Coronavirus en Sevilla: el colegio en casa, entre la disciplina y la improvisación

Educación

Visitamos a una familia que recibe los contenidos de las asignaturas a través del whatsapp de los padres y un blog

La crisis del coronavirus desvela la necesidad de los centros educativos de hacer una mayor apuesta por las TIC

Una alumna de Primaria realiza los ejercicios en casa. / Juan Carlos Vázquez

Mantener la rutina del colegio. Es el propósito principal que se ha marcado una familia sevillana que vive el estado de alarma recluida en su domicilio. El matrimonio tiene una hija de 10 años que estudia cuarto de Primaria en un colegio público. El pasado lunes fue el primero que la menor asistió a clase desde casa.

Los padres han intentando mantener los mismos hábitos que un día en el colegio. La jornada lectiva dura de 9:30 a 14:00, con un pequeño descanso en la mitad, a modo de recreo.

"Para ello, el domingo por la noche se fue antes a la cama. El lunes se levantó y se vistió. Nada de estudiar en pijama", refiere la madre. El fin de semana fue tiempo de preparativos. Se habilitó un rincón de la casa que sirve de colegio mientras dure la cuarentena. En la ventana de esta habitación se ha colocado un dibujo, similar al que muchos niños han colgado estos días para darse apoyo mutuo.

Las vías de comunicación

Los contenidos didácticos los reciben por varias vías. La principal, a través del whatsapp de las familias, donde la delegada ha hecho llegar una lista con los ejercicios de Matemáticas y Lengua a realizar esta semana. Por medio de esta aplicación también se mandará la corrección de estos trabajos y los de Ciencias Sociales y Naturales.

La otra vía es un blog, en el que se cuelgan los contenidos de Inglés y Francés. Por su parte, las tutoras de cuarto de Primaria han creado una dirección de correo electrónico para dudas o consultas de los padres.

Esta familia sevillana mantiene el mismo horario que en la escuela. Hoy, por ejemplo, toca Lengua, Matemáticas e Inglés. Después tenía Plástica y Música, pero en el colegio les dieron la indicación que de dichas asignaturas, por ahora, no les van a mandar nada. "Si es así, me parece mal. No deberían perder estas materias, pues se les lanza el mensaje de que son marías", refiere la madre.

Los deberes

Respecto a los deberes que en muchos colegios se suelen mandar por las tardes, en el centro educativo donde estudia esta menor no encargan dichos ejercicios. No obstante, esta familia, por su cuenta, procura que su hija haga "algo adicional" en horario vespertino, relacionado con Música e Inglés, ya que son actividades extraescolares que realizaba fuera del colegio, en escuelas que ahora están cerradas por la crisis del coronavirus.

En otros colegios la organización para que los niños sigan aprendiendo desde casa es distinta. "El contacto de los maestros con los alumnos y familias es mucho más directo, a través de apps con las que ya venían trabajando y que los padres tenían descargadas en sus teléfonos, o por medio de blogs en los que el tutor cuelga las tareas e, incluso, vídeos con explicaciones y mensajes para los menores", explican estos padres.

Esta familia entiende que toda la organización se ha hecho "con improvisación" ante una circunstancia desconocida para todos. Confía en que "con el rodaje se irá mejorando", aunque percibe que el sistema "es rudimentario".

Una "ventanilla única"

"Si son contenidos lectivos, no deberían llegar por un grupo de whatsapp de padres, en los que se mezclan otros muchos mensajes y consultas. Éstos pueden ayudar o servir de apoyo, pero el método no debería pivotar en ellos", asevera la madre, para quien es necesario crear una especie de "ventanilla única", que facilitaría a las familias el seguir las clases con sus hijos "sin tantas instrucciones y sin tener que bucear en el whatsapp para saber qué toca".

Para estos padres, más allá de lo ocurrido con el coronavirus, está claro que "algunos colegios públicos se tienen que poner las pilas en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), no sólo en lo que respecta a la formación de sus alumnos, sino en la relación con los padres". "Tal vez hagan falta más recursos y formación para el profesorado. Ahora que los maestros están también confinados en sus casas es más difícil todo", asegura esta madre, cuya hija, por ahora, parece estar ilusionada con esta nueva forma de enseñanza. Eso sí, conforme pasen los días empezará a extrañar a sus compañeros de clase. Esa será otra lección de vida.

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