Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
universidad El paro académico en la Hispalense
Facultad de Económicas y Empresariales. Doce de la mañana. Aulas vacías, pasillos sin estudiantes, y el mismo tema de conversación: el coste del paro académico. La tercera jornada de protesta en la Universidad de Sevilla transcurrió con normalidad y con muchas voces críticas entre los estudiantes que ayer se resistían a no acudir a sus facultades. Voces críticas contras los recortes promovidos por el Gobierno central, subida de tasas y pérdida de becas; pero también contra la obligación de interrumpir todas las clases y pruebas de evaluación justo cuando el año académico está llegando a su fin. Profesores de la Hispalense ya lo advirtieron: los primeros perjudicados son los propios universitarios, que perderán sesiones lectivas a final del curso y los llamados miniparciales. Lecciones perdidas que, en muchos casos, son imprescindibles para el siguiente curso, que comenzará cojo en la Hispalense.
El paro académico de quince días es una decisión de la mayoría del alumnado pero existe una minoría que reivindica su derecho a la Educación y que ya ha impugnado esta medida de protesta. En la delegación de alumnos de Económicas y Empresariales, un estudiante de 23 años, Francisco Pajuelo, dice que está en contra de los recortes en la universidad pero no comparte el paro académico como medida para protestar. "Durante estas dos semanas se perderán pruebas de evaluación y el esfuerzo de todo un cuatrimestre, de modo que muchos alumnos tendrán que ir al examen final". Este joven es partidario de las protestas pero con fórmulas más cortas en el tiempo y más contundentes en las formas. Otro joven de 20 años, Juan Ceballos, que estudia Finanzas y Contabilidad, opina de manera similar: "El Gobierno nos perjudica y nosotros también nos perjudicamos a nosotros mismos". Este joven cree que la subida de las tasas es una medida necesaria que motivará a los estudiantes a aprobar a la primera para evitar la repetición de las matriculaciones, si bien considera exageradas las subidas de los precios públicos.
En Ciencias del Trabajo, un grupo de alumnos asiste a una de las sesiones lectivas permitidas durante el paro, un curso de libre configuración. Francisco Benítez comenta que está de acuerdo con el paro y considera que es una medida fuerte que tendrá gran repercusión. En la delegación de Derecho, Antonio González, delegado de alumnos y estudiante de 20 años reseña que en este paro se está cumpliendo con el reglamento de estudiantes de la Hispalense, aunque reconoce que tiene lagunas. "En Derecho votó a favor del paro el 61% de los estudiantes, una mayoría suficiente cuya decisión se está llevando a cabo, guste o no". Este delegado se muestra convencido de que los universitarios saben qué han votado y qué repercusiones sufrirán en sus carreras académicas por el paro. "Muchos llegan a la delegación con temor porque sus familias no tienen recursos", concluye.
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