Una cúpula sevillana en el espectacular castillo de Almodóvar del Río
En 1917 se proyectó una bóveda como la de la capilla de la Quinta Angustia que quedó sin terminar por diversas circunstancias
Un equipo multidisciplinar ha culminado ahora los trabajo
Una reproducción fruto de las corrientes historicistas de principios del siglo XX. El castillo de Almodóvar del Río (Córdoba) es una magnífica fortificación que encierra en su interior una auténtica joya: su capilla. Este espacio que quedó pendiente de completar durante la gran restauración del recinto hace un siglo, ha sido dotado recientemente de todo el programa ornamental de estilo neomudéjar en el que destaca la fabulosa cúpula o bóveda de lacería que es una réplica de la capilla de la Hermandad de la Quinta Angustia de Sevilla. Para entender cómo llegó este diseño al castillo carbulense hay que detenerse en las figuras del arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno y de Rafael Desmaissieres, conde de Torralva y propietario del Castillo que lo rescató de la ruina en 1917.
"En la estela tardía del Grand Tour apareció a finales del siglo XIX don Rafael Desmaissieres, conde de Torralva, un post-romántico que levantó las torres caídas y las murallas ruinosas del castillo de Almodóvar del Río, señorío que desde el siglo XVII venía heredando su familia. Tras recorrer dos veces el mundo junto a su hermano el marqués de la Motilla, el conde de Torralva se empapó de las corrientes del orbe cultural, admiró la obra faraónica de Luis II de Baviera en el castillo Neuschwanstein o se embelesó del coetáneo palacio da Pena que construyó en Sintra el rey Fernando II de Portugal", explica Jesús Morejón, licenciado en Bellas Artes y miembro del equipo que ha realizado la intervención.
A principios del siglo XX, el conde de Torralva decide reconstruir la fortaleza de Almodóvar del Río siguiendo la corriente promovida por Viollet Le Duc. Según las crónicas, agotó cinco canteras de la provincia de Córdoba para levantar hasta la última almena del castillo, que recobró así toda la majestuosidad defensiva de siglos atrás. Sin embargo, el contenido proyectado no llegó a completarse a causa del fallecimiento del comitente y de los actos vandálicos de la Guerra Civil. Una de las estancias que más padeció este desamparo ornamental fue la capilla, proyectada por el arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno en 1917, siguiendo un estilo gótico mudéjar inspirado en la capilla del Dulce Nombre de Jesús (sede de la hermandad de la Quinta Angustia) en la Parroquia sevillana de Santa María Magdalena.
Las bóvedas de la citada capilla de la Quinta Angustia, datadas en el siglo XV y con lacerías del más puro estilo mudéjar, estuvieron ocultas durante siglos bajo unas yeserías barrocas. "No fue hasta 1915 cuando se descubrió este tesoro escondido. Recuperado gracias al minucioso trabajo del arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno, al que sin duda le sirvió de referente para reproducirla en la capilla del castillo de Almodóvar. El profesor Diego Angulo en su trabajo sobre La arquitectura mudéjar sevillana afirmaba que 'las bóvedas de lacería representaban uno de los capítulos más gloriosos del arte mudéjar sevillano".
Un siglo después, los herederos del conde de Torralva han culminado aquel proyecto dotando a la capilla de los ornamentos propios para lo que fue concebida, aportándole riqueza y color a los recios muros de sillares de piedra que conforman esta joya neomudéjar hecha a conciencia con los materiales más nobles.
El proceso creativo
En primer lugar, el grupo de especialistas a los que se le confirió la delicada empresa estudió en profundidad el programa ornamental pictórico que se usaba en este tipo de edificios en época medieval. Si bien el principal referente de la bóveda estaba en la capilla de la Quinta Angustia en Sevilla, no era suficiente para completar el conjunto arquitectónico que componía la capilla que se completaba con arcos de medio punto enmarcados en alfiz, cornisas, un presbiterio con ábside gótico y nervaduras... en definitiva, un complejo grupo que precisaba de diferentes fuentes.
"El espacio principal era la bóveda y los interiores de las plementerías que fueron pintados con decoración vegetal y geométrica inspirada en la bóveda de la capilla de la Quinta Angustia (antigua capilla de los Medina y Ayala, de mediados del siglo XV) y donde la bicromía blanca y negra predominaría en todo el conjunto semiesférico. La base donde se apoyaba la cúpula la circundaría una leyenda en letra gótica y en el mismo color que el programa ornamental de la bóveda central, ésta filacteria describía la construcción, reforma y comitentes de la capilla", explica Morejón.
La arcada que sustentaba la bóveda estaba conformada por ocho arcos de medio punto enmarcados en alfiz y decorados con un ornamento geométrico en zigzag tomado de las ménsulas de una de las torres del citado castillo y policromado en rojo y azul, los mismos colores de la capilla mayor de la parroquia de San Lorenzo de Córdoba. Los arcos estaban custodiados a ambos lados por la heráldica de los linajes de Santillán y Desmaissieres. "El intradós de los arcos se ha decorado con una geometría de engaño inspirada en las bóvedas de la sala capitular de la catedral de Santa María en Burgo de Osma, Soria y siguiendo la misma tónica cromática que el alfiz: rojo y azul".
El deambulatorio o corredor exterior se ha decorado con la misma ornamentación de geometrías que en el alfiz y sobre él, en la moldura que recorre todo el pasillo, se ha completado la decoración con un cenefa floral inspirada en un escudo de la torre del homenaje del castillo de Almodóvar y se ha policromado según unas pinturas murales aparecidas en una casa de la cordobesa calle de Velázquez Bosco.
Toda la planta circular de la capilla estaba entronizada con un altar mayor a modo de ábside semicircular gótico diseccionado en su bóveda por nervaduras que parcelaban las denominadas plementerías y en las que se pintaron los escudos de los linajes más representativos de la casa de Motilla y Torralva, siguiendo como modelo el altar de la capilla del castillo de San Marcos en el Puerto de Santa María y como fondo, una imitación de despiece de sillería muy propio de la época y tomado de la capilla del monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce.
"La capilla del castillo de Almodóvar del Río es, sin duda, un exponente de la histórica sinergia cultural entre Córdoba y Sevilla, que abarca desde el sello definitorio para ambas ciudades que supuso Hernán Ruiz II en relación a sus catedrales hasta el citado arquitecto regionalista Gutiérrez Moreno que supo traer algo de Sevilla al corazón de la fortaleza carbulense", advierte Morejón. Los continuadores de la obra reconstructiva del conde de Torralva, se han decantado por una intervención reversible y respetuosa con el estilo romántico de la fábrica neomudéjar, aplicando técnicas de pigmentos al agua en una paleta de color baja de tono y siguiendo en todo momento los bocetos preparatorios que para el caso habían preparado de Nártex Cultural, la empresa elegida para ejecutar la intervención, compuesta por el licenciado en Bellas Artes, Jesús Morejón Pazos y Pablo Moreno, gestor del patrimonio histórico, con la colaboración de Fernando Benavente.
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