El debate de las ausencias
Los programas matinales mantuvieron la compostura en la luctuosa mañana televisiva Las cadenas miraban de reojo hacia Isabel Pantoja
La figura de Cayetana de Alba va unida a la televisión reciente, a los mal llamados programas del corazón que son almacenes de las vidas de los demás. Ayer hubo horas de sobra e imágenes suficientes para remover el pasado y futuro de la duquesa y de sus hijos. El cariño y el respeto volvieron a ser la tónica de los programas matinales, que desahogaban nervio y colmillos en la otra punta sevillana, con la madrugadora entrada de Isabel Pantoja en la prisión de Alcalá de Guadaíra. A la tonadillera, que envió una corona, le vino bien que las cámaras miraran sobre todo hacia los alrededores de la Catedral y a la familia de la noble, que ya tenían disgusto de sobra, que hubiera una actualidad rosa más morbosa. De todas formas, al fondo siempre hay sitio, ya habrá días de sobra para uno y otro asunto en los contenedores matinales y en el correoso vespertino por excelencia.
Las tertulias de la mañana fueron comedidas sobre los presentes y centraron sus polémicas (sin polémica, no hay audiencia) en los ausentes. En El programa de Ana Rosa se enzarzaban, y con razón, en la magra representación de la Familia Real. La ausencia de la reina Sofía se hizo evidente y las lenguas más vivas se aplacaban con la suposición de que los Reyes estarán en la misa de duelo que se celebre en Madrid. Y, por supuesto, el vacío de los Rivera quedó muy evidente. La mesa de Mariló Montero en La 1 también se calentaba sobre las ausencias y hablaba de la lealtad de los Alba a la monarquía en todos los tiempos. La 1 había sido la cadena más beneficiada en espectadores durante el jueves y también lo habrá sido durante este viernes de dolores. Aunque las dos grandes privadas ganaron espectadores con la cobertura de estos días fúnebres sevillanos, la cadena pública (la favorita cuando se trata de información de acontecimientos de relieve) ha aprovechado la luctuosa circunstancia para animar sus alicaídas cifras de seguidores.
Del trío matinal Susanna Griso era la única que iba de luto (Ana Rosa y Mariló lucían sobrios conjuntos blancos) y en Espejo público es donde estaban los ánimos más caldeados con una actualidad más fragmentada. Y fue Antena 3, cámara al hombro, la que optó por ofrecer todo el recorrido del cortejo fúnebre desde el Ayuntamiento hasta la Catedral, siguiendo los pasos de la familia. Fueron las imágenes más emocionantes de la mañana y unas escenas que confirmaron el saber estar de los descendientes de doña Cayetana, por muchos comentarios viperinos que despertaran durante años de corazoneo. La desconsolada Eugenia conmovía a la audiencia y fueron las cámaras de Antena 3 las que estaban apostadas de una manera más narrativa en esos instantes más intensos.
Telecinco, La 1 y Canal Sur optaron sobre todo por la discreta señal institucional en el interior de la catedral sevillana. La disposición de las cámaras y los planos generales no daban pie a mucha imaginación por parte de la realización, privando de gestos, de detalles. Planos estáticos que amodorraban, como vino a quejarse Mariló Montero. Antena 3 fue la primera en despedirse (en esta ocasión sí emitió el programa de Karlos Arguiñano) y pasada la una ya estaban los tronistas de Mujeres y Hombres en Telecinco. Se quedaron solas Canal Sur y La 1, enlazando con la tertulia de Inés Ballester y unos comentarios más nutridos por parte de Paloma Gómez Borrero y Rosa Villacastín. Anne Igartiburu, que también optó por el negro, se sumó antes de pasar al Corazón centrado en las dos opuestas noticias sevillanas.
El desbarajuste estaba en la autonómica, con una tertulia parlanchina con comentarios a veces altisonantes que interrumpían algunos de los momentos de respeto. Un gallinero el de La mañana tiene arreglo, donde hasta llegaron a hacerse exaltaciones hispalenses y no es porque no sean razonables, pero no era el momento para esos debates. En la mañana de Canal Sur chirriaban las promociones loteras en el mismo plató entre rato y rato con el funeral.
Ya por la tarde de nuevo Sálvame corría solo por la banda y fue el único programa que conectó en directo con la llegada de los restos de la duquesa al templo de Los Gitanos. T con T se incorporaba poco después (ni por esas TVE eliminó el largometraje que ha jibarizado al extinto programa de Toñi Moreno). Otra muestra del saber estar de los Martínez de Irujo: atendieron a los reporteros incluso en esos momentos desgarradores.
El que tuvo que declinar, y es comprensible, fue el viudo, Alfonso Díez. Un señor que se ha ganado el respeto de los contertulios televisivos. Y eso ya es de por sí alcanzar un título nobiliario.
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