Una década bajo la amenaza de la piqueta
patrimonio
La aprobación del PGOU actual supuso la pérdida de la protección patrimonial de los chalés regionalistas que fueron el origen del barrio
Ya han desaparecido el 50% de ellos
La amenaza de la piqueta no es nueva en Nervión. El barrio lleva más de diez años siendo testigo de derribos de construcciones regionalistas. El último caso se produjo hace un mes, cuando saltaron las alarmas por el anuncio de la demolición del chalé número 35 de la calle Cristo de la Sed. Pero no ha sido el único. En 2009 el Servicio de Planeamiento y Gestión Urbanística de la Gerencia de Urbanismo gestionó la solicitud de demolición de una vivienda colindante con la anterior y que posee las mismas características arquitectónicas: construida durante el primer tercio del siglo XX y con el estilo inconfundible que inició Aníbal González. La petición fue estudiada por la Comisión de Seguimiento del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), ya que este chalé, como el 35, perdió la catalogación patrimonial con la redacción de la nueva normativa urbanística, una merma que ha propiciado que en la última década hayan desaparecido de este barrio la mitad de los edificios de dicho corte.
La solicitud de derribo del mencionado chalé llegó al referido órgano de la Gerencia después de haber pasado por el Servicio de Licencias Urbanísticas. En la documentación enviada se hacía un breve resumen de las gestiones realizadas por la propietaria del inmueble regionalista para que fuera demolido. De esta forma, su titular solicitó el 21 de mayo de 2008 -dos años después de aprobarse el actual PGOU, en el que se elimina la protección patrimonial- la licencia para acometer tales obras. Entonces fue cuando se requirió un informe al Servicio de Planeamiento y Gestión Urbanística, debido a las características que presenta el chalé. En concreto, se quería conocer si la desaparición de esta vivienda del catálogo de edificios protegidos obedecía a "un error material" del actual plan general urbanístico.
Cinco meses después, la propietaria presentó una denuncia por silencio administrativo, ya que su solicitud no había sido respondida. El 27 de octubre de ese año, el servicio de planeamiento contestó que tal petición debía tratarse en la comisión de seguimiento del PGOU. Del informe elaborado se le dio traslado a la titular de la vivienda el 1 de diciembre de 2008. A la dueña del inmueble se le otorgó un trámite de audiencia para que alegara lo que considerase conveniente. Así lo hizo el 28 de enero de 2009. En su contestación presentó tres alegaciones. Primero, que la licencia urbanística la había obtenido por "silencio positivo", al no existir respuesta de la administración local. Segundo, que la única finalidad del derribo era la de sustituir la vivienda unifamiliar actual por una plurifamiliar con el objetivo de "reunirse con sus hijos en pisos independientes", por lo cual no había ningún interés "especulativo" en la obra. Y tercero, que la descatalogación patrimonial no respondía a un error del PGOU, sino como "resultado de la adopción de nuevos criterios de valoración diferentes al plan general de 1987". El 18 de marzo de ese año se presentó la comunicación de inicio de las obras de demolición.
En el informe presentado por el Servicio de Licencias Urbanísticas, se indicó que este edificio se encontraba catalogado en el PGOU de 1987, con un nivel de protección parcial en grado 1C, "al igual que el colindante", es decir, el número 35 cuya tramitación para el derribo sigue adelante. También se hacía referencia a que en el plan general de 2006 la vivienda número 37 no disponía de ningún nivel de protección. A continuación, se detallaba que "el edificio ubicado en la parcela es una obra de estilo regionalista del primer tercio del siglo XX, representativa de las primeras casas que se construyeron en el barrio de Nervión, que pudiera tener valores patrimoniales que aconsejarían su catalogación, como así demuestra que lo estuviera en el plan de 1987". Por todo lo expuesto, se elevó este asunto a la comisión de seguimiento del PGOU.
Dicho informe está fechado el 27 de octubre de 2008. El 27 de mayo de 2009 la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo daba "su conformidad" a la solicitud de licencia para la demolición. En su resolución estimaba la petición de la titular "considerando la licencia solicitada, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 172, apartado 5, de la LOUA, concedida por silencio administrativo".
Lo cierto es que, pese a otorgársele la licencia de derribo, el inmueble número 37 de la calle Cristo de la Sed, muy cerca de la parroquia de la Inmaculada Concepción, sigue conservando su fachada original, que no fue víctima de la piqueta. Las obras de acondicionamiento quedaron, por lo que se ve, restringidas al interior.
Sin embargo, el proyecto para la vivienda número 35 no parece que vaya a ser tan respetuoso con el legado regionalista. En ella la sociedad Building Sevilla & Construcciones tiene pensado construir viviendas. Dicha empresa adquirió esta finca el pasado mes de marzo por 1,36 millones de euros, una compra que, por otro lado, demuestra la recuperación del mercado inmobiliario, que se vino abajo con la crisis. Este resurgimiento hace prever que aumente la lista de los inmuebles de estas características que caigan en manos de importantes promotoras.
Por tal motivo, el delegado municipal de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, anunció a principios de agosto que se iniciarían los trámites necesarios para incluir este tipo de construcciones dentro del Catálogo Periférico, lo que les aporta una protección frente a la especulación urbanística. Tal medida se tomó tras el último Pleno celebrado el 28 de julio. Pese a dicho compromiso, la constructora que adquirió el inmueble número 35 de la calle Cristo de la Sed sigue adelante en su afán de derribar el edificio regionalista para hacer pisos. Con la normativa actual, goza de total libertad.
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