Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
Sevilla/El corredor verde del Guadiamar, a la altura de Las Doblas en el municipio de Sanlúcar, se está secando. La mitad del lago donde está el mirador de madera ha desaparecido y la tierra está totalmente cuarteada. La otra mitad tiene el agua mínima para semicubrir a los peces, algunos de los cuales ya han muerto.
En las fotografías adjuntas puede verse que quedan pocos dedos de agua, los justos para cubrir apenas los peces que hay en este entorno natural, que nadan con mucha dificultad.
Desde Ecologistas en Acción se señala que la situación mejoraría si la concesión que otorgó la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), para gestionar esta zona donde están los regadíos de Los Hatos, soltara agua dulce del embalse de Aznalcóllar.
Desde la Confederación se recalca que la zona en la que se sitúa el Guadiamar está “en situación de sequía prolongada desde principios de junio de 2019” y “en situación de alerta según el último informe de fecha 1 de septiembre”, atendiendo a los Informes de Seguimiento de la Situación de Escasez y Sequía que elabora la Oficina de Planificación Hidrológica de la CHG en base al cumplimiento del Plan Especial de Sequía vigente.
La Confederación atribuye la situación a la falta de lluvias y no toca siquiera el tema de la aportación de agua dulce del embalse de Aznalcóllar que sugiere Ecologistas en Acción.
Señala que el estado actual del Guadiamar se debe a las escasas precipitaciones registradas en el año hidrológico 2018-2019 en la presa de El Agrio, que hasta el 11 de septiembre fueron de 391,2 milímetros (mm), siendo la media de precipitación de los ultimos 25 años en todo el año hidrológico de 659,4 milímetros, lo que supone un déficit del 40,7% respecto a la media.
En cuanto a su distribución durante el año, la Confederación asegura que los primeros meses de octubre y noviembre las precipitaciones fueron superiores a las registradas en esos mismos meses durante los últimos 25 años.
Y que en el resto de meses, salvo el mes de abril (donde fueron también ligeramente superiores a la media), han sido muy inferiores. Destacan los meses de enero y febrero donde la media histórica fue de 130 y 90 mm respectivamente, y se han registrado 12 y 6 mm. Por tanto, el déficit de agua ha sido del 91% en enero y del 93% en febrero.
El mes de mayo, fundamental para enfrentar los meses de verano, ha sido el más negativo por su completa ausencia de precipitaciones (0 mm). Este déficit de precipitaciones en la cuenca del Guadiamar ha supuesto, concluye la Confederación,”un descenso muy acusado de las aportaciones registradas en el embalse del Agrio, que hasta la fecha han sido de 9,6 hm3 siendo la media de los últimos 25 años de de 56,7 hm3” y “bajas o nulas escorrentías en el cauce, aguas abajo de la presa”.
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