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Los otros síntomas del coronavirus
Avanza la pandemia de coronavirus, pero también los conocimientos sobre sus manifestaciones, síntomas, repercusiones o secuelas. Encontrar un conjunto de síntomas o signos con alto poder predictivo que ayude a detectar la infección resulta de gran utilidad, dadas las dificultades del análisis masivo a nivel poblacional. Un grupo de investigadores del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) dirigidos por el otorrino del Hospital Virgen Macarena, Serafín Sánchez, llevan meses trabajando en un estudio sobre el valor que el trastorno del olfato tiene en el diagnóstico del Covid-19.
Asimismo, el desarrollo de este proyecto ha permitido probar cómo la pérdida del olfato y del gusto es un "indicador precoz" de la enfermedad, así como la existencia de una estrecha relación entre la gravedad de la misma y los problemas olfativos. "Cuanto más moderada se cursa la enfermedad, peor se huele. Lo bueno es que, en la mayoría de los casos, la distorsión de los olores desaparece antes de los seis meses", afirma el investigador principal del estudio Serafín Sánchez.
El estudio, que forma parte de una de las tres investigaciones desarrolladas por el IBIS relacionadas con el coronavirus incentivadas por la Junta de Andalucía y se encuentra ya en sus últimas fases, permitirá la puesta en marcha de una web o aplicación informática a través de la que cualquier ciudadano podrá medir su probabilidad de infección simplemente con indicar si se tienen pérdidas de olfato y en qué intensidad se sienten. "La página web, que ya la tenemos muy avanzada, consistirá básicamente en que una persona podrá indicar en una escala del 0 al 10 desde tener perfecto el olfato, que puntuará 0, a tener mucha pérdida, que irá escalando en la tabla hasta alcanzar el máxima que es un 10. Con los síntomas de gusto, olfato y congestión nasal, además de fiebre y problema pulmonar, esta persona podrá hacer una valoración subjetiva de cómo se encuentra y la aplicación le dirá si tiene alta probabilidad de padecer la enfermedad o no y con este resultado poder acudir al centro de salud a pedir una PCR o demorar su visita al médicos", explica el otorrino.
Para su desarrollo se ha contado con la participación de 753 pacientes a nivel multicéntrico entre los hospitales Virgen Macarena y Valme, en Sevilla, además del Hospital de Jerez y Clínic de Barcelona. Aunque el análisis de pruebas se empezó a desarrollar el pasado mes de noviembre, la toma de datos se remontan a principios de la pandemia. "Fue en febrero cuando empezamos a notar, antes de que fuera un hecho público el conocimiento de la pandemia, como empezaban a aumentar los pacientes que llegaban a nuestras consultas con problema de pérdida de olfato", indica Serafín Sánchez. "Entonces nos llamó mucho la atención, pero no sabíamos a qué se debía", añade.
"Luego -señala- ya empezamos a recibir informaciones desde Irán y China que nos alertaban de que había problemas de olfato relacionados con el Covid y es entonces cuando empezamos a investigar la relación que tenía esta sintomatología con la infección e hicimos los primeros estudios sobre pacientes infectados en comparación con personas sanas y observamos que, como al principio era complicado contar con pruebas PCR, el trastorno olfativo podía ser un buen predictor de las infecciones en ausencia de pruebas", afirma.
Sobre el tipo de paciente más propenso a mostrar esta sintomatología, el otorrino señala que "no hay ninguna característica especial ni por edad, ni por género, ni por enfermedades previas". "Hemos observado que la pérdida de olfato puede aparecer en cualquier persona, aunque sí hemos visto que la incidencia es mucho menor en los niños o por lo menos no lo expresan", indica.
El investigador señala que perder el olfato y el gusto "es algo muy común en muchísimas enfermedades víricas" antes de la llegada del Covid. "Por ejemplo, la gripe común también produce muchísimas afectaciones en el olfato e, igual que el Covid, transitorias, es decir, que duran unas semanas o meses y que luego se recuperan, aunque hay casos de pacientes que lo pierden para siempre. Incluso cualquier resfriado común también produce pérdidas de olfato mientras dura la inflamación de la nariz", señala.
"La perdida de olfato es muy frecuente, pero como normalmente se recupera pronto no se le ha prestado demasiada atención hasta ahora que, ante el elevado volumen de pacientes con Covid que lo presentan, sí ha llamado más la atención, además, porque se dan casos de una afectación más duradera en el tiempo de lo habitual", explica.
De hecho, explica el doctor, en la unidad de Rinología del Macarena "un 15%" de las consultas se dedican a tratar la pérdida de olfato, que cuenta con un grupo de profesionales específicos dedicados a esta patología, previo a la llegada de la pandemia de coronavirus. En ella se realizan distintas pruebas olfativas a los afectados que, a través de una medicación cualitativa de discriminación de olores, permite comprobar la pérdida o no.
"El olfato es una de los sentidos de la persona que más importancia tiene en la vida diaria. Aunque desde el punto de vista médico no se le de toda la importancia que debería tener y se valore mucho menos que la pérdida de otros sentidos como pueden ser la vista o el oído", concluye el otorrino.
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