Las cuentas de la Zona Franca de Sevilla

El recinto fiscal portuario necesita más empresas para ingresar el dinero que lo haga viable

Su ampliación es clave y se ha puesto en marcha, ¿cómo?

Firma de la recepción de las obras de mejora acometidas en la Zona Franca. / Víctor Rodríguez
María José Guzmán

05 de octubre 2019 - 06:55

Dice Alfredo Sánchez Monteseirín que hizo las cuentas de la vieja para garantizar que hubiera dinero para acometer el vallado de la ampliación de la Zona Franca antes de que el presupuesto con el que cuenta el consorcio se agotara este año. Era lo previsible, que acabara el presupuesto, porque dicho recinto fiscal funciona con un fondo inicial de algo más de dos millones de euros que se le otorgó por parte del Gobierno central en el momento de su creación, en 2015. Acabada esa reserva económica, la Zona Franca sólo podría funcionar con un presupuesto propio, esto es, generando sus propios ingresos. Y, hasta la fecha, esto no ha sido posible. Sólo ha habido gasto. Pero también eso era lo previsto hasta 2020. La situación sólo se habría revertido si la Zona Franca hubiera captado subvenciones o fondos comunitarios cuantiosos y, de entrada, con sólo ocho empresas nadie lo imaginaba.

¿De dónde puede sacar el dinero la Zona Franca para mantenerse?El futuro está garantizado, de ello da fe Monteseirín, delegado especial para la Zona Franca desde 2018. Su afirmación tiene el aval del Ministerio de Hacienda, según ratifican varios informes, y una explicación que tiene que ver mucho con su empeño, desde que llegó a su cargo, de exigir al Gobierno que autorizase la ampliación del recinto. Si en él no entran nuevas empresas, los números no cuadrarán y no habrá viabilidad. Pero, por ahora, se están dando todos los pasos para que eso sea una realidad a corto plazo.

Los ingresos tienen que venir de la mano de las empresas que, en virtud de un recurso financiero que se incluyó hace un año en los Presupuestos Generales del Estado, permitirá a la Zona Franca quedarse con el importe que éstas pagan en concepto de impuesto de sociedades.

A más empresas, y de mayor tamaño, más ingresos. Pero para atraer a más firmas hacen falta mejoras e inversiones, entre ellas, el vallado que delimitará una extensión mayor del recinto, una ampliación que hará que el consorcio duplique sus ingresos por tributos de las sociedades. El vallado, un proyecto que se cifra en 300.000 euros, se licitará antes de que acabe el año.

El número de empresas instaladas en estos momentos en Torrecuéllar, terrenos donde se sitúa la Zona Franca, es insuficiente para garantizar la continuidad de la misma. Son ocho empresas que suman una cifra de negocio de 73 millones de euros.

Los tributos pueden suponer para la Zona Franca un 75% de sus ingresos. Luego el consorcio tendrá que intensificar la línea de promoción y comercialización (ya puesta en marcha con anuncios en prensa) para vender este recinto en el exterior. También puede captar fondos europeos, entre otros, y es una línea en la que ya se trabaja para conseguir fondos que permitan adecuar otra gran superficie que queda por urbanizar, paso imprescindible para ponerla en carga.

Si no se invierte, es difícil seguir avanzando. Antes de que el recurso financiero se aprobase, la garantía de que llegarían ingresos, el antecesor en el cargo de Monteseirín, Javier Landa, con lógica prudencia, optó por realizar las mínimas inversiones. Monteseirín, cuyo nombramiento coincidió con la publicación del citado recurso, ha iniciado una nueva estrategia. El balance de 2018 presenta un patrimonio neto positivo de 1.947.613,28 euros, un endeudamiento o pasivo de 65.299,85 euros y unos activos de 2.012.913,13 euros. “Esta situación, desde el punto de vista financiero, se puede considerar como solvente y positiva y excluye que el consorcio esté en quiebra técnica ni en causa de disolución”, explica Monteseirín.

Los gastos de 2018 del consorcio han sido de 391.229,43 euros, de los cuales 263.882,63 son por la contratación de servicios exteriores, de los que la partida más importante han sido los 127.264,62 euros por servicios de seguridad. Este año se han gastado 80.000 euros en instalaciones eléctricas, otros 80.000 euros en seguridad, 30.000 en sistemas de control y 39.000 euros en las obras recepcionadas este viernes.

Números con los que las cuentas se ponen prácticamente a cero a la espera de empezar a ingresar, recursos necesarios para seguir creciendo.

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