Amenaza de decreto de sequía para el campo por la falta de lluvias en la cuenca del Guadalquivir
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
La situación actual de “alerta” no ha mejorado durante el verano
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir piensa en activarlo en septiembre
La Junta aprobó en junio el decreto de sequía para los embalses que gestiona
La ausencia de lluvias de este año hidrológico que comenzó en octubre se ha prolongado demasiado y ha continuado durante todo el verano, por lo que es más que probable que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) active el decreto de sequía para el campo a partir del próximo mes de septiembre, si el cielo sigue resistiéndose a regalarnos un poco de agua. Ya lo advirtió su presidente Joaquín Páez a finales de junio y, por ahora, no hay motivos que induzcan a pensar otra cosa.
La falta de lluvias no es un problema, por ahora, que comprometa el abastecimiento de agua en las ciudades y municipios, ya que el agua está garantizada al menos para tres años. El problema grave es para agricultores y ganaderos.
La situación de la cuenca del Guadalquivir es de “alerta” en la actualidad, si analizamos la disponibilidad de recursos de agua, independientemente de lo que haya llovido, es decir, el “estado global de la escasez”, que nos dice si hay recursos suficientes para atender las demandas. El 87% del agua se consume en la agricultura y los regantes dependen de los embalses de la cuenca que se denominan como “regulación general”.
A fecha 1 de agosto de 2021, según los datos que pueden consultarse en la web de la Confederación, esa alerta en los recursos de agua puede convertirse en “emergencia” si el indicador que ahora arroja un nivel de 0,266 desciende al nivel de 0,1.
En cuanto al estado global de la sequía, que mide las precipitaciones, comparándolas con la serie histórica, independientemente de si hay o no recursos para atender las demandas, la situación global es de “ausencia”. Si el indicador que ahora está colocado en el nivel 0,430 ausencia desciende por debajo de 0,3 estaremos en la cuenca del Guadalquivir en “sequía prolongada”.
Por unidades territoriales de la cuenca, a fecha 1 de agosto, las únicas zonas en situación de “normalidad” en cuanto a recursos de agua (estado de la escasez) son Rivera de Huelva (del que se abastecen buena parte de los pantanos que dan agua a Sevilla como Aracena, Zufre, Minilla, Gergal y Cala) y Rivera de Huesna, Abastecimiento de Córdoba y Abastecimiento de Ceuta.
En el extremo contrario, se encuentra en “emergencia” Sierra Boyera (Córdoba) y en situación de “alerta” las zonas de Guadiamar, Hoya de Guadix, Regulación General –se usan sobre todo para riego–, Dañador, Fresneda, Rumblar, Guardal, Guadalmellato y Bembézar-Retortillo.
En estado de prealerta están Madre de las Marismas (Huelva), Abastecimiento de Jaén, Bermejales (Granada), Vega Alta y Media de Granada, Vega Baja de Granada, Aguascebas, Martín Gonzalo, Montoro-Puertollano, Viar (abastece al embalse de Sevilla de Melonares y a El Pintado), Guadalentín y Abastecimiento de Melilla (pulse aquí para ver la situación de la cuenca).
Ministra Teresa Rivera: “Vamos a periodos más prolongados de sequía seguidos de lluvias torrenciales”
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el reto demográfico, Teresa Ribera, declaró ayer en una entrevista a Efe que vamos a periodos más prolongados de sequía seguidos de lluvias torrenciales.
“Con los embalses al 44 por ciento y las proyecciones climáticas que apuntan “a una variabilidad de lluvias muy distinta” es necesario prepararse, pues “vamos a situaciones en la que ya es muy difícil hablar de promedio con respecto a la lluvia o disponibilidad de agua y mucho más frecuente hablar de términos extremos, es decir periodos más prolongados de sequía seguidos de lluvias torrenciales, que a lo mejor nos dan valores medios anuales parecidos a los anteriores, pero sin embargo la distribución es nefasta desde el punto de vista de la capacidad de gestión ordenada de nuestros recursos”.
"Tenemos que estar preparados para eventos extremos de falta de agua y para eventos extremos de inundación (...) y ser muy cautelosos en el mapa de zonas en riesgo” e inundables “de esos espacios ocupados, que no deberían de haber estado ocupados nunca, pero lo están” y en lo que se trabaja en el nuevo ciclo de planificación".
La escasez de agua eleva los costes de la agricultura y la ganadería
La escasez de agua coloca en una complicada situación a las explotaciones ganaderas y agrícolas, que ya están golpeadas por la subida de la luz. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) lamentó esta semana que la falta de agua “puede arruinar” las previsiones de la campaña de verdeo en Andalucía, prevista que arranque a principios de septiembre. Las previsiones apuntan a que se recogerá una cosecha “por debajo de la media de los últimos cinco años”.
El responsable de Aceituna de Mesa de COAG Andalucía, Antonio Rodríguez, ha explicado que, pese a que las condiciones internacionales son “bastante favorables”, según las estimaciones de los técnicos de la coordinadora, “no se recogerán ni 500.000 toneladas, una cifra que se encuentra por debajo de la media de las últimas campañas”.
“Hay que puntualizar que Interaceituna da una cifra un poco más elevada, pero tendrán que corregirla a la baja por la tremenda ola de calor de la semana pasada”, ha añadido.
“Las perspectivas son buenas, si la sequía no arruina la campaña”, ha apostillado, debido a la retirada de los aranceles a la aceituna verde y la pronta retirada a la aceituna negra, más la vigencia de la Ley de la Cadena de Valor, “el buen precio” del aceite y “el menor aforo” de aceitunas, que incide positivamente en el precio.
Según las variedades de aceituna, la gordal y la hojiblanca “están muy por debajo de la media de los últimos años”. En la manzanilla la previsión de cosecha “es mejor que la de las otras variedades, pero cada vez se ven más aceitunas agostadas tanto en secano como en riegos deficitarios”, ha indicado Rodríguez.
La cacereña y la carrasqueña tienen “una carga superior” a la del año pasado “pero si no llueve pronto, no se podrán recoger por falta de calibre comercial”.
Puede incidir de manera positiva la Ley de Cadena Alimentaria, “cada vez más implantada en este sector, a diferencia de otros” y que “los precios del aceite son un 50% superior al año pasado”.
Las organizaciones agrarias calculan que el aumento de los costes de producción es del orden del 40 % debido a la falta de lluvia y al elevado precio de la electricidad. Así pues es más caro alimentar al ganado, lo que causa graves problemas a las explotaciones ganaderas. El sector pide ayudas para afrontar esas pérdidas en la gandería.
Lo que dice Meteorología
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ofreció esta semana los detalles de la falta de lluvias en todo el país desde que el 1 de octubre de 2020 comenzó el año hidrológico hasta el 24 de agosto de 2021. La ausencia de agua en toda España se sitúa un 8 por ciento por debajo del valor normal. En estos 11 meses de año hidrológico se ha alcanzado un valor de 540 litros por metro cuadrado en el conjunto de España, cuando lo normal son 590 litros por metro cuadrado.
En agosto, el déficit acumulado de precipitaciones se mantiene en el 8 por ciento durante todo el mes de agosto. Sube un punto más que en julio, que terminó con las lluvias un 7 por ciento por debajo de los valores normales.
Entre el 18 y el 24 de agosto llovió en el centro y en la mitad sur de la Península, en el cuadrante noreste peninsular y en puntos más dispersos de la cornisa cantábrica. Las precipitaciones superaron los 10 litros por metro cuadrado en zonas de Extremadura, en la mitad este de Castilla-La Mancha así como en el noreste de Andalucía, en toda la mitad sur de Aragón y en una franja en el levante que va desde el sur de Valencia hasta el delta del Ebro.
La AEMET destaca los cerca de 60 litros por metro cuadrado que se recogieron en el interior de Tarragona y de Teruel y las acumulaciones en los observatorios principales de Tortosa (Tarragona), con 73 litros por metro cuadrado; Teruel, 53 litros por metro cuadrado; Albacete-Los Llanos, 39 litros por metro cuadrado; Valencia II, 28 litros por metro cuadrado y Cuenca, 18 litros por metro cuadrado. El 25 de agosto se registraron precipitaciones dispersas en toda la Península.
Por zonas, las precipitaciones no alcanzan sus valores normales en el tercio sur (salvo en zonas del cuadrante sureste y Extremadura), en el cuadrante noreste peninsular, en la mitad norte de Castilla y León, en Navarra, en las islas Baleares y en áreas de todas las islas Canarias.
En ese aspecto destacan las zonas del litoral de Cataluña, las provincias de Córdoba, Jaén y el sur de Ciudad Real junto con los límites entre Cádiz y Sevilla o el este de las islas de Mallorca y Menorca, por debajo del 75 por ciento de sus valores normales para el mismo periodo o incluso la isla de Fuerteventura que no llega al 50 por ciento de su valor medio para el periodo 1981-2010.
Por el contrario, en este año hidrológico superan sus valores normales de precipitación acumulada a lo largo de Levante, excepto Cataluña, en el sur de Aragón y en el este de Castilla-La Mancha, en los sistemas central e Ibérico, en Extremadura, en el este de Andalucía y en el norte de las islas de Tenerife y de Gran Canaria.
La Junta aprobó en junio el decreto de sequía para los embalses que gestiona
La Junta de Andalucía aprobó en junio el decreto de sequía para los embalses que gestiona en las siguientes demarcaciones hidrográficas: Cuenca mediterránea andaluza, Tinto-Odiel-Piedras y Guadalete Barbate. La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha señalado esta semana que la media de capacidad de sus embalses es del 43,31% --sin contar la Cuenca del Guadalquivir gestionada por el Estado--, y que “por ahora el abastecimiento está garantizado”.
Y recordó que el decreto de sequía que realizó la Junta de Andalucía el pasado junio “va a servir” para realizar “actuaciones de emergencia” en pozos y suministros o “conectar unas cuencas con otras”. La Consejería va a esperar a ver qué ocurre con las lluvias en los meses de otoño para seguir haciendo actuaciones, dijo Crespo.
El objetivo de este decreto es tener en funcionamiento un mecanismo de gestión “ágil” que, por un lado, “se adelante” a eventuales situaciones de escasez de agua que podrían afectar a algunos territorios andaluces y, por otro lado, “siente las bases” para ejecutar obras dirigidas a paliar los efectos de un posible déficit hídrico.
Por otra parte, la consejera señaló que este invierno ha llovido “muy poco” y que las circunstancias “no son halagüeñas”, por lo que las zonas de Barbate y Guadalete “están en alerta y prealerta”, respectivamente. “Las cuencas de Andalucía son muy dificultosas”, apuntó.
Del mismo modo, la consejera ha recordado que en abril, cuando terminó el regadío en el término de Guadalete-Barbate, se mantuvo conversación con los regantes para reducir el regadío “en un 25% de mutuo acuerdo”.
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