Por qué las cotorras suponen un problema en Sevilla y otras especies como las palomas, no

Cotorra / Diario de Sevilla
Raquel Narbona Valiente

17 de septiembre 2024 - 07:00

Sevilla/¿Sabes lo que son las cotorras? Se trata de unas aves exóticas, que inicialmente llegaron a la ciudad de Sevilla como mascotas, y que se han adaptado al entorno urbano y han comenzado a generar bastantes problemas ecológicos y sociales, y es que, en las últimas décadas, en Sevilla la población de cotorras ha aumentado muchísimo, en concreto las especies cotorra de Kramer y cotorra argentina. A diferencia de otras aves urbanas, como las palomas, las cotorras han demostrado ser una amenaza más significativa debido a su impacto sobre la biodiversidad, la infraestructura y el bienestar de los ciudadanos.

La invasión por parte de las cotorras comenzó a mediados de la década de los 90. En ese entonces, varios ejemplares de estas aves, que proceden de regiones como África y Sudamérica, fueron liberados o se escaparon de sus hogares, iniciando un proceso de colonización que ha tenido consecuencias negativas para la ciudad. Estas aves han encontrado en Sevilla un hábitat tranquilo, por la falta de depredadores naturales, la abundancia de alimento y la facilidad para encontrar lugares de anidación.

Actualmente, se estima que en Sevilla hay más de 5.500 cotorras repartidas en diferentes áreas urbanas, como parques, jardines y zonas residenciales. Este número sigue creciendo, lo que ha causado preocupación entre los expertos en conservación y los ciudadanos. Las cotorras de Kramer son las más numerosas, con una población de alrededor de 4.900 ejemplares, mientras que la cotorra argentina cuenta con aproximadamente 660 individuos.

Uno de los problemas más graves de las cotorras es su capacidad para desplazar a las especies autóctonas. Estas aves ocupan los espacios de anidación y expulsan a otras especies que son fundamentales para el equilibrio ecológico de la ciudad. Entre las especies más afectadas están el murciélago nóctulo gigante y el cernícalo primilla, ambos en peligro de extinción en la región.

Además, las cotorras desplazan a pequeños pájaros insectívoros como los gorriones, lo que altera el ecosistema local y puede aumentar la presencia de insectos.

El impacto de las cotorras no solo se limita a la biodiversidad, y es que estas aves generan contaminación acústica, ya que son muy ruidosas y suelen reunirse en grandes grupos en lugares concurridos, como parques y calles transitadas. Los vecinos de zonas como la Avenida de Kansas City han reportado un ruido constante, además de suciedad provocada por los excrementos que las cotorras dejan en aceras y edificios.

Otro problema que han causado estas aves es la caída de ramas y nidos. Las cotorras suelen construir grandes nidos en las copas de los árboles, lo que puede provocar la rotura de ramas y poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos que transitan por debajo. Además, los nidos que construyen en edificios pueden causar daños estructurales, especialmente en construcciones más antiguas, y su presencia puede contribuir a la propagación de enfermedades.

¿Por qué las palomas no suponen un problema similar?

Aunque las palomas también están presentes en grandes números en Sevilla y otras ciudades del mundo, su impacto es mucho menor comparado con el de las cotorras. Las palomas, aunque pueden ser consideradas una molestia por la suciedad que generan con sus excrementos, no representan una amenaza para la biodiversidad local ni para las infraestructuras urbanas de la misma manera que las cotorras.

Una de las principales diferencias está en que las palomas son una especie más integrada en el entorno urbano. Además, las palomas no desplazan a especies autóctonas ni construyen nidos que puedan causar daños significativos.

Por otro lado, las palomas no generan el nivel de contaminación acústica que provocan las cotorras, ya que su comportamiento social es menos ruidoso y su presencia en las ciudades ha sido aceptada como parte del paisaje urbano.

Medidas de control

Frente al aumento descontrolado de la población de cotorras, el Ayuntamiento de Sevilla ha comenzado a implementar medidas de control para reducir su número y mitigar los daños que causan. Una de las primeras acciones fue la captura y retirada de nidos en áreas urbanas, así como la introducción de programas para potenciar las especies autóctonas, como el cernícalo primilla y el nóctulo gigante.

Otra medida más controvertida fue la autorización para utilizar carabinas de aire comprimido con el fin de eliminar a las cotorras de Kramer y argentinas. Esta decisión ha generado debate, ya que algunos grupos defensores de los derechos de los animales consideran que existen métodos menos agresivos para controlar la población, como la esterilización o el control de la natalidad.

El Ayuntamiento también ha lanzado campañas de concienciación ciudadana para informar a los vecinos sobre los problemas que generan las cotorras y la importancia de no alimentarlas ni fomentar su propagación.

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