Una enfermera quirúrgica del Hospital de la Mujer: "Los protocolos me niegan una mascarilla de filtro a pesar de vivir con un hijo de alto riesgo"

Coronavirus Sevilla

Denuncian que las medidas de protección se "discriminan" a los profesionales de un mismo área

El hospital asegura que los materiales se reparten según dicta la normativa y en función del nivel de exposición

El grupo de enfermeros del área quirúrgica del Hospital de la Mujer con escafandras de acetato caseras.
El grupo de enfermeros del área quirúrgica del Hospital de la Mujer con escafandras de acetato caseras. / M. G.

La falta de material de protección se ha convertido en uno de los principales reclamos del personal sanitario y en un problema común en las zonas más afectadas por el coronavirus. Desde que empezó esta crisis sanitaria, las quejas y demandas de los profesionales en primera línea de batalla se han convertido en actualidad informativa día sí y día también. La llegada de medios anunciada desde las instituciones y repartidas por los centros sanitarios, no acalla una situación que, ante la desesperación y el miedo de contagiarse y llevar el virus a casa, ha llevado a muchos sanitarios a trabajar incluso con medios de fabricación casera.

Es la situación en la que se encuentran los enfermeros del área quirúrgica de Urgencias del Hospital de la Mujer, en el Virgen del Rocío, que aseguran estar trabajando con "escafandras de acetato" facilitadas por voluntarios ante la "negativa" del centro a una mayor protección.

Su lucha por trabajar con "los medios adecuados" comenzó al principio de esta crisis sanitaria que ha dejado ya, según los últimos datos oficiales confirmados por la Junta de Andalucía, casi 600 sanitarios afectados. Su situación dentro del área hospitalaria está lejos de las trincheras puras del coronavirus, no obstante, su exposición ante pacientes que, aseguran, "llegan directamente de la calle" y con emergencias "en las que corre peligro tanto la vida de la mujer como la del bebé" los hace estar también "en primera línea de batalla".

"Denunciamos la falta de protección al tenernos que enfrentar con pacientes posibles infectados que entran directamente de la calle, así como el trato discriminatorio proporcionado por los mandos intermedios de nuestro centro cuando solicitamos las medidas de protección", es la queja común de este grupo de enfermeros al límite por las continuas reclamaciones a sus supervisores y que les ha llevado, incluso, a negarse a entrar en los quirófanos en estas condiciones.

"La situación ha llevado a que nos revelemos y desde el área quirúrgica nos hemos negado a trabajar sin las debidas medidas de protección"

El grupo de enfermeros afectados explica cómo ha ido evolucionando la "desprotección" con la que se enfrentan a su día a día. Denuncian que, tras utilizar los "únicos EPIS" de los que disponía el equipo al atender el pasado 13 de marzo a una paciente posible portadora de coronavirus, el supervisor de guardia les "negó" su reposición, especificándoles su disponibilidad en los despachos. Una situación que los enfermeros de este área consideran "ilógica" dado que parte de su trabajo consiste en atender emergencias por las que no dispondrían de tiempo para "llamar al despacho y mucho menos para esperar que lleguen de los equipo de protección individual".

"¿Cómo vamos a llamar al supervisor para que nos dote de equipos de protección ante una emergencia si sólo contamos con 14 minutos desde que suena el timbre de Urgencias y atender a la pacientes porque, de no ser así, podríamos caer en una negligencia?. Aquí es sonar el timbre y todo corriendo porque en la mayoría de los casos corre peligro tanto la vida de la madre como la del bebé, ni si quiera creo que nos diera tiempo a colocarnos los EPIS, pero al menos poder disponer de ellos para estar preparados", denuncia este grupo de profesionales.

Ante esta situación, los profesionales de este área, elaboraron un escrito de incidencia dirigido a dicho supervisor de Urgencias y posteriormente se tramitó a la unidad de Riesgos Laborales. Es entonces cuando, según aseguran, consiguieron la reposición de este material, recibiendo hasta cinco EPIS disponibles para atender urgencias.

No obstante, la "desprotección" sobre la que basan estos enfermeros su denuncia pública va más allá, en base a lo que, destacan, dictan los protocolos y, sobre todo, marcada por su atención a mujeres "que ingresan directamente en los quirófanos desde la calle" y que, ante la escasa realización de test a la población, "todas deben ser consideradas posibles portadoras".

Precisamente en este protocolo específico elaborado por el centro en esta situación de pandemia es el que se estos enfermeros de Urgencias del Hospital de la Mujer apoyan su petición de una mayor protección. En dicho protocolo se indicaría que los procedimientos que generen aerosoles se deben realizar únicamente si se consideran estrictamente necesarios, estos incluyen procedimientos como la intubación traqueal, el lavado bronco-alveolar o la ventilación manual, así como el uso de todo el personal interviniente de una mascarilla auto filtrante FFP2, o FFP3, protección ocular ajustada de montura integral o protector facial completo, guantes, bata de manga larga, a la que, si no es impermeable, se le añadirá un delantal de plástico.

En referencia a ello y ante las insistentes quejas, la dirección del centro dotó al equipo de material, pero "insuficiente" según los propios trabajadores afectados. "A raíz de nuestra queja, dotaron de mascarillas auto filtrantes y gafas exclusivamente a los médicos anestesistas", explica este grupo de profesionales que asegura que se trata de un "trato discriminatorio" por el que se le ofrecía protección sólo a parte del equipo y es por la que los enfermeros llegaron a plantarse e incluso negarse a trabajar sin las debidas medidas de protección.

"Ante esto, dirección decidió dotar de una mascarilla por cada dos enfermeros que desempeñan en el mismo quirófano, diciéndonos que sólo se protege el enfermero circulante porque es la que ayuda al anestesista. Queda totalmente desprotegida la enfermera instrumentista. ¿Acaso todos los profesionales que desempeñan en un quirófano, no pisan por el mismo suelo y respiran el mismo aire?", se preguntan y lamentan los profesionales afectados.

Una situación "discriminatoria" que los enfermeros insisten continúa a día de hoy, desempeñando su trabajo "sin mascarillas auto filtrantes ni gafas para todos los profesionales". "Al enfermero circulante se le entrega una mascarilla auto filtrante FFP2 y nos obligan, en caso de no ser usadas a pasársela al turno siguiente. Las gafas de protección se utilicen o no siempre debemos entregarlas para su limpieza y desinfección y tan sólo disponemos, todos los profesionales, de una mascarilla quirúrgica para toda una jornada, de ocho o doce horas, que están requisadas y nos las entregan a cuenta gota", denuncian. Situación que consideran "incomprensible" dado que, según aseguran son conscientes de que "existe materiales suficiente en el hospital", como el propio centro ha manifestado a preguntas de este periódico.

"Cada cual se ha ido autoabasteciendo de escafandras de acetatos, algunas totalmente caseras y rudimentarias"

La "escasa protección" que denuncian y la distribución de los materiales dentro de un mismo grupo de trabajo acentúa aún más la indignación y decepción de este grupo de profesionales, teniendo en cuenta la situación personal de algunos de ellos. Es el caso de una de las enfermeras que, por sus circunstancias familiares, fue la primera que solicitó una mayor protección al convivir con con su hijo, "discapacitado y que padece cardiopatía congénita y hemofilia", por lo que es considerado de alto riesgo. "La mascarilla con filtro me fue denegada alegando que no cumplía los requisitos establecidos por Medicina Preventiva del hospital, que me atendió en medio un pasillo. Tras una nueva petición, se me dijo que ellos no habían establecido la normativa y me fue de nuevo denegada por el supervisor de enfermería. Un contagio puede llevar a mi hijo a una muerte casi segura", denuncia esta mujer.

Hay más casos de riesgos según los profesionales afectados. Denuncian el caso de una compañera embarazada a la que "se le ha forzado" acudir a su puesto de trabajo, al igual, aseguran, que "otros profesionales mayores de más de 60 años y con patologías previas también se le deniega el derecho a acogerse a una incapacidad laboral".

Ante esta situación y por el temor de llevar el virus a casa muchos de los profesionales habrían optado por utilizar sus propios medios caseros. "En vista de esta situación cada cual se ha ido autoabasteciendo de escafandras de acetatos, algunas totalmente caseras y rudimentarias y otras a través de las personas que altruistamente las están fabricando en impresoras 3D. Muchas de estas mascarillas requisadas por el hospital por falta de homologación y hemos tenido nosotros que ir personalmente a un domicilio para poder disponer de ellas", afirman.

El hospital asegura contar con "material suficiente" y defiende su reparto "según los protocolos por nivel de exposición" al virus

Desde el Hospital Virgen del Rocío defiende las medidas de seguridad adoptadas y el uso del material de protección, llevado a cabo "según dicta la normativa y los protocolos del Ministerio de Sanidad". Fuentes del hospital subrayan que el centro dispone de "material suficiente" y que el reparto del mismo se hace "conforme a la protección que necesite cada profesional según su nivel de exposición".

El centro insiste en que "todo está protocolizado" y que en todas las Urgencias, incluidas las del Hospital de la Mujer, hay un triaje previo de los pacientes a los que, de manera general, se les pregunta si padecen problemas respiratorios o presentan fiebre y de ser así "siguen circuitos específicos".

Respecto al uso de mascarillas o pantallas faciales de elaboración casera entregadas por voluntarios en el hospital, las mismas fuentes aclaran que se ha creado una unidad de electromedicina para validar su homologación y las que no cumplen los requisitos "directamente se tiran".

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