"Todos debemos participar en la restauración de los bienes de la Iglesia"

El arzobispo Asenjo lo designó en junio nuevo delegado de Patrimonio Cultural, en sustitución del jesuita Fernando García Gutiérrez. Desde el pasado mes de septiembre desempeña esta función para la que se estuvo formando durante algunos años en Roma. Ordenado sacerdote en 2008, actualmente es párroco de la Ascensión del Señor (Sevilla Este), es licenciado en arquitectura.

-¿Cuál es la función del delegado de Patrimonio Cultural?

-Básicamente la gestión de todo lo relacionado con el patrimonio de la Archidiócesis. Desde la restauración de bienes, la creación de nuevas imágenes, todo lo relativo a exposiciones, la relación con las instituciones...

-¿En qué estado se encuentra el patrimonio de la Iglesia de Sevilla?

-Tenemos un patrimonio enorme, ingente en calidad y cantidad y hay un poco de todo. En general, el estado de conservación es bueno, pero hay que cuidarlo y estar constantemente encima y pendiente.

-¿El primer paso para esa correcta conservación es la elaboración de un inventario?

-Es un plan que llevamos unos meses poniendo en marcha y que ya está prácticamente ultimado. Este plan de Conservación Preventiva es muy importante y es pionero en las diócesis de toda España, hasta el punto de que está avalado por el Ministerio de Cultura. Efectivamente, el primer paso es la elaboración de ese inventario, porque, para poder actuar, primero hay que conocer qué es lo que se tiene. Una vez inventariados todos los bienes se estudiará su conservación. El acento, más que en las restauraciones, se pone en la conservación diaria. Cómo limpiarlos, cuidarlos, guardarlos... Lo ideal es conservar, mantener.

-Hay que conservar ese ingente patrimonio sin ayudas públicas, que prácticamente ya no existen.

-Yo eso no lo veo como un problema, puede ser una ventaja. Por un lado, te da más libertad a la hora de actuar y nos exige más creatividad para buscar esos fondos.

-Monseñor Asenjo ya indicó que la ayuda de los fieles iba a ser determinante en este sentido.

-Claro. Si es algo mío yo también debo participar. Sería lo ideal. Hay experiencias de este tipo que son muy positivas. Evidentemente a la comunidad hay que motivarla, explicarle su importancia y su papel, pero evidentemente los bienes de la Iglesia son de la Iglesia y la Iglesia somos todos y, como tal, debemos sentirnos partícipes.

-Una ayuda importante es el convenio con la Universidad de Sevilla para que los alumnos puedan participar en restauraciones.

-Sí. Hay algunas experiencias ya. Es un programa que dirigen Antonio Gamero y Agustín Martín de Soto para los alumnos que acaban de terminar sus estudios de Bellas Artes. Se les ofrece la oportunidad de poder realizar estas prácticas. Todos nos beneficiamos. Es muy satisfactorio.

-¿Cómo va la restauración de los muebles de Santa Catalina?

-Sino me equivoco está ya terminado. Primero se hizo un inventario de todas las obras y se ha actuado en las que eran más urgentes. Están guardadas en un almacén aquí en el Arzobispado a la espera de volver a su lugar.

-¿Qué pasa con la iglesia del convento de Santa Clara? Hay mucha preocupación con el estado de conservación de las valiosas esculturas y retablos.

-Es un tema del que no puedo decir nada ahora mismo. Lo desconozco.

-¿Cómo ve abrir las iglesias fuera del horario de culto y cobrar una entrada económica que revierta en conservar el patrimonio?

-Ya hay algunas experiencias en este sentido. Es siempre positivo porque esos ingresos revierten en el mantenimiento del templo y todos salimos ganando. Se hace, por ejemplo, en Santa Ana, que tiene su horario de visitas por la mañana y por la tarde, con guías que son voluntarios de la parroquia. Se cobra una entrada pequeña que se destina a todas las restauraciones que se están haciendo. Si no se interfiere en las horas de culto considero que es una muy buena idea.

-¿Cómo se vela por la calidad de las nuevas imágenes que encargan las cofradías y las restauraciones?

-En las restauraciones, antes de que se lleve a cabo se tiene que pedir permiso al vicario general y estudiamos el informe del restaurador. Si todo está conforme, el vicario lo autoriza. Cuando se trata de obras nuevas, el imaginero tiene que mandar el boceto y cuando termina la obra la vemos, o bien por fotos o vamos al taller. Hacemos siempre un seguimiento.

-¿Qué opina de muchas hermandades recién creadas encarguen imágenes nuevas y no soliciten, por ejemplo, algunas obras antiguas que se conservan en templos?

-Lo ideal para esas imágenes es que se conserven donde están. El concepto de patrimonio, además del bien en sí mismo, incluye también su protección ambiental. Si se ha hecho para un convento o una iglesia debe conservarse en ese contexto.

-¿Le gustaría que hubiera en Andalucía alguna exposición como Las Edades del Hombre?

-Es complicado, pero es muy interesante. Estas exposiciones le sirven a la Iglesia, además de para dar a conocer su patrimonio, para evangelizar, que es para lo que se hicieron las obras. Por ejemplo, la aportación más grande la diócesis al Año Murillo es la exposición que habrá en la Catedral.

-¿Le gustaría que la Catedral tuviera una visita con un sesgo más evangelizador?

-Nos gustaría poner en marcha iniciativas de este tipo en la Archidiócesis. Hay varias asociaciones que se dedican a esto. Estamos en conversaciones con ellos porque sería muy interesante. Se podría hacer en las iglesias más visitadas, como el Salvador.

-¿Está en Sevilla bien aprovechado el turismo religioso?

-Habría que aprovecharlo más. Es una llamamiento que hago no sólo a las parroquias, sino también a las hermandades. Hay mucho potencial. Tenemos muchos referentes devocionales.