La crisis deja a los arqueólogos privados en peligro de extinción
La actividad del gremio desciende entre un 80% y un 90% debido al descalabro del negocio de la construcción y los recortes de ayuntamientos y de la Diputación
Entre los daños colaterales de la actual crisis económica hay que apuntar la práctica desaparición de algunas profesiones, como la de los de arqueólogos autónomos, aquellos que no pertenecen a la Administración o a la universidad y que suelen ganarse la vida con las excavaciones previas a las obras públicas o privadas o por encargos, normalmente municipales, para la puesta en valor de un determinado yacimiento.
La situación, tal como la describe el presidente de la Asociación de Arqueólogos Autónomos de Andalucía, Jacobo Vázquez, es de "auténtico descalabro profesional". Un dato deja bien claro que no está exagerando: en lo que va de año, sólo se han registrado siete solicitudes para realizar excavaciones arqueológicas en la provincia de Sevilla, cuando en la época de bonanza lo normal eran unos fueron 80 ó 90 permisos concedidos.
"Nuestra actividad se ha reducido en un 80% ó 90% y estamos hablando de un gremio que agrupa a más de 180 profesionales entre Sevilla y Huelva", indica Jacobo Vázquez, quien explica que el hundimiento de la actividad arqueológica no sólo se debe al final de la burbuja inmobiliaria y el consiguiente cese de la actividad constructora, sino en igual medida a que tanto ayuntamientos como diputaciones provinciales han dejado de contratar el trabajo de estos profesionales. "Durante los años de bonanza tanto los pueblos como las diputaciones tenían mucho interés en poner en valor su patrimonio arqueológico, se excavaba, se restauraba, se investigaba y se intentaba divulgar. Ahora, todo eso se ha acabado".
La situación es tal que la mayoría de los arqueólogos autónomos han dejado su actividad profesional y quien puede se dedica a las tareas más variopintas, normalmente con una cualificación no universitaria. "Recientemente, un compañero se ha puesto a trabajar de dependiente en una tienda de compra-venta de oro, pero la gran mayoría está en el sector de la hostelería".
Sin embargo, el problema de este colectivo profesional no se debe en exclusiva a la crisis económica, sino también al marco normativo, "especialmente al Reglamento de Actividades Arqueológicas de 2003, en el que se establece que un arqueólogo sólo puede tener una dirección arqueológica". Es decir, que no puede simultanear dos excavaciones. "Esto es como decir que un arquitecto no puede estar haciendo dos casas al mismo tiempo. Algo absurdo y que le ha hecho mucho daño al sector".
Para cambiar esta situación, los arqueólogos autónomos han intentado negociar en repetidas ocasiones con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. "Nos han recibido alguna vez, pero nunca nos han contestado por escrito a nuestras peticiones y no hemos avanzado un ápice", asegura Vázquez. "De alguna manera, la Junta de Andalucía ha conseguido lo que quería, que sólo existan los arqueólogos académicos vinculados a la universidad o a la administración".
También Vázquez critica que desde la Administración autonómica "nunca se ha diseñado ningún plan para la puesta en valor y conocimiento en detalle de todo lo que se ha excavado con capital privado, que ha sido mucho y de calidad. Parece que lo único que le interesa es lo que es de su competencia".
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