Cultura comienza a tramitar la segunda fase de la restauración de San Isidoro del Campo

Patrimonio

La intervención, valorada en cuatro millones, se llevará a cabo en el claustro jerónimo y la torre barroca

Las dependencias medievales ya fueron restauradas en 2002

El deficiente estado en el que se encuentra una de las zonas del monasterio de San Isidoro del Campo.
El deficiente estado en el que se encuentra una de las zonas del monasterio de San Isidoro del Campo. / Juan Carlos Vázquez
D. J. G.

18 de junio 2020 - 17:32

El monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce, podrá estar restaurado al completo dentro de pocos años. La Consejería de Cultura y Patrimonio ha iniciado ya los trámites para la segunda fase de intervención en este conjunto monumental, donde se mezcla lo mejor del gótico, el mudéjar y el barroco. Dicho proceso está valorado en más de cuatro millones de euros -con un periodo de ejecución de 29 meses- y detendrá el deterioro que sufren actualmente el claustro jerónimo y la torre barroca, entre otros elementos.

El primer paso que ha dado el departamento que dirige Patricia del Pozo ha sido la licitación de la redacción del proyecto, tramitado por vía de urgencia y por un coste de 570.000 euros. La ejecución del contrato incluye el proyecto básico y cuatro proyectos de ejecución, la dirección de obra, la dirección de la ejecución de obra, la coordinación de salud y seguridad, así como el seguimiento arqueológico de los trabajos.

La segunda fase de la restauración de este monumento supondrá la consolidación de la antigua almazara, el pósito, el almacén, y las naves sur y este del claustro jerónimo, así como la torre de este conjunto monumental, de estilo barroco.

Riesgo de derrumbe

El hecho de que la licitación de la redacción del proyecto se haya tramitado por vía de urgencia obedece, según informó ayer Europa Press, a que los estudios sobre la situación arquitectónica de estos espacios evidencian un deterioro que “pone en riesgo la estabilidad de algunas estancias”. “Dada la precaria situación en que se encuentran varias edificaciones, se requieren con carácter de urgencia las actuaciones conducentes a la reparación y consolidación de las mismas”, señala la memoria del contrato.

En el caso de la almazara, según el informe, “las cubiertas están paulatinamente derrumbándose por la ruina y colapso de las pilastras de la arquería intermedia”, mientras en las naves del pósito y del almacén “las cubiertas ya han sufrido derrumbes en las naves laterales” y la nave sur del claustro de los jerónimos habría sufrido un “derrumbe parcial de su forjado de cubierta”.

La primera fase de la restauración de este monumento concluyó en 2002, gracias también a la Junta de Andalucía. Dicha intervención permitió que sus dependencias más antiguas (que datan la mayoría de la Edad Media) pudieran ser reabiertas a las visitas públicas. Entre estas instalaciones destacan las dos naves de la iglesia (llamadas también iglesias gemelas, al ser levantadas por Guzmán el Bueno y su hijo, respectivamente), la sala capitular, la sacristía o el claustro de los muertos, uno de los principales referentes del arte mudéjar.

No debe olvidarse tampoco el gran valor patrimonial de los bienes muebles que atesora, como el retablo de Martínez Montañés presidido por San Jerónimo Penitente y que contiene los relieves de la Adoración de los Pastores y la Epifanía, obras también del genio del barroco.

Un monasterio con mucha historia

El monasterio estuvo regido en su origen por el císter, luego pasó a los jerónimos ermitaños y por último, a la orden jerónima, de cuya época data buena parte de las dependencias que serán objeto de restauración en esta segunda fase.

En agosto de 2016 este recinto fue protagonista del robo de paños de azulejo de Niculoso Pisano, que decoraban el claustro de los muertos. Los autores del expolio se llevaron consigo 392 piezas de azulejo, cenefas y rodapiés, con un peso de 240 kilos. Este hecho provocó las críticas de asociaciones protectoras del patrimonio y de colectivos de Santiponce, por la falta de mantenimiento y vigilancia del Gobierno andaluz (entonces en manos del PSOE) sobre este Bien de Interés Cultural (BIC). En aquel momento la ahora consejera de Cultura, Patricia del Pozo, fue una de las más críticas con la actuación de la Junta.

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