Una cúpula en el corazón de la Palmera
calle rioja
Aniversario. El 1 de abril de 1933 fue bendecida canónicamente la iglesia del Corpus Christi, una iniciativa pastoral del cardenal Ilundain
El 1 de abril de 1933 fue bendecida canónicamente la iglesia del Corpus Christi. Nueve décadas de historia y muchísimas vicisitudes. La última, entre las más gozosas, el enlace matrimonial que ayer tuvo lugar en este templo entre Pepe y Blanca. Un día radiante, comienzo de puente y Viernes de Dolores.
Como muchos de los edificios de la Avenida de la Palmera, la iglesia del Corpus Christi es hija de la expansión que vivió la ciudad con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Un vínculo directísimo, ya que el templo fue diseñado por Vicente Traver, el arquitecto valenciano que sustituyó a Aníbal González como director del certamen, autor además del Teatro Lope de Vega y el Casino de la Exposición y en la misma avenida de la Palmera del colegio-iglesia San Miguel de las Adoratrices. Las obras para construir la iglesia del Corpus se iniciaron el mismo año 1929.
Los novios de ayer, festividad de las Dolores, Lolas y Lolitas, santo oficioso de Vladimir Nabokov, se dijeron el sí quiero junto al altar, presidido por una Santa Cena realizada por Santiago Martínez, inspirada en el original de Alonso Vázquez que se encuentra en el Museo de Bellas Artes. El encargo se lo hizo el cardenal Ilundain en 1932. Como le ocurre al edificio Elcano de Galnares Sagastizábal, la iglesia del Corpus Christi es de los primeros edificios que se ven cuando uno entra en Sevilla por la carretera de Cádiz o sale de la ciudad. Ello se debe a una cúpula o cimborrio que no tiene parangón en otras construcciones religiosas de la ciudad.
El arquitecto Traver se inspiró "en las formas del regionalismo sevillano de la época, optó por un templo de formas renacentistas a las que se superpone una decoración barroca", escribe Manuel Jesús Roldán en su libro Iglesias de Sevilla. La construcción fue patrocinada por el cardenal Eustaquio Ilundain para aliviar la feligresía de san Bernardo.
La iglesia del Corpus Christi está en los impares de la avenida de la Palmera, situada entre la Clínica Baviera y un edificio de oficinas de la Junta de Andalucía. Está delimitada por dos calles perpendiculares a la avenida de la Palmera, Amalia Domingo Soler y Torcuato Luca de Tena. Desde ésta se ve el graderío del Gol Norte del estadio Benito Villamarín. Dos años después de la inauguración de la iglesia, el Betis ganó la Liga… y el Sevilla la Copa. La iglesia es del año 33 y el número 33 de la Palmera lo ocupa la multinacional EY, iniciales de Ernest & Young, firma dedicada a servicios de fiscalidad y auditoría.
Es un edificio curioso: monumental en su fachada, pese a que quedó inacabada, muy modesta en la parte trasera, la que da a la avenida Manuel Siurot. Por esta calle se accede a la casa parroquial, donde prestan sus servicios pastorales los sacerdotes Antonio Guerra y Ángel García-Rayo Luengo. En esta parte que da a la Ciudad Sanitaria Virgen del Rocío vivían el pintor y torero John Fulton o el ginecólogo Bedoya.
La cúpula le da altura y consistencia a la iglesia, pero se ve superada por los andamios de la acera de enfrente en la avenida de la Palmera. Las obras en esta salida neurálgica de la ciudad han dado lugar a controvertidos debates urbanísticos. En los pares se ve a trabajadores de la construcción con monos y el casco reglamentario. En los impares, a hombres con chaqué y mujeres con pamela que van subiendo a los tres autocares para invitados que los llevarán al convite nupcial.
En la iglesia del Corpus Christi no hay procesiones, pero sí hay oficios y Semana Santa. Y una intensa actividad con iniciativas como el Proyecto Amor Conyugal. Para los días 14 y 16 de abril, entre Semana Santa y Feria, hay un retiro para matrimonios en Betania basado en las catequesis de Juan Pablo II, pontífice cuyo retrato preside el acceso a la casa parroquial. Esta iglesia también comparte proyectos como el llamado Fuera de Cobertura. Una terminología de las nuevas tecnologías para referirse a los que viven "sin cobertura sanitaria, social o legal. Sin un hogar digno".
En ese terreno hay un nexo entre los que están compartiendo la felicidad de los recién casados y los destinatarios de esta campaña de Cáritas. Lo dice la invitada que da voz a la sempiterna carta de San Pablo a los Corintios que resuena en la avenida de la Palmera: el amor "no se alegra con la injusticia sino que goza con la verdad". Buena parte de la feligresía de este templo del 33, el año que nacieron Ramón Tamames o Curro Romero, procede de Heliópolis, aunque junto al estadio cuentan con la iglesia del Claret anexa al colegio donde, entre otros, estudiaron Felipe González, Javier Arenas o el fotógrafo Antonio del Junco, que tiene calle junto a Reina Mercedes.
En su novela Tres flores amarillas, la periodista Maribel Fatou, gaditana de Ubrique, narraba en primera persona un hecho real: una celebración conjunta de una serie de bodas en esta iglesia en la que todas las novias eran vecinas de la barriada de Heliópolis, los hotelitos para acoger a los invitados en la Exposición del 29, y todos los novios soldados norteamericanos de la base de Rota. Una extrapolación conyugal de los acuerdos entre España y Estados Unidos suscritos a raíz de la visita en 1959 del presidente Ike Einsenhower a Madrid.
Se ve algún Se Alquila en chalés de la Palmera, una estudiante sale de la residencia Xior, Student Housing en el idioma de los marines de Rota. Pepe y Blanca ya están casados. En una iglesia que habrá unido a miles de contrayentes en noventa años de vida sacramental. En uno de los laterales hay una interpretación de la Pasión de Cristo a cargo del pintor Diego Gadir. En el templo destaca un retrato de Marcelo Spínola, el abogado cañaílla, natural de san Fernando, que fue párroco de San Lorenzo y cardenal de Sevilla.
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