“Tengo cuatro novelas empezadas”

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Vocaciones. Dos alumnos de Jerez y tres alumnas, dos de Sevilla y una de Málaga, ganadores de la última edición de los premios Fernán Caballero de relato corto para escolares

De izquierda a derecha, José Luis Andrey, Paula del Pozo, Antonio Orozco y Leyre Ledesma. / M.G.

01 de julio 2024 - 05:59

Antonio Orozco quiere estudiar Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas; Paula del Pozo lo tiene muy claro: se decantará por Psicología; Leyre Ledesma pretende matricularse en Filología Clásica y trabajar en algún museo; José Luis Andrey tiene decidido cursar la carrera de Veterinaria. A los cuatro les une la pasión por la literatura. Junto a Mar Rodríguez-Guerra se reparten el podio del concurso de Relatos Cortos para escolares de la Fundación de Cultura Andaluza.

El premio llegará el próximo año a la décimo octava edición. 18 años. La mayoría de edad. Se puso en marcha en 2007, el año en el que nacen Paula, Leyre y José Luis. Antonio es un año más joven, de 2008, y el jurado le dio a su relato, Mare Nostrum: futuro o muerte el primer premio. Estudia en el colegio Monte Alto de Jerez. Le animó a presentarse la hermana Susana, monja vasca, que con la hermana Paulina, cordobesa, religiosas de la congregación de Santa María del Corazón de Jesús, no quisieron perderse el acto y las hermosas palabras de este joven con nombre de cantante.

Para este escritor en ciernes, aficionado a la historia del siglo XX, “el poder de la lectura es inigualable” porque te permite “viajar, experimentar emociones diferentes y vivir otras vidas”. Huyendo de la polarización política, un día encontró la foto de Aylan Kurdi, ese niño sirio cuyo cadáver aparecía inerte en la orilla de una playa de Turquía y abofeteó las conciencias de medio mundo. Fue el detonante de una historia que él arranca cerca de Fez y en la que tuvo que superar “el miedo a la página en blanco”. Entre sus autores favoritos, se queda con Pablo Neruda y con Quevedo.

Paula del Pozo ha terminado Primero de Bachillerato en el colegio de los Padres Blancos de Sevilla. Su relato se titula Lo aterrador de ser un monstruo y en él destila dos de sus pasiones: los juegos de rol y el cine de terror. Investigó cómo veían a los monstruos civilizaciones como los griegos o los vikingos y decidió que por qué el monstruo no podía ser el bueno. Estar entre las finalistas y ver su relato publicado ha cambiado la percepción que tiene de sí misma, “a mí me parecía mediocre todo lo que escribía”. “Tengo cuatro novelas empezadas. Siempre cambiaba de idea en lo que escribía, pero cuando me enteré del concurso pensé que era la ocasión para terminar algo”.

Leyre Ledesma vino con su familia desde Málaga, donde estudia en el colegio Santa Rosa de Lima. Su relato se titula El precio de la supervivencia. Pertenece a una familia de premiados. A su padre, Álvaro Ledesma, profesor de Literatura, le premiaron un ensayo sobre la cultura del esfuerzo. Su hermana Ana ganó un galardón con un trabajo sobre Igualdad. Leyre se cambia con Paula del Pozo títulos de Laura Gallego, una de sus autoras favoritas. En su intervención, agradeció a sus padres que le inculcaran la pasión por escribir “con los libros regalados, los cuentos leídos a la hora de dormir”. El relato se le ocurrió en una clase sobre las revoluciones liberales.

El de José Luis Andrey Luque es el segundo premio de este concurso de relatos que viaja hasta Jerez. Se titula Mi refugio. Viajó a Sevilla, a la Casa de la Provincia, con sus padres y el profesor que le animó a escribir la historia. Su mentor se llama Edgar, gerundense de Sant Feliu de Guixols y profesor de Lengua y Literatura en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Jerez de la Frontera. Le gusta la mecánica y montar a caballo. Sus autores favoritos son Rick Riordan y Julio Verne.

“Todo empezó el primer día de clase de Lengua. El profesor nos pidió un pequeño texto y ahí surge el relato. Tenía muy claros el planteamiento y el desarrollo, pero me estanqué en el nudo”. Una vez terminado, se encontró con el obstáculo postal. “El 14 de febrero faltaban dos días para la fecha límite. Fui a una oficina de Correos y leí el cartel Cerrado por reformas. Tuve que buscar otra”. No descansó hasta encontrar su refugio. “Un día, escuchando un podcast, sonó el teléfono para decirme que mi relato había sido premiado”.

Dos premios para Jerez, dos para Sevilla y uno para Málaga. Bien repartido, como la lotería. Un acicate para esta pasión casi clandestina en tiempos de redes sociales y artilugios de la inmediatez. “Cuando no están estudiando, mis hijas están leyendo o escribiendo”, dice el padre de Leyre y Ana Ledesma. A por las 18 ediciones de un revulsivo contra las malas noticias de los informes Pisa sobre evaluación del rendimiento educativo. Un futuro doctor en Relaciones Internacionales, una psicóloga, una filóloga y un veterinario unidos por la pasión por escribir… y por leer, condición sine qua non para que no se desbarate la premisa. Como dijo Leyre Ledesma, “esto es el comienzo de un viaje literario que espero que sea largo”.

La fórmula es la de Dante y Cervantes y la enunció Carlos Pérez-Embid, uno de los patronos de la Fundación Cultura Andaluza: “Pensar y ponerlo por escrito”. Detrás de la mesa presidencial, los nombres de los 105 municipios de la provincia de Sevilla. Algunos tan literarios como Lebrija, patria de Elio Antonio de Nebrija, autor de la Gramática, o El Pedroso, cuna de José Manuel Lara, creador de la editorial Planeta, una de las más importantes de Europa e Hispanoamérica, donde se consagrarían leyendas de la literatura que empezaron con retazos escolares alentados por profesores guiados por el olfato y la intuición. Fernán Caballero era el pseudónimo de la escritora Cecilia Böhl de Faber. Eligió como embozo literario el nombre de un pueblo de la provincia… de Ciudad Real.

Presidió en nombre de la Fundación de Cultura Andaluza Blanca Merck Navarro y actuó de secretario el eficiente José María García Blanco. El jurado lo formaron Antonio del Junco, Lucía Maher, Ana María Marco, María Moreno, Irene Reyes (que fue ganadora del concurso en su etapa escolar y actualmente es escritora y profesora de Lengua y Literatura), Ricardo Ríos y un periodista de la misma provincia a la que pertenece el pueblo de Fernán Caballero.

“Todavía hoy puedo sentir el mareante vaivén de aquellas olas que salpicaban mi congelado rostro” (primeras palabras del relato Mare Nostrum: futuro o muerte). “Hay mucho ruido y el polvo no le permite ver” (Corazón de plástico). “Hace siglos que soy consciente de mi existencia y desde que tengo uso de razón, los humanos siempre me han temido” (Lo aterrador de ser un monstruo). “El incienso inundaba la gran estancia, sus nubecillas enroscándose alrededor de las cabezas de las columnas corintias y el serio rostro de Palas Atenea” (El precio de la supervivencia). “Antes de nada, soy Dani, tengo 12 años y tengo un perro que se llama Tom; llevo dos meses y seis días encerrado en mi búnker, todo gracias a El Desastre”. (Mi refugio).

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