas y el Instituto Británico mientras que hoy son más de 50", cuenta Richard, que se trasladó a Sevilla desde Canadá junto a su mujer en 1976. "Cuando decidí abrir la academia me marqué como objetivo tener 70 alumnos pero ya el primer año recibimos 170 solicitudes". Desde entonces, ELI se ha expandido por prácticamente todos los rincones de la ciudad y ha abierto academias también en Dos Hermanas, Bormujos, Tomares, Gines o Guillena. En agosto inaugurará la número 15 en Santa Justa y actualmente tiene 5.000 alumnos.

Sevilla era diferente entonces y también lo eran las motivaciones para aprender inglés. "Muchos alumnos de aquellos años eran enviados por sus padres porque sabían que aprender idiomas equivalía a mayor prestigio social", explica Richard. "Hoy, sin embargo, ya se ha convertido en algo necesario que se presupone en muchos trabajos y que abre las puertas al mundo, permite viajar y conocer gente de otros países". A su juicio, la Exposición Universal de 1992 marcó un antes y un después también en su ámbito de trabajo. "Hasta entonces los sevillanos miraban mucho a su tierra y la Expo despertó mucha curiosidad por otras culturas y tener un idioma con el que comunicarse era fundamental".

Respecto a la dificultad de los españoles en general y los andaluces en particular para adaptarse a la fonética anglosajona, Richard opina que en eso tiene mucho que ver la falta de una cartelera de cine con películas en versión original aunque asegura que también los sevillanos están cada vez más familiarizados con un idioma que pueden poner en práctica en cualquier parte del mundo.

También la formación en ELI ha evolucionado a lo largo de estas tres décadas -todas las aulas están equipadas con la última tecnología como pizarras interactivas- aunque "el uso comunicativo del idioma" sigue siendo el eje vertebrador de su programa de enseñanza. Más de cien profesores conforman el equipo de la academia, donde crear un ambiente acogedor es primordial. "Muchos padres que estudiaron con nosotros mandan a ahora a sus hijos no sólo porque a ellos les sirviera para aprender sino por el buen recuerdo que tienen de sus años aquí", dice su director.

Actualmente, tienen alumnos desde los cinco años hasta cualquier edad -muchos de los grupos son de jubilados- y su oferta incluye todo tipo de cursos y preparación para exámenes oficiales. Para conmemorar los 30 años, están preparando un evento en el que quieren reunir al mayor número de ex alumnos.